Ya lo contamos, pero vale recordarlo. De tener 17 años y sentarse detrás de la batería de Los Moros, Pablo Helman a ser candidato no una ni dos, sino tres veces al Oscar a mejores efectos especiales, por Star Wars: Episodio II, de George Lucas, La guerra de los mundos, de Spielberg, y El irlandés, de Martin Scorsese.
También fue el supervisor de efectos visuales de Tortugas Ninja, de Día de la Independencia, Jurassic Park II, Hombres de negro y Rescatando al soldado Ryan.
«Grabé los primeros cuatro long plays, y luego me fui a estudiar música a la UCLA, en Los Angeles. Tengo un master en medios y música», recuerda. Con Los Moros tuvo un hit propio, el vals Dime que sí. «No sé ni cómo empecé con los efectos. Un canal, PBS, me ofreció trabajo de compaginador electrónico, y ahí me empecé a meter en computadoras.»
Desde hace años, el argentino hincha de Boca trabaja para Industrial Light & Magic, la empresa de efectos que creó George Lucas.
Pablo Helman trabajó con George Lucas, Steven Spielberg y ésta es su cuarta colaboración con Scorsese. Fotos gentileza PH-¿Seguís en ILM?
-Sigo en Industrial Light & Magic, pero ahora estoy trabajando para Universal en el musical Wicked, que estrenará en 2024 y 2025. Se dividió en dos, Parte 1 y Parte 2.
El motivo del llamado telefónico es el estreno de Los asesinos de la luna, la nueva de Martin Scorsese, que coprotagonizan Leonardo DiCaprio y Robert De Niro. “Estuve con Marty en el estreno de Killers… en Los Ángeles, el lunes. Lo vi muy entusiasmado, contento con los resultados y de muy buen humor. ¿Qué te puedo decir? Marty es una persona increíble. Con una profundidad que pocos tienen. Tengo mucha mucha suerte de trabajar con él”, cuenta el argentino, de 65 jóvenes años.
“Killers of the Flower Moon es una película de época ambientada en 1921,en la Reservación de la Nación Indígena Osage, en Oklahoma. La película se rodó en esa misma locación, y requirió una estrecha colaboración con el director de fotografía Rodrigo Prieto (mexicano, que se convirtió en el iluminador de los filmes de Scorsese desde El lobo de Wall Street) para integrar el trabajo de efectos visuales”, dice Helman.
-¿Cuánto tiempo te demandó “Los asesinos de la luna”?
Con Scorsese en el rodaje en Oklahoma. «Marty no utiliza los efectos de manera banal, y permite las colaboraciones», dice Helman.-Y, estuvimos filmando como un año en Oklahoma, en medio de la pandemia. Estábamos todos con barbijos, y el proyecto para mí fue increíble, increíble trabajar otra vez con Marty, porque él es un director increíble, completamente abierto a colaboraciones. Hicimos cosas que nadie sabe.
-¿Cómo es eso?
-Y, en total, se completaron más de 700 tomas de efectos visuales para la película, que sumaron 84 minutos de cine. Setecientas tomas que nadie sabe que las hicimos. El tipo de trabajo de efectos es invisible… La envergadura del trabajo de efectos visuales requirió la creación de plataformas petrolíferas de los años 1900, más campos y equipos petroleros. También se tuvo que recrear y ampliar la ciudad de Fairfax, en Oklahoma, de la década de 1920, la estación de tren y sus alrededores, la ciudad de Tulsa, Washington DC, los caballos y jinetes, rebaños de vacas, campos de flores y campos en llamas.
-¿Algo más?
-Los coches de época fueron generados por computadora. Si te fijás, la ciudad de Fairfax, donde transcurre la trama, la parte de background es todo hecho por computadora. La parte de atrás de los autos de 1920 son de computadora.
Y Helman da más ejemplos. “El envenenamiento de los personajes, por ejemplo, no se pudo hacer en maquillaje, y tuvimos que hacerlo en digital, para que se vea un cambio, conseguir la continuidad de la enfermedad de cuatro personajes a lo largo de la película de tres horas y media. Ah: toda la sangre que ves, toda la parte de sangre de los 29 asesinatos, fue hecha por computadora».
Año 1978. Pablo Helman, en sus tiempos como baterista de Los Moros. Es el último a la derecha.-Los tenés contados los asesinatos.
-Sí, porque cuando los filmamos, lo hicimos al lado de donde estaban los cuerpos enterrados. Fue en el mismo lugar donde esta historia pasó. La última toma de los indios bailando alrededor, fue creada por la computadora. Para la última toma de la película, Scorsese deseaba transmitir el espíritu y la cultura del pueblo Osage expresados a través de sus danzas tradicionales. La toma comienza cerca de un tambor y se eleva unos 60 metros, más o menos, para mostrar todo desde una vista superior, con los personajes Osage bailando en un patrón circular.
«Si te fijás, la ciudad de Fairfax, donde transcurre la trama, la parte de background es todo hecho por computadora». En esa toma en realidad hubo unos cien indígenas, “en vez de los 700 u 800 que se ven en la pantalla. También estaba la necesidad de crear y restaurar noticieros de cine y material documental de la época en Oklahoma y Washington DC. Los documentales originales fueros filmados con cámaras de película, de la década de 1920. Parte del nuevo material complementario se rodó con una vieja cámara Bell and Howell de los años ’20, pero utilizando película en color, y luego se cambió en postproducción, con el objetivo de que se viera similar al metraje de la época”.
