Con la aprobación de casi toda la agenda judicial que impulsó el Ejecutivo para la sesión del viernes pasado, salvo la ‘Ley Montero’ que quedó para el 2025, la Unicameral dio por finalizado el primer período legislativo en la era LLaryora, dominado por la paridad en su conformación de origen, aunque el PJ se encargó de inclinar la balanza a su favor.
El último plenario del año marcó el pulso del choque de fuerzas constante entre el oficialismo y el interbloque Juntos por el Cambio. Esta vez, la puja discursiva de nombramientos “a dedo” en la Justicia estuvo centrada en el pliego de designación de Jessica Valentini en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y los otros cinco pliegos de funcionarios judiciales que integrarán la cúpula del Ministerio Público de la Defensa.
Pese al rechazo del arco opositor, el PJ (33 voluntades) logró el apoyo de tres aliados permanentes y/o circunstanciales. Se trata de la capitanista Karina Bruno, el libertario Agustín Spaccesi y la radical escindida Graciela Bisotto, quienes aportaron sus votos para dar luz verde al pliego de Valentini. Las ausencias y abstenciones también jugaron su papel a la hora de la aprobación de los nombramientos para ocupar los otros altos cargos vitalicios en el Poder Judicial.
En medio de la fuerte pulseada entre peronistas y cambiemistas hubo tiempo para hacer un balance del año ante la consulta de Perfil Córdoba. Las expresiones de los jefes de bloque Miguel Siciliano (PJ), Matías Gvozdenovich (UCR), Walter Nostrala (Juecismo) y Luciana Echevarría (FIT-Unidad) exhibieron el contrapunto ante las posiciones encontradas de lo que fue el primer año de labor parlamentaria de la era Llaryora.
“En este año de una Legislatura atípica ya que es la primera vez desde la vuelta de la democracia que el partido gobernante no tiene mayoría ni quorum propio, celebro que algunos legisladores tuvieran la voluntad de generar diálogo y consenso”, expresó Siciliano en alusión a las “palomas” y sus aliados.
En su ofensiva contra los halcones cambiemistas, la espada llaryorista dijo que espera que “aquellos que se opusieron a todo siempre, que dijeron que no a todo por las dudas y que siempre pusieron palos en la rueda, puedan cambiar de actitud”. “No sirve tratar de que al Gobierno le vaya mal, porque si le va mal le va mal a nuestra gente”, remarcó.
“Confío en que el 2025 va a ser un buen año para la Argentina y por ende para Córdoba y deseo de corazón que podamos estar a la altura de las circunstancias aquellos que estamos obligados a trabajar juntos en consensos para que nuestra gente, los y las cordobesas, estemos mejor”, cerró el peronista.
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Alternativa 2027
“Hemos logrado que el radicalismo vuelva a tener fuerza y representación, algo que no es poco mirando a futuro y dejando claro que vamos a cumplir a rajatabla con nuestra función de controlar y denunciar todo lo que vemos que haga mal este gobierno que, dicho sea de paso, se viene cayendo a pedazos, no solo en gestión sino también en imagen”, retrucó Gvozdenovich.
El deloredista opinó que la bancada radical consolidó “un grupo de trabajo muy interesante” que logró “coordinar muy bien” con el resto de los bloques y los monobloques para sostener la paridad. “Esto nos da fuerza y presencia dentro del recinto, aunque por el voto doble de la vicegobernadora Myrian Prunotto, muchas veces no nos alcance para aprobar nuestras propuestas”, reconoció.
Al insistir en su crítica por la “censura” en el uso de la palabra, la espada radical sostuvo que “tener cinco minutos de reconsideración en cada proyecto presentado sobre tablas nos permite tener voz”. El boina blanca aseguró que este punto “será innegociable de aquí en adelante”.
Con el rumbo trazado hacia 2027, el parlamentario de la UCR subrayó: “Si queremos crear una alternativa de cara al futuro, creemos que estamos dando pasos firmes para lograrlo y este primer año legislativo es una muestra de ello”.
Oposición coherente
El jefe del núcleo juecista calificó como “bueno” al balance que hacen desde el Frente Cívico. “Ejercimos una oposición muy firme, coherente, con convicción”, acentuó Nostrala en un mensaje destinado a propios (socios cambiemistas) y extraños (oficialistas).
En medio del choque de fuerzas que dejó atrás la supremacía oficialista, el halcón opositor fustigó: “Para la oposición fue complicado teniendo en cuenta que el oficialismo no asume que la Legislatura ya no es lo que era”.
“La paridad es absoluta a pesar de que encontró socios en el camino que le facilitaron las cosas”, advirtió el juecista al lanzar un dardo envenenado a los aliados que cosechó el PJ entre el arco opositor. “Estamos convencidos de que el camino iniciado este año por nuestro bloque es el que debemos mantener en el futuro”, concluyó.
Pleno acuerdo
Por su parte, la representante de la izquierda arremetió contra el peronismo en el poder. La oposición cambiemista también fue blanco de su crítica. Echevarría señaló que “la Legislatura termina el año como lo empezó: con el oficialismo trayendo temas a las apuradas, sin debate y sin participación popular y la supuesta oposición acompañando en temas claves”.
“Por más que haya un reparto ajustado de las bancas, no es una Legislatura dividida, porque el oficialismo y la oposición tradicional tienen pleno acuerdo en el plan económico y político, como se evidenció con el apoyo al presupuesto y con la hipocresía absoluta con la que votaron Ficha Limpia, con el que todos le dieron amplios poderes a la Justicia para intervenir en la voluntad popular, en la misma sesión en la que Llaryora designó a dedo funcionarios judiciales, entre ellos una integrante del TSJ”, dijo.
De cara a lo que viene, los cambiemistas buscarán sostener –pese a los roces internos– la unidad del interbloque opositor, mientras que el peronismo seguirá picando la piedra para romper la paridad que insume mucho desgaste. Entre los opositores –halcones y palomas– defienden cada uno a su modo el rol de control del poder. El PJ les reclama a los duros dejar de “poner palos en la rueda” al gobierno de Martín Llaryora.