El Gobierno superó el último test antes de las PASO y cubrió los vencimientos con bonos en su mayoría ajustados por inflación.
El Gobierno superó el último test para refinanciar la deuda en pesos antes de las PASO. Durante la licitación de este jueves, colocó $ 821.000 millones y sorteó los vencimientos de la semana con bonos en su mayoría ajustados por inflación y una suba de tasas, en medio de un clima de incertidumbre por las fuertes presiones cambiarias y la proximidad de las elecciones del domingo.
Según el comunicado oficial, se recibieron 866 ofertas y se adjudicó un valor efectivo que permitió hacer frente a compromisos por $ 725.000 millones y obtener fondos adicionales por casi $ 96.000 millones. El financiamiento extra representa una tasa de renovación del 110%, un nivel que algunos analistas consideran limitado para afrontar el déficit fiscal.
«A priori, dada la alta incertidumbre electoral y la presión sobre el tipo de cambio, el resultado nos parece satisfactorio», dijo Pedro Siaba Serrate, analista de PPI. Mientras el economista Jorge Neyro consideró que «el resultado de la licitación es ajustado, consiguieron financiamiento por $ 96 mil palos, no es un gran monto para el financiamiento del gobierno».
El Ministerio de Economía ofreció ocho bonos, siete de ellos indexados (Boncer y Lecer) por inflación con plazos desde noviembre de 2023 a diciembre de 2024. Estos instrumentos se adjudicaron con tasas positivas de entre 5,87% y 9,55%, lo que reflejaría la incertidumbre por la potencial salida del cepo cambiario y el desarme de la «bola de pesos».
Para colocar deuda a corto plazo, el Tesoro también emitió una letra en pesos a tasa fija (LEDE) a octubre, con una tasa efectiva anual (TEA) de 153%. De esa manera, las autoridades tuvieron que convalidar una suba de casi 10 puntos respecto de las licitaciones previas. «Subieron las tasas para ponerlas en linea con el mercado», explicó Neyro.
La suba de tasas estaría vinculada a las mayores expectativas de inflación por la suba del ritmo de devaluación y la salida de fondos en pesos. «El incremento del crawling-peg puede estar relacionado al aumento de la tasa de corto plazo. Además, cabe destacar que los FCI t+1 (demandantes de esta clase de letras) se vieron bastante rescatados durante los últimos días», señaló Siaba Serrate.
El costo por colocar deuda en tasa fija o ajustada por inflación viene en aumento también ante la preferencia de los inversores por instrumentos atados al dólar. «Hacen una buena licitación con productos CER, cuando el mercado busca más cobertura por devaluación, la cobertura por inflación esta bastante cara», dijo Paula Gándara, economista de AdCap.
La analista aseguró que «la tasa estuvo un poco debajo de precio de mercado, pero respecto a ultimas licitaciones hay tendencia a la suba, en los últimos días estuvieron las tasas subiendo, sobre todo Lecer, que hubo un poco más de venta». En el mercado especulaban con una fuerte participación del sector público.
«Estimamos que la participación pública habría rondado los $260.000 M, por lo que los privados habrían dejado sin rollear unos $200.000 M (ya que prácticamente la totalidad del vencimiento estaba en poder de privados)», señaló la consultora Aurum.
Hacia delante, el desafío será importante. Según la consultora 1816, quedan pendientes para el resto del año vencimientos por $ 4 billones, la mayoría ajustados por el dólar y la inflación. De ese total, $ 500.000 millones están en manos del sector público (Banco Central y ANSES) y $ 3,5 billones son tenencias de inversores privados.
El Fondo Monetario exige un mayor ajuste fiscal para lograr la meta de déficit primario del 1,9% en 2023. El Gobierno redujo el gasto en términos reales, pero la pérdida de ingresos por la sequía deterioró las cuentas y algunas consultoras estiman que cerraría en 2,5%. En ese marco, el Tesoro acudió a la ayuda del Banco Central para financiarse, lo que expandió la emisión monetaria.
El viernes pasado la entidad que preside Miguel Pesce le transfirió al Tesoro $ 250.000 millones en concepto de utilidades. El monto que se agrega a los $ 150.000 millones girados el 13 de julio por el mismo concepto. El incremento de la emisión de pesos revela las complicaciones para financiarse exclusivamente con deuda en pesos y podría acelerar una inflación, que ya corre al 115%.