Marketing político del gobierno de Milei y negocios de bancos juegan con la ansiedad de la vivienda propia
La desesperación por la suba desmedida de alquileres y la dificultad para acceder a una vivienda son utilizados por la administración libertaria, con la complicidad de entidades del sistema bancario, para lanzar los controvertidos préstamos hipotecarios ajustados -capital e intereses- por inflación.
El Banco Nación comenzará a ofrecer créditos hipotecarios ajustables por UVA. Se trata de una línea que también empezaron a promocionar otros bancos y que genera fuerte polémica por los resultados que arrojó el plan de créditos UVA del macrismo. De hecho, el mismo día que el Banco Nación hace el anuncio se realizó una marcha del colectivo de hipotecados UVA al Congreso, puesto que aseguran que es una nueva estafa a la población.
El Banco Nación confirmó que lanzará su propia línea de créditos hipotecarios con ajuste por inflación. Una de las motivaciones que tiene la banca para avanzar en esta dirección es que la liquidez que reciben por depósitos perdió rentabilidad con la caída de la tasa de interés de referencia (es decir, si se la coloca en pasivos monetarios).
Esto último genera a los bancos incentivos a buscar canales alternativos de subir la rentabilidad. El problema es que en la Argentina los créditos ajustados por inflación demostraron que son un arma de doble filo para quienes los solicitan. Al punto que hay un grupo de deudores agrupados para denunciar el problema que les implicó haber confiado en el macrismo en la política de créditos ajustados por UVA.
Desde el Banco Nación aseguraron que los créditos tendrían un tope opcional para que la cuota no suba excesivamente si la inflación se dispara. Pero los clientes que accedan al préstamo deberían pagar para tener esta cobertura un porcentaje adicional de tasa como seguro para evitar un posible riesgo inflacionario. Se trata de una garantía y será optativo, según dejó trascender el Banco Nación.
Los créditos inmobiliarias UVA son un préstamo que hace el banco en el cual el inmueble se queda como garantía de pago o «hipotecado», hasta que se concluya el pago del crédito. A pesar de que se suele pensar como una manera de financiar la compra de una vivienda, el mismo puede utilizarse para la construcción desde cero, remodelación de vivienda, adquisición de un terreno, entre otros.
Antes de la crisis financiera de 2018 en la Argentina, el macrismo los había promocionado e incentivado a la población a obtenerlo asegurando que iba a ser una gran oportunidad para quienes lo reciban. Pero pasó exactamente lo contrario. El colectivo que agrupa a los deudores UVA lanzó un comunicado contando la situación. “La situación de las familias hipotecadas es cada día más desesperante”, dijeron.
Agregaron que “la inflación, aunque en baja en estos últimos meses, sigue oradando los ingresos y los sueños de mas de 100.000 familias argentinas. Las cuotas y el capital adeudado siguen creciendo ininterrumpidamente mientras los salarios no acompañan”. Al mismo tiempo, mencionaron que “hoy en dia hay familias con más del 60 por ciento de sus ingresos destinados al pago de la cuota, y son cada vez más los que han decidido dejar de pagar”.
Por su parte, plantearon que “para peor, el gobierno junto a los bancos, aprovechándose de la desesperación de los argentinos por la situación angustiante, buscan insistir con el relanzamiento de los créditos hipotecarios en UVA, que ya demostraron ser una estafa y que sólo es negocio para el sector financiero e inmobiliario”. Y cerraron indicando que se necesita “una reestructuración de los créditos actuales y futuros para que sean sostenibles en el tiempo”. Por todos estos reclamos realizaron una movilización hacia el Congreso para reclamar por su situación crediticia.
A pesar de esta experiencia, una parte de la población comienza a mirar estas líneas de créditos ajustadas por inflación con entusiasmo, debido a la dificultad de acceder a una vivienda propia que arrastra hace décadas la Argentina. El déficit habitacional se estima en 4 millones de viviendas. Ese motor explica una parte del interés por ahora de tres bancos por lanzar con fuerza los créditos UVA renovados. La demanda insatisfecha por este tipo de préstamos a 30 años queda en evidencia cuando a pesar de todas las advertencias, solo en el Banco Hipotecario ya se anotaron 20 mil personas en cuatro días para averiguar por el financiamiento.