La dramática situación de Mar del Tuyú: una playa bajo los escombros y una ciudad comida por el mar

Mar del Tuyú, una playa llena de escombros y un pueblo al que se lo está comiendo el mar. (foto: TN).

La localidad costera de Mar del Tuyú vive una dramática situación de abandono con las playas repletas de escombros y un pueblo al que se lo come el mar a medida que pasan los meses.

Lo que hace unos años era un sistema de médanos frente al mar que alimentaba a la playa, se convirtió en decenas de estructuras de hormigón a unos pocos metros del mar. En muchos casos, los vecinos utilizaron la propia arena de la playa para construir esas estructuras.

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El paso de los años, las sudestadas, las tormentas y el lógico deterioro provocaron que el hierro de la construcción se oxidara y la estructura comenzó a ceder. Hasta que en el último tiempo el panorama se volvió desolador: las playas están repletas de escombros.

“No pase los caños, no es un baño”, se deja leer un graffiti con aerosol en una precaria escalera de cemento construida sobre la playa. La leyenda hace referencia a una línea de caños que “divide” la propiedad privada de la playa pública.

Lo cierto que esos caños son desagües pluviales que se colocaron para tratar de frenar el avance del mar contra la estructura. Sin embargo, el intento de los vecinos de poco sirvió y cada vez que la marea sube sus casas se inundan y los cimientos continúan erosionándose.

Las imágenes que captó la cobertura de TN son impactantes: el baño de una casa abandonada, un comedor sin piso ni paredes o hasta lugares donde solo quedan escombros de lo que alguna vez fue una casa con vista y bajada a la playa.

“No pasar, propiedad privada”, es otra de las frases que está pintada en una pared. Allí se agregó un muro de contención, pero por abajo sigue comiendo el mar, que pule los hierros, los hincha y eso termina de colapsar con el paso del tiempo.

Algunas personas mantienen su intención de veranear en esa zona, rodeados de escombros, una gran cantidad de basura y bajo el peligro que representa caminar en una zona repleta de hierros oxidados que sobresalen por la arena.

“Es familiar, es tranquilo”, dijo una señora que veraneaba esta mañana en esa playa. La mujer, acompañada por su marido, estaba sentada justo por delante de una construcción tan destruida como abandonada. “Esto lo tendría que haber sacado el municipio”, reclamó.

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Dos opciones aparecen en el radar y una pareciera más viable -en términos de realización- que la otra. La primera tiene que ver con que el estado provincial y municipal terminen de demoler lo que queda en pie, expropien las propiedades y regresen el ecosistema los médanos.

De esta manera se alimentaría la playa con arena, algo que resulta absolutamente necesario dado que durante la tarde -cuando sube la marea- los metros de playa se reducen a cinco o diez.

La otra opción es construir escolleras, pero los vecinos aseguran que por las características del terreno no se podía avanzar. Al tener arena y barro, se hace más complejo poder construir las escolleras.

En ese contexto, los vecinos que viven por la zona aseguran que se aprobó un proyecto de expropiación sobre esos terrenos, pero que nunca llegaron los fondos para poner en marcha la demolición de esas construcciones.