Jorge «El Roña» Castro sufrió dos fuertes golpes de la inseguridad: le robaron partes del auto que dejó estacionado en la puerta de su casa en el barrio San José, en Temperley, y el día anterior le sustrajeron mercadería que tenía destinada para sus comedores.
“Anteayer me robaron. Había mercadería, cosas que le doy a la gente, para los que están necesitados. Y a la noche me robaron el estéreo, la batería, la rueda de auxilio, la llave, el cricket, me llevaron todo. Estoy recaliente. Andá a robarle a otro, que no hace nada. Me rompieron todo, me hicieron mierda”, expresó Castro, visiblemente afectado.
En marzo de 2020, el campeón mundial de boxeo abrió un gimnasio en el barrio San José de Temperley, pero debió cerrar temporalmente un mes después debido a la llegada del coronavirus a Argentina. Al ver el crecimiento del hambre en su comunidad, decidió comenzar a organizar ollas populares para ayudar a sus vecinos.
El posteo del Roña Castro tras los robos
Tras lo sucedido, el reconocido exboxeador escribió en sus redes sociales: «Así me dejaron el auto anoche, pero ante-noche también me robaron del auto mercadería pero no me hice problema, porque la gente necesita y yo dije ‘que aprovechen lo que me habían llevado’, pero anoche fue terrible lo que hicieron«.
Y siguió: «Me rompieron todo el torpedo para sacar el estéreo, me robaron la batería, el auxilio, el criquet y unas boludeces más, pero lo quiero hacer público porque por uno pagan todos. Las cámaras van a decir la verdad sobre quién fue. Abrazo para todos», concluyó.
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Roña Castro, solidario en tiempo de crisis
«Hicimos una olla, después hicimos dos, luego empezamos con los comedores, y ahora tenemos 14 comedores», relató Castro en el programa «Estamos Jugados» de C5N, conducido por Juan Amorín. Actualmente, desde el gimnasio, el boxeador distribuye mil números para entregar mercadería a sus vecinos, pero reconoce que la demanda ha crecido mucho.
«No damos abasto. Entregamos mil números, pero cada vez vienen más personas y no alcanza. La gente tiene hambre en la calle. El sueldo no les alcanza. Es muy duro porque un laburante no puede llegar a fin de mes. No llega», lamentó el exboxeador, quien se coronó campeón mundial de ese deporte en la categoría peso medio en 1994.
«Cada vez está peor. La gente viene y te pide. Viene gente con 4 o 5 nenes y se pone a llorar en la puerta de mi gimnasio y le tengo que dar. No le puedo decir que no. Sé lo que es pasar hambre, sé lo que es pasar frío. Estos políticos no me lo pueden contar porque yo lo pasé», añadió el Roña, explicando que él también sufre los efectos de la inflación y el aumento de tarifas. «A mí me vino de luz 350 mil pesos. Antes me venían 30 mil, y no le puedo decir que no, lo tengo que pagar», señaló.
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