Dijo que fue publicado el 10 de agosto de 2020. Sin embargo, la evidencia indica que en esa fecha no estaba terminado. Las pistas surgen del mismo documento.
Así como el balance de gestión celebratorio de la ministra Carla Vizzotti en el Centro Cultural Kirchner se convirtió en la revelación de una presunta irregularidad en el marco de la pandemia de Covid, el uso de una supuesta prueba para refutar esa irregularidad revela la inconsistencia de los argumentos esgrimidos.
El principal argumento del Ministerio de Salud para justificar que las visitas de familiares de pacientes internados por Covid hubieran empezado a producirse antes de que el decreto que lo permitió fuese publicado se basó en un protocolo cuya fecha en Google es el 10 de agosto de 2020.
Al destacar esa fecha, el Gobierno intentó mostrar que el protocolo para concretar ese derecho vedado existía desde 14 días antes de la muerte del marido de Sylvia Brunoldi, que fue la persona que le agradeció a Carla Vizzotti en el CCK el hecho de haberle permitido ver a su familiar en el sanatorio Anchorena cuando éste estaba grave. Su muerte fue el 24 de agosto.
Sin embargo, esa fecha mostrada por Google no es evidencia de lo que se buscó mostrar, según expertos en informática consultados por Clarín. En rigor, fue la fecha de la primera publicación de un documento que definió una url pero no estaba terminado, y que se fue actualizando durante los días siguientes.
Los datos surgen del mismo documento en formato pdf, que en sus páginas no tiene fecha de publicación pero sí da otras pistas que dan cuenta de que había un texto en construcción. Prueba de ello son las referencias bibliográficas que se suman al final del documento y que fueron consultadas, según consta en el link subido a la Web, con posterioridad al 10 de agosto: hasta el 18 de agosto inclusive.
De allí se desprende que el protocolo se fue actualizando pero siempre conservó la fecha de publicación original, como ocurre en estos casos. Aunque a veces eso tampoco es así y Google puede mostrar incluso una fecha diferente a la que en realidad fue subido a Internet.
El experto en informática consultado por este medio recordó un caso que tuvo mucha trascendencia: “Ha habido casos donde ahí Google ponía cualquier cosa. El caso de las notas que hablaban del casi disparo a CFK antes de que el hecho ocurriera fue una”.
En las referencias bibliográficas de las “Recomendaciones para el acompañamiento de pacientes en situaciones de últimos días/horas de vida para casos excepcionales de Covid-19” hay sólo tres materiales -de los casi treinta que figuran en la lista- que fueron consultados en la misma fecha de publicación del documento.
La gran mayoría de fuentes utilizadas como sustento para completar el protocolo de visitas fue revisada en los días siguientes hasta llegar al 18 de agosto mencionado. Esto quiere decir que, en función de estas actualizaciones, no se sabe con exactitud la fecha en que fue finalizado.
Sí hay información de que las primeras noticias de la existencia definitiva y completa de este documento son del 25 de agosto, según indica un tuit posteado por la Sociedad Argentina de Medicina para conocimiento de sus seguidores.
De todos modos, el protocolo en cuestión fue oficializado finalmente por el decreto publicado el 31 de agosto de 2020, que permitió las visitas a pacientes graves que hasta entonces estaban prohibidas, y de esa manera tomó estado legal.
El Gobierno afirma que el hecho de que el protocolo estuviese terminado significaba una prueba de que las visitas de familiares ya se estaban realizando desde antes de que el decreto lo permitiera. Sin embargo, fuentes de varias clínicas y sanatorios consultados por Clarín informaron que eso no era así y que la veda era estricta.
De hecho, Brunoldi no podía ingresar al Sanatorio Anchorena como tantos otros familiares de enfermos de Covid no podían hacer lo propio en diversos centros de salud del país. Los testimonios recabados por Clarín tras la publicación de la noticia se multiplicaron en las últimas horas.
Así, los datos objetivos del caso fueron tres: la imposibilidad de Brunoldi de visitar a su marido porque eso estaba prohibido; el interés que generó esa situación en Vizzotti, lo que -según Brunoldi- hizo que la funcionaria la contactara personalmente para preguntarle donde estaba internado el paciente; y finalmente la gratitud pública de Brunoldi a Vizzotti por haberle posibilitado acceder al sanatorio: “Quiero agradecer en lo personal a Carla que gracias a ella pude despedir a mi esposo”.
A partir de esos hechos, el Gobierno intentó argumentar mediante la fecha del documento mencionado la justificación de los acontecimientos, como si las tres situaciones mencionadas, que fueron la fuente original de la información, no hubieran existido. Pero la estrategia oficial dejó muchas preguntas abiertas sobre la discrecionalidad de las visitas y argumentos esgrimidos incontrastables.
Otros dos protocolos
Cabe agregar otros dos datos que completan este panorama. Además del protocolo hecho por Nación, cada distrito hizo el propio. En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, fue aprobado por ley (N° 6322) el 27 de agosto de 2020 y promulgado el 7 de septiembre.
En tanto, en la provincia de Buenos Aires, la resolución 1436/2020, que aprobó las “Recomendaciones a Equipos de Salud/Salud Mental para el Acompañamiento de Personas Internadas por Covid-19, Familiares de Personas Internadas y Fallecidas” fue promulgada el 26 de agosto y publicada dos días más tarde.
A pesar de todas estas contradicciones, los ministros de Salud de todo el país decidieron cerrar filas con la ministra Vizzotti en el marco del Consejo Federal de Salud (Cofesa). Hicieron un comunicado declarativo e insistieron con cierta vaguedad que los protocolos “ya estaban en marcha desde principios del mes de agosto de 2020”.
PS