Argentina es un país «fierrero» como pocos. Un país con un enorme desarrollo del automovilismo nacional y muchas divisionales que animan el calendario. Pero también exporta talentos que nutren los campeonatos del deporte motor en el exterior. Y en 2023 los pilotos argentinos vivieron una temporada de emociones fuertes en los autódromos y circuitos internacionales.
En monoplazas o en autos con techo, hubo abanderados albicelestes en cuatro ruedas en algunas de las categorías más importantes y en otras menos conocidas. Los dos que más engancharon y movilizaron al hincha argentino fueron Agustín Canapino y Franco Colapinto.
Canapino se embarcó en un desafío diferente. A los 33 años, el arrecifeño, tetracampeón del TC, se animó a dejar su mundo, el de los autos de turismo, y se subió a un monoposto del equipo Juncos Hollinger Racing, del también argentino Ricardo Juncos, para correr en el difícil y exigente IndyCar estadounidense. Y en una categoría completamente diferente a la que estaba acostumbrado, el Titán sorprendió a todos sobre autos que pueden alcanzar los 350 kilómetros por hora.
Al volante de un coche de un equipo nuevo y en formación, llegó a opacar por momentos a algunos pilotos más experimentados, como a su propio compañero Callum Ilott. Se dio el gusto de correr las 500 Millas de Indianápolis, en la que tuvo que abandonar por un accidente. Cerró con su mejor actuación, en Laguna Seca, en la que estaba en condiciones de pelear por la victoria (llegó a ser tercero), pero se quedó sin chances por un toque con Ilott a poco del final. Culminó el campeonato en el 21° lugar de una tabla con 37 competidores y como el segundo mejor novato, detrás del neozelandés Marcus Armstrong.
«Irme a la IndyCar fue un acto de inconsciencia, pero cómo hacía para decir que no. Y fue una gran corazonada de Ricardo, que realmente se la jugó y confíó en mí. Podría haber salido mal, pero salió mil veces mejor de lo que esperaba y estoy feliz del primer año que tuve», reflexionó en charla con el sitio Campeones.
Con su butaca asegurada para 2024 -y nuevo compañero, el francés Romain Grosjean– y tras cerrar su etapa en el TC, el arrecifeño se enfocará de lleno en el IndyCar el año que viene. «Estoy confiado en que va a ser un año mejor, sin esperar milagros. No podemos pretender pelearle mano a mano todas las carreras a las grandes estructuras, pero sí seguir creciendo. Y con Grosjean en el equipo, nos da otra expectativa», comentó.
Quien también vivió un 2023 soñado y encarará con una enorme ilusión el 2024 es Colapinto. El pilarense de 20 años fue uno de los grandes protagonistas del campeonato 2023 de la Fórmula 3. En su segunda temporada en esa categoría y con un coche del MP Motorsport, sumó dos victorias y cinco podios y tuvo chances de ser subcampeón hasta la última fecha, aunque terminó cuarto. Esa gran actuación le permitió ser promovido a la Fórmula 2 y le abrió la puerta para cumplir un sueño.
Es que a fines de noviembre, días después de debutar en la categoría en la que correrá el año que viene con el mismo equipo, Colapinto se subió a un Fórmula 1. El bonaerense, que a principios de año se había incorporado a la Academia de Pilotos de Williams, manejó el FW45 de la escudería británica en los ensayos de novatos en la postemporada en Abu Dhabi. Y fue el primer argentino en conducir un monoplaza del Gran Circo en una sesión oficial luego de 20 años.
No solo eso. Logró girar más de 300 kilómetros, por lo que consiguió la Superlicencia que lo habilita a correr en la categoría reina. Y completó su sesión con el décimo mejor tiempo, por delante de pilotos mucho más experimentados, incluso algunos integrantes de la parrilla de la F1, como el francés Esteban Ocon (Alpine), el australiano Daniel Ricciardo (Alpha Tauri) y el tailandés Alex Albon, piloto titular de Williams.
«Fue único. Una locura. Un momento inolvidable. No tengo palabras para explicar lo que fue subirme por primera vez a un Fórmula 1. Es algo con lo que venía soñando desde muy chico«, comentó.
Y agregó: «A fines del año pasado no me esperaba estar acá, viviendo esto. Corriendo la F2 el fin de semana, teniendo esta posibilidad en Williams… Pasaron tantas cosas en tan poco tiempo que fue todo un shock. El año que viene tengo que andar bien en la Fórmula 2 y tener buenos resultados, porque eso es lo que me va a traer de vuelta a la F1″.
