Set point en contra en el tie break del parcial inicial, una volea sencilla a la red y un final abrupto, que sorprendió incluso a su rival: así se cerró la excursión de Novak Djokovic en el Abierto de Australia, donde se retiró tras caer 7-5 en el desempate del primer set ante el alemán Alexander Zverev, que de esa manera definirá el título ante el italiano Jannik Sinner, vencedor del estadounidense Ben Shelton en la otra semifinal.
Un sonoro abucheo despidió a Djokovic en el Rod Laver Arena, después de batallar durante una hora y 21 minutos contra un sólido y concentrado Zverev. Fue el tiempo que demandó el set y que convenció al serbio, diez veces ganador en el Melbourne Park, de que sería imposible revertir el resultado con una lesión que arrastraba desde el primer set de su duelo con Carlos Alcaraz en los cuartos de final.
«Por favor, no abuchées a un jugador cuando se retira lesionado. Especialmente a un jugador que durante 20 le dio la vida al tenis y que ganó este torneo con una rotura abdominal y con una lesión en el isquiotibial», reprochó al público Zverev, que así se clasificó para su tercera final de Grand Slam y que el domingo buscará su primer título grande.
El campeón de 24 grandes había estado en el foco de las críticas durante los dos últimos días en Melbourne Park, tras su victoria frente a Alcaraz, después de que fuera capaz de recuperarse rápidamente de una supuesta lesión en la zona isquiotibial en el último tramo de un primer set que acabaría ganando el español. Tras remontar el marcador e imponerse en cuatro parciales, el serbio aseguró que la lesión era seria y que simplemente la medicina antiinflamatoria que había tomado después de la molestia había tenido efecto, pero que no sabría si sería capaz de disputar su siguiente encuentro con el número dos del mundo. Las alarmas sonaron más fuerte el jueves, cuando Djokovic canceló su sesión de entrenamiento por problemas físicos.
Sin embargo, el serbio de 37 años completó el calentamiento previo al choque sin ningún percance y arrancó un partido extenuante de largos intercambios, frente a un Zverev que prolongaba los peloteos sin compasión, con la certeza de la condición física endeble de su rival.
Tras una hora y 21 minutos, el serbio falló una fácil volea en el primer punto de set que tuvo Zverev. Djokovic no dudó un segundo y se dirigió a la red, que estaba a dos pasos de su posición, para felicitar a su rival y anunciarle tanto a él como al juez de silla que dejaba el partido.
“No toqué una pelota desde el partido con Alcaraz hasta una hora del partido de hoy. Hice todo lo que pude para manejar el desgarro muscular que sufrí. Los medicamentos, el trabajo del fisio y el vendaje ayudaron, pero sólo funcionaron hasta cierto punto. Hacia el final del primer set empecé a sentir más y más dolor”, explicó el serbio, que igualmente reconoció que si se quedaba con el desempate, probablemente hubiese continuado en la cancha. «Si hubiera ganado el primer set, tal vez lo hubiera intentado. No sé, quizás algunos juegos más. La cosa iba de mal en peor”, explicó el exnúmero uno del mundo.
Sus 38 años, las lesiones cada vez más recurrentes y la hostilidad del público australiano parecen ser un combo letal para su futuro en Melbourne Park, tanto que el propio Djokovic reconoció que pudo haber sido su última vez en el certamen. “Hay alguna posibilidad de que este haya sido mi último. ¿Quién sabe? Tendré que ver cómo va la temporada. Quiero seguir adelante”, comentó el serbio.
Con la victoria, Zverev se convirtió en el tercer alemán en la Era Abierta en alcanzar la final del Abierto de Australia, y se unió a sus compatriotas Boris Becker y Rainer Schuettler. Su rival en la gran final de este domingo será el número uno del mundo y defensor del título, Jannik Sinner, que no tuvo inconvenientes para derrotar 7-6 (7-2), 6-2, 6-2 a Shelton y acceder otra vez a la definición, como el año pasado.