Columnista invitada (*) | Se trata del orden, la concentración, la independencia, el desarrollo sensorial y el lenguaje.
22 de octubre 2023, 05:51hs
En la primera infancia, que es la etapa referida al periodo inicial de la vida hasta la adolescencia, no existe posibilidad alguna de pensar en un niño que se encuentre fuera de espacios de juego. La esencia de su interacción con el mundo es a través de experiencias lúdicas. Dentro de las diversas teorías que describen el neurodesarrollo se asocian metodologías didácticas que van a ser capaces de fomentar habilidades de diversa índole en relación a potenciar aspectos cognitivos psicosociales y motores.
Quién fue María Montessori
Una de las metodologías didácticas que ha trascendido al tiempo actual y que favorece estos aspectos mencionados es la pedagogía Montessori. María Montessori nació el 31 de agosto de 1870 en el pueblo de Chiaravalle, en la provincia de Ancona, Italia. En 1896, se convirtió en la primera mujer en graduarse de la facultad de Medicina en la Universidad de Roma La Sapienza, donde al egresar trabajó como ayudante en la cátedra de Psiquiatría.
Fue una mujer visionaria, ya que por primera vez relacionó el aprendizaje con el desarrollo biológico y fisiológico del ser humano, basando sus aportaciones no sólo en cuestiones teóricas sino en la observación y experimentación, aplicando así conocimientos de neurociencia que hoy en día permanecen como estándares pedagógicos a nivel internacional.
Según la profesora Laura Trimarchi, especialista en juegos didácticos sensoriales y educación inicial, los juegos que se basan en la teoría de aprendizaje de María Montessori, tienen otra forma de ver al niño, de respetarlo, un modo especial de ver la educación en la que el niño/a es el constructor y protagonista de su propio aprendizaje, en la que se confía en el niño/a y en sus capacidades. Los profesionales de la educación nos formamos para ser mediadores y facilitadores de aprendizajes para la vida y es por eso que teniendo en cuenta pedagogías como esta somos responsables de generar un impacto positivo en el futuro del estudiante.
La elección libre de los niños
Heidi Oijman, especialista en pedagogía Montessori, se refiere a que algunos de los principios del método son la autonomía, la individualidad y la autodisciplina. La autonomía se fomenta mediante la libre elección de los niños. Es decir, escogen las actividades y los materiales didácticos con los que quieren jugar y toman sus decisiones respecto al cómo, al cuándo y al para qué.
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El juego también es una vía para que el niño/a exprese lo que siente y percibe de su entorno y de los demás. La individualidad se promueve en la libertad para la elección de los diversos materiales que utiliza en el juego y la autodisciplina para lograr los objetivos que se proponga.
Los cinco elementos esenciales del juego que favorecen el aprendizaje en los niños
Los cinco elementos esenciales en el desarrollo de un niño que fomenta el juego y que deben tener en cuenta sus padres son el orden, la concentración, la independencia, el desarrollo sensorial y el lenguaje.
La educación sensorial se aborda después de que el niño haya realizado las actividades de vida práctica para aprender a concentrarse y controlar sus movimientos. En los materiales, está el gran secreto para que estos elementos se potencien en los juegos que estimulan los diferentes aspectos esenciales para el desarrollo y aprendizaje. .Algunos de los objetivos más importantes son:
Practicar destrezas motoras.Aumentar la curiosidad, la atención y el deseo por aprender.Promover el pensamiento lógico.Estimular la comunicación no verbal.Desarrollar las relaciones positivas con otros niños/as y adultos.En cada propuesta, estos cinco elementos se confluyen armónicamente para contemplar el contacto con nuevas informaciones, experiencias y se genera una actividad neuronal pertinente y sostenida a partir de la interacción sináptica entre el sistema sensorial atencional y límbico.
Así, los niños logran activar circuitos de memoria motivando que el conocimiento logre ser bien codificado y almacenado en la memoria a largo plazo, para ser efectivo en la vida real. Esta pertinente interacción promueve además la libertad la confianza en sí mismos y la curiosidad constante, que es el motor para que su sistema cerebral entre en acción.
(*) Mariela B. Caputo es licenciada en Psicopedagogía (M.P. 199.685), master en Neuropsicología, investigadora del doctorado de la Facultad de Medicina UBA, especialista y directora de Nivel Inicial.