-¿Vos estuviste todo el tiempo en el rodaje?
-En Oklahoma, y al mismo tiempo estuve filmando con Steven Spielberg, Los Fabelman… De lunes a miércoles estaba con Spielberg, y jueves y viernes con Scorsese, el sábado volaba a casa. Estaba trabajando con los dos directores, y en medio de la pandemia del coronavirus. Fue difícil trabajar, pero al lado de ellos, la pasé fenómeno.
«La parte de atrás de los autos de 1920 son hechos por computadora», se sinceró el argentino.Este es su cuarto trabajo con el director de Taxi Driver y La última tentación de Cristo, tras Silencio, El irlandés y el documental Rolling Thunder Review: A Bob Dylan Story by Martin Scorsese.
-¿Hay algo que aún te sorprenda de Scorsese?
-Nada me sorprende más de que tenga 80 años y esté en una forma increíble, brillante como director. Y me sorprende su predisposición a querer colaborar con la gente que trabaja en la película de él. No tendría que hacerlo, no lo necesita, pero él se enriquece por el trabajo de colaboración.
«Con Leonardo DiCaprio más que nada tuvimos que arreglar un poco el asunto del maquillaje…».-¿Cuánto trabajaste con Leonardo DiCaprio?
-Trabajamos poquito con DiCaprio, más que nada tuvimos que arreglar un poco el asunto del maquillaje.
-¿Y con Robert De Niro?
«De Niro se la pasaba hablando de la Argentina».-Me reencontré con un De Niro macanudo, que siempre habla de la Argentina, de su amigo actor que murió (Lito Cruz). Pero el trabajo en general que hice en Los asesinos de la luna tiene que ver con un trabajo de contexto, de poner la película en contexto. Y a los 80 años Scorsese es super inteligente en todo lo que tiene que ver con los efectos. ¿Por qué? Porque no los usa en forma banal, tiene una forma de encarar los efectos visuales de forma práctica y que ayudan a contar la historia. Nos hace mucho más cineastas que otra gente…
-¿Qué hacías durante el rodaje?
-Previas, las vistas, mostrarle a Marty cosas que necesitaba ver. Como siempre, en el rodaje estoy allí como de consulta, para hacer metodologías para filmar, ver qué conviene… Es una persona con la que hace 5, 7 años que trabajamos juntos, nos conocemos muy bien, me ayuda mucho en lo que hago.
Lily Gladstone junto a Martin Scorsese en el set. «Como siempre, en el rodaje estoy allí como de consulta, para hacer metodologías para filmar, ver qué conviene…».-Scorsese anunció que va a filmar otra película sobre Jesús. ¿Te llamará?
-Es un proyecto para dentro de un par de años, él se toma su tiempo. Seguramente empezaremos en un par de años, yo hasta 2025 estoy en el medio de Wicked.
Pablo Helman también supervisó los efectos visuales de «Terminator 3». En la foto, con Arnold Schwarzenegger.-Se habló bastante de la duración de “Los asesinos de la luna” (dura tres horas y media).
-La gente lo ha tomado bastante bien, las reviews (críticas) le dan un 95% sobre 100. A mí me gusta trabajar en este tipo de películas, porque me valora la labor que realizo. Me encanta trabajar en cosas que tengan contenido.
-¿Para la Argentina hace mucho que no venís?
-Y no voy a poder ir, tengo un montón de trabajo, estuve viviendo en Londres como un año, por Wicked. Estoy en Los Angeles ahora, pero vamos otra vez a Londres, que por la cuestión de la huelga de los sindicatos, nos quedan tres semanas de trabajo más. Vamos a filmar con los actores: el tercer acto de la segunda película no se pudo terminar.
Con Steven Spielberg, y con barbijos, en plena pandemia, rodando «Los Fabelman», que fue candidata al Oscar.
También, filmando con Spielberg
Durante el mismo año, Pablo también trabajó en los efectos visuales de la última película de Spielberg, ya un viejo conocido de Helman. Para Los Fabelman, 1.200 personajes fueron renderizados en 3D para las escenas iniciales. “También hubo secciones del cine que tuvieron que ser recreadas para tener en cuenta el período de los años cincuenta”.
-¿Tenés alguna anécdota con alguno de los intérpretes de la película?
-Michelle Williams necesitaba tocar el piano, como su personaje, Mitzi Fabelman. Pero la actriz no toca el piano en la vida real. Entonces Steven Spielberg nos pidió una solución eficaz, que hiciera creer al público que Michelle Williams estaba tocando el piano.
Increíble. «Michelle Williams necesitaba tocar el piano, como su personaje, pero ella no sabía. Steven Spielberg nos pidió una solución eficaz…».-¿Y cómo hicieron?
-No había presupuesto ni tiempo para desarrollar una solución en 3D, por lo que se filmó a una pianista, y luego su rostro fue reemplazado con el de Michelle.
¿Será Pablo candidato por cuarta vez por los efectos de Los asesinos de la luna? En enero nos enteraremos.