El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos prepara el lanzamiento de un nuevo índice de precios al consumidor (IPC). Con asesoramiento del FMI, el organismo actualizará las canastas de consumo de bienes y servicios que releva diariamente para elaborar el Índice de precios mensuales en función de la última Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (Engho) que se realizó en 2018 (Indec utiliza una canasta basada en la de 2005, cuando los hábitos de consumo eran completamente distintos). El nuevo índice ponderará (es decir tendrá un mayor peso) más los servicios que los bienes, podrá compararse con la serie histórica, y aún no tiene fecha de publicación.
«Desde hace un año se comenzó a trabajar en la nueva canasta del IPC, con base en los resultados de la Engho 2018, como está contemplado en los planes de trabajo que difunde el Instituto periódicamente. Todavía no hay una fecha establecida para la difusión del índice con la nueva canasta», aseguraron desde el organismo en respuesta a la publicación de la primicia en Infobae.
A pesar de que el organismo asegura estar trabajando desde hace un año en la actualización, fue en marzo del 2021 que anunció que comenzaría con la actualización de las canastas en un proceso que «requiere dos años completos de trabajo», explicaron en ese momento desde el organismo.
El trabajo de actualización no es sencillo, «incluye la construcción de la nueva canasta; la definición de nuevas variedades y su posterior relevamiento durante el período base; la selección de una nueva muestra de negocios; la incorporación de nuevos formatos de relevamiento; el aprovechamiento de nuevas fuentes de datos y mejoras de los sistemas digitales de captura de la información; y la evaluación de la eventual necesidad de incorporar un módulo complementario que actualice los resultados de la ENGHo -debido al impacto que la pandemia del coronavirus produjo en las modalidades de adquisición de bienes por parte de los hogares, por ejemplo, el incremento en el uso de medios electrónicos de pago-. Además, se debe garantizar la comparabilidad de las series históricas», había dicho el Indec en su momento.
¿Qué significa el cambio?
Para entender la actualización que realizará el Indec, hay que aclarar que el índice de precios al consumidor mide la evolución del nivel general de precios de una canasta representativa de bienes y servicios adquirida para el consumo de los hogares. No se trata de la canasta básica o la alimentaria conocidas, sino que es una canasta que el organismo define en base a las Engho, una encuesta que se recomienda realizar cada cinco años y permite tomar la fotografía completa de los hogares argentinos mediante el relevamiento de sus ingresos y sus gastos.
La Engho releva alrededor de 45.000 hogares, ubicados en centros urbanos de 2000 habitantes y más de todo el país, a fines de representar la diversidad regional y socioeconómica de la Argentina. La última se realizó desde octubre de 2017 hasta diciembre de 2018, «para observar la variación de los hábitos de consumo según las distintas épocas del año», explica el Indec en su página web. Antes de la de 2017/2018, las Engho se realizaron en 1996/1997; y luego en 2004/2005.
La actual estructura del IPC del Indec sigue relevando los precios en base a la Engho 2004/2005, a pesar de que las recomendaciones de organismos internacionales indican realizar actualizaciones de las canastas cada diez años. En otras jurisdicciones, como la Ciudad de Buenos Aires por ejemplo, el IPC se calcula en base a la Engho más actualizada, y es por ello que se observan diferencias en los relevamientos mensuales.
Cambio de hábito
Las estructuras de gastos de los hogares del total del país estimadas por la ENGHo 2017-2018 reflejaron importantes cambios respecto de las estimadas para 2004-2005 y 1996-1997 en algunas divisiones del gasto de consumo. La mayor diferencia fue que «en la última ENGHo se observó una disminución del peso de los gastos en bienes y un aumento en los servicios», aseguran las economistas de Paridad en la Macro Mariana Bonfils y Cecilia Galarza.
«Esta diferencia que pareciera relativa, en realidad es reflejo de los cambios en los comportamientos y patrones de consumo de los hogares. Pensemos que en el 2005 -ya hace casi veinte años- el peso del gasto en plataformas digitales de entretenimiento o en los servicios de celulares y teléfono fijo para las familias, dista mucho del actual; así como el gasto en impresión de fotos, uso de CD, DVD, determinados equipos electrónicos y cigarrillos, que han cambiado por el avance de la tecnología y culturalmente», agregan.
Entre las principales conclusiones de la encuesta, el Indec resalta que la proporción del gasto de consumo en Alimentos y bebidas no alcohólicas disminuyó en 2017/2018 respecto a las Engho anteriores (pasó de representar el 25,7 por ciento en 2004/2005 al 22,6 por ciento del total) . «Como contrapartida, se incrementó el gasto en el grupo de restaurantes (que incluye tanto el gasto en restaurantes como las comidas listas para consumir)», aseguraba el organismo.
En tanto la proporción en el gasto total para Transporte y Comunicaciones fue aumentando Engho a Engho. En Transporte, el gasto registrado fue del 11,2 por ciento en 1996/1997, y aumentó al 11,6 por ciento en 2004/2005, para llegar al 14,2 por ciento del gasto de consumo en la edición de la encuesta de 2017/2018. En Comunicaciones, el incremento fue aun mayor: pasó del 2,6 por ciento en 1996/1997 al 5,2 por ciento en la 2017/2018.
Finalmente, el 14,5 por ciento del gasto de consumo se destina a Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, cifra que creció con respecto a 2004/2005 que representaba apenas el 10,6 por ciento.