Si bien Javier Milei juró «por Dios y por la patria, sobre estos Santos Evangelios, desempeñar con lealtad y patriotismo» su nuevo cargo de Presidente de la Nación, la ceremonia de su asunción tuvo una fuerte impronta religiosa con alusiones a la tradición judía de los macabeos y la fiesta de Janucá, no solo en su discurso de asunción sino también en el obsequio de un candelabro de nueve brazos, llamado janukiá, a su par ucraniano Volodimir Zelenski, en homenaje a la Rebelión de los Macabeos.
Los judíos celebran la fiesta de Janucá en la semana que va del 7 al 15 de diciembre, en conmemoración de la Rebelión de los Macabeos contra el ejército seléucida, hace 22 siglos atrás, que culminó con la recuperación de Jerusalén, la restauración del Gran Templo de Jerusalén y la expulsión definitiva de los seléucidas en el año 166 antes de Cristo.
Es que la Revuelta de los Macabeos enfrentó a un grupo reducido de judíos que vencieron a miles de soldados enviados por los griegos, que habían prohibido la religión judía y ordenaban la adoración de los dioses griegos, persiguiendo y matando a los que no se convertían a la fe de los seléucidas.
“No es casualidad que esta inauguración presidencial ocurra durante la fiesta de Januca, la Fiesta de la Luz, ya que la misma celebra la verdadera esencia de la libertad. La guerra de los macabeos es el símbolo del triunfo de los débiles por sobre los poderosos, de los pocos por sobre los muchos, de la luz por sobre la oscuridad y por sobre todas las cosas de la verdad por sobre la mentira, porque ustedes saben que prefiero decir una verdad incómoda antes que una mentira confortable”, dijo Milei, en el tramo final de su discurso de asunción, frente a la gente que fue a escucharlo a la Plaza del Congreso.
Y agregó: “Estoy convencido de que vamos a salir adelante. Recuerdo cuando hace dos años cuando con la doctora Villarruel entramos al congreso como diputados. Recuerdo que en una entrevista nos habían dicho, ‘pero si ustedes son dos, sobre 257, no van a poder hacer nada’. También recuerdo que ese día la respuesta fue una cita del libro de Macabeos 3:19, que dice que ‘la victoria en la batalla no depende de la cantidad de soldados sino de las fuerzas que vienen del cielo. Por lo tanto, Dios bendiga a los argentinos. Y que las fuerzas del cielo nos acompañen en este desafío. Muchas gracias, será difícil, pero lo vamos a lograr. Viva la libertad carajo”, cerró Milei su discurso de asunción presidencial.
En el Antiguo Testamento, Capítulo 3, Versículo 19 del libro de los Macabeos se lee que “en una batalla, la victoria no depende del número de soldados, sino de las fuerzas del cielo”.
Posteriormente, en la recepción de delegaciones extranjeras, en Casa Rosada, Milei recibió con un fuerte abrazo al presidente ucraniano Volodimir Zelenski, y pidió que le acerquen una janukiá -la menorá de nueve brazos con la que se celebra la Fiesta de Janucá- y se la obsequió a Zelenski.
A las siete de la tarde está prevista la ceremonia interreligiosa en la Catedral Metropolitana, que tendrá la presencia de un rabino judío, entre los que harán una invocación religiosa.
Allí “habrá una invocación religiosa presidida por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, monseñor Jorge García Cuerva, con la participación interreligiosa de los representantes de los cultos que se profesan en el país”, según figura en la presentación de la ceremonia. Tal como contó Sergio Rubin, tras una introducción ritual de García Cuerva, habrá una lectura bíblica y una breve reflexión del arzobispo de Buenos Aires. Luego de un salmo habrá una invocación de un imán, un pastor, un arzobispo ortodoxo, un obispo anglicano y un rabino judío.
En ese mismo sentido, la noche previa a la asunción presidencial, Milei compartíó el encendido de las ocho velas de la janukiá, en un salón del Hotel Libertador, acompañado por su rabino Axel Wanish y el canciller israelí Eli Cohen. También compartió el encuentro con familiares de argentinos secuestrados por Hamas en Israel, que permanecen cautivos de esa organización terrorista en Gaza.