Era un partido entre dos objetivos claros y diferentes: Chile quería cerrar su participación en su primer Mundial jugando de la mejor manera ante una Argentina favorita y que terminó siendo superior. Personalmente disfruté mucho este duelo, porque teniendo en cuenta mis funciones en el Alto Rendimiento de Sudamérica para la World Rugby, ha sido la primera vez que hubo un enfrentamiento entre dos países de la región en un Mundial.
Chile lo hizo bastante bien. Estuvo muy errático en el primer tiempo, le falló la obtención en el line principalmente, el scrum fue muy sólido el de Argentina, y cada vez que Los Pumas se lanzaban lo pudieron lastimar. A medida que pasaron los minutos se acomdaron mejor y en el segundo con un esfuerzo tremendo fue digno de destacar porque dieron más de lo que tienen, lo cual es tremendamente meritorio.
Fotos Emmanuel Fernández / Enviado especial – CLARIN Para Los Pumas, el principal objetivo, más allá de la obviedad de la victoria y del punto bonus, era mejorar en el juego. Fue un equipo muy seguro en sus formaciones fijas -las estadísticas reflejaron también esa diferencia-, en el line, en el scrum y en el maul, que fue la que más le funcionó con tres de sus ocho tries generados desde esa acción. Es fundamental, clave, de cara a Japón.
Además, cuando desplegaron el juego se mostraron muy veloces e incipientes, pero el desequilibrio estuvo en algunas individualidades, sobre todo en los backs. La mejora se vio, pero todavía hay mucho margen hacia adelante. Está yendo de menor a mayor, está retomando la confianza.
Estaba en la previa instalado el debate sobre si rotar o darle rodaje a los titulares pensando en la ‘final’ contra Japón. Y los que no venían jugando lo hicieron muy bien contra Chile, eso es importantísimo, porque genera una competencia interna más fuerte y un lindo problema para los entrenadores, porque no sabés a quién dejar afuera, no a quién poner. Eso también ha sido muy positivo para Los Pumas.
Nicolás Sánchez fue la gran figura del partido, estuvo muy bien, jugó prolijo, metió todas las patadas a los palos. Es una buena noticia para la Argentina, porque al igual que el resto ‘debutante’ en el XV inicial aprovechó la oportunidad.
Fotos Emmanuel Fernández/ Enviado especial – CLARIN Ojo que tampoco mostró tantas variantes ofensivas. Ahí se abren dos opciones: pudo haber sido porque con lo que hicieron fue suficiente o posiblemente porque no quisieron mostrar alguna arma que puedan tener para la etapa decisiva de este Mundial.
Lo que es claro es que Argentina está mejorando, pero los objetivos que se trazaron obligan a mantener la curva ascendente de rendimiento. Es un equipo que está dando pasos hacia adelante, pero da la sensación de que tiene que jugar más para meterse entre los mejores.
El partido ante Japón se sabía antes del Mundial que iba a ser clave. Ahora llegó el momento y, por cómo se dieron las cosas, se torna un poquito más picante lo que suceda el próximo domingo en Nantes.
Fotos Emmanuel Fernández/ Enviado especial – CLARIN Tan importante fue mejorar la obtención de las formaciones fijas, algo que ya destacamos, porque el conjunto asiático ha crecido mucho en los últimos años, transformado en un XV sólido, seguro, que juega, que arriesga, que es capaz de salirte jugando desde su propio ingoal y tiene mucha velocidad. Sus jugadores nacionalizados realmente le permiten fortalecer aspectos en los que históricamente fueron menores, como el rendimiento físico. Es un equipo que, cuando tiene la oportunidad, te ataca desde cualquier lugar del campo, por lo que minimizar los errores le darán opciones.
Después de los tres partidos hay mucha carga, va a ser una semana mucho más tranquila, de entrenamientos más tácticos, reuniones y sesiones de video que de intensidad. La estrategia sin ninguna duda que ya está preparada, por lo que será momento de hacer mucho pizarrón en cancha, repasar conceptos.
La confianza, por caso, sigue estando en Los Pumas, porque no demostraron todo lo que tienen todavía.