En el Mundial de Resistencia brillaron dos argentinos. Uno, un viejo conocido: José María López. Pechito fue otra vez actor principal en la clase Hypercar, la más importante del WEC, en la que también corrió Esteban Guerrieri, con Vanwall Vandervell.
Junto a Mike Conway y Kamui Kobayashi, sus compañeros del Toyota #7, el cordobés llegó a la última fecha en Bahrein con cuatro victorias en la temporada y muchas chances de quedarse con el título. Necesitaba ganar esa última carrera, pero fue segundo y se consagró subcampeón, detrás del otro coche del equipo japonés, que pilotearon Sebastien Buemi, Brendon Hartley y Ryō Hirakawa.
Pechito y sus compañeros del Toyota #7 fueron subcampeones en el WEC. Foto Twitter @TGR_WEC«Fue un año increíble para el equipo, con un gran rendimiento de todos. Las dos tripulaciones se presionaron mutuamente en cada carrera, pero siempre hemos trabajado juntos como un equipo, que es lo más importante. En cuanto a nuestro coche, tuvimos un buen año con mucho que celebrar, así que estoy muy contento de haber formado parte de él», comentó Pechito.
López, que ganó dos títulos en el Mundial de Resistencia, en 2019/2020 y en la 2021 (con festejo en las míticas 24 Horas de Le Mans), encarará el próximo año un nuevo desafío. Porque dejará el Hypercar y, aún ligado a Toyota, pasará a liderar al equipo Akkodis ASP de la exigente nueva categoría del WEC, la LMGT3.
El otro argentino que se destacó en ese campeonato fue Nicolás Varrone, quien se coronó en la clase LMGTE Am, la de menor peso en el WEC. El oriundo de Ingeniero Maschwitz conquistó el título con un auto del Corvette Racing, junto al estadounidense Ben Keating y al neerlandés Nicky Catsburg, en su primera temporada en la categoría. El trío ganó tres carreras: Sebring, Portimão y la mítica cita de Le Mans.
«Todavía es muy loco para mí. Cambió mucho mi vida. Es una carrera que todo piloto sueña con ganar y hay pilotos súper cracks que lo intentan toda su vida y no lo logran. Y haberlo conseguido con 22 años lo hace súper especial», le contó poco después de esa histórica victoria a Clarín.
Varrone, tras coronarse en las 24 Horas de Le Mans. Foto Constanza NiscovolosEl festejo los dejó a un paso del título, que aseguraron al finalizar cuartos en la fecha siguiente, en Monza. Varrone y sus compañeros se subieron al podio en cinco de las siete fechas, con tres victorias y dos segundos puestos. Y el bonaerense, que correrá en 2024 en el IMSA, la principal categoría de endurance de Estados Unidos, se convirtió en el cuarto piloto argentino en ganar un campeonato mundial, después de Juan Manuel Fangio (cinco veces en la Fórmula 1), Gabriel Pozzo (Mundial de Rally Grupo N) y Pechito (tres títulos del Mundial de Turismo y dos del WEC).
El cordobés Néstor Girolami finalizó sexto en el Mundial de Turismo con un Honda Civic, tras conseguir una victoria (en agosto en La Pedrera de Villa Mercedes, San Luis) y sumar además cuatro segundos puestos.
Un caso especial es el de Sacha Fenestraz, nacido en Francia pero cordobés de corazón (pasó los primeros años de su vida y empezó a manejar en Santa Catalina, cerca de Colonia Caroya), quien disputó su primera temporada en la Fórmula E, la categoría más importante de autos eléctricos, como parte del equipo Nissan E Team. Ese primer campeonato, en el que finalizó 16°, lo corrió bajo bandera francesa, pero ya recibió la licencia para competir en el de 2024 con la albiceleste. Ahora está a la espera de que le salga el pasaporte argentino para recibir el OK final de la FIA y cumplir su sueño de representar a Argentina.
Hubo también compatriotas animando competencias menores. Franco Girolami, hermano de Néstor, se coronó campeón del Touring Car Racing (TCR) de Italia. Y Luciano Martínez, un bonaerense que es mecánico de su propio auto para poder correr en el exterior, fue 16° en su primer año en la Fórmula 4 USA.
En campeonatos reconocidos y categorías menores, el talento nacional vivió un gran 2023 en el automovilismo internacional. Y promete un 2024 de emociones aún más fuertes.
HS