Como es de público conocimiento, hace pocos días, el presidente Javier Milei firmó el decreto 76/2023 convocando a sesiones extraordinarias en el Congreso desde el 26 de diciembre y hasta el 31 de enero. De los 11 proyectos que envió el Ejecutivo al Congreso, cuatro tienen que ver con la aprobación de convenios para la eliminación de la doble imposición con respecto a los impuestos sobre la renta entre Argentina y los siguientes países: Japón, Luxemburgo, China y Turquía.
Si bien nadie discute a nivel académico las ventajas de este tipo de acuerdo, y aun cuandoArgentina tenga en vigencia decenas de ellos (entre otros países, Argentina ha suscripto tratados similares a los que se quieren aprobar ahora con Alemania, Australia, Bélgica, Bolivia, Brasil Canadá, España, Emiratos Árabes Unidos, Francia, Italia, México, Suiza y Países Bajos), todo lo que hace o deja de hacer el gobierno de Milei se exagera hasta límites insospechados y se vuelve, por ende, polémico. De allí la necesidad de aclarar algunas cosas con respecto a este tipo de convenio.
Empecemos por el principio. ¿Qué es exactamente la doble imposición? En pocas palabras, la doble imposición se produce cuando a la renta o ganancia de un mismo sujeto se le aplica el mismo impuesto, o uno similar, en dos o más países.
Esto se suele dar por dos situaciones: (a) por ser el pagador de impuestos en cuestión residente en los dos Estados; o (b) el sujeto reside fiscalmente en un Estado, pero está obligado tributar por las ganancias generadas en otro país, que a su vez cobran impuestos por aquellas.
Ejemplos sencillos se ambas situaciones serían los siguientes:
Un residente fiscal argentino que se muda a España, se da de alta como autónomo ante Hacienda, pero nunca da la baja en Argentina.El segundo caso se da cuando un pagador de impuestos argentino tiene, por ejemplo, una propiedad en Estados Unidos que alquila a terceros y por ende genera ganancias allí.Sentado ello, un tratado para evitar la doble tributación es un acuerdo firmado entre dos países con el propósito de evitar que una misma renta o ganancia sea gravada dos veces por ambos Estados. Estos tratados, generalmente, abordan la manera en la que los impuestos deben ser aplicados cuando una persona o empresa realiza actividades económicas que abarcan dos países.
Los tratados para evitar la doble tributación suelen incluir disposiciones sobre la forma en que se deben gravar los ingresos, incluyendo salarios, intereses, regalías, dividendos, ganancias de capital, entre otros. Además, establecen mecanismos para resolver disputas y fomentar la cooperación entre los países en materia tributaria.
Como dije al comienzo de esta columna, no hay dudas en que este tipo de convenio genera ventajas para todos los involucrados.
En pocas palabras, las ventajas de los tratados para evitar la doble tributación para los países y los pagadores de impuestos son las siguientes:
Ventajas para los países:
1. Reducción de la doble imposición: Los tratados de doble tributación proporcionan reglas claras para evitar que la misma renta sea gravada dos veces, lo que fomenta la inversión extranjera, el comercio internacional y, por ende, el crecimiento de la economía.
2. Fomento de la cooperación: Estos tratados promueven la cooperación entre los países en materia tributaria, lo que puede ayudar a prevenir la evasión fiscal y el fraude.
Ventajas para los pagadores de impuestos:
1. Certidumbre tributaria/Seguridad jurídica: Los tratados proporcionan reglas claras en cuanto a cómo serán gravados los ingresos en ambos países, lo que ayuda a los contribuyentes a planificar sus actividades comerciales y financieras de manera más efectiva, así como sus patrimonios.
2. Reducción de la carga tributaria: Los tratados pueden incluir disposiciones sobre tasas impositivas reducidas o exenciones fiscales en ciertos tipos de ingresos, lo que puede resultar en una reducción de la carga tributaria para los pagadores de impuestos que operan en ambos países.
En definitiva, los tratados de doble tributación son beneficiosos tanto para los países como para los pagadores de impuestos, ya que promueven la certidumbre tributaria, que es una forma de seguridad jurídica, fomentan la cooperación internacional y ayudan a evitar la doble imposición, lo que a su vez puede fomentar la inversión y el comercio transfronterizo.