viernes, 28 febrero, 2025
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Productores del Nordeste acusan a SENASA de perjudicar al sector ganadero

A través de un comunicado de prensa, Cha-For, afirmó que productores ganaderos del Nordeste argentino se encuentran una vez más en pie de guerra contra el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), tras las recientes resoluciones tomadas por el organismo en cuanto a las fechas y condiciones de vacunación contra la fiebre aftosa. Según denuncian los productores, la entidad continúa adoptando decisiones sin escuchar las recomendaciones de expertos, lo que está afectando negativamente al sector ganadero regional.
El principal reclamo de los productores es que SENASA ha determinado unilateralmente las fechas para la vacunación sin contar con los fundamentos técnicos suficientes que respalden estas decisiones. A pesar de las sugerencias formuladas por profesionales de entidades gremiales, fundaciones sanitarias y los propios productores, el organismo parece hacer caso omiso a las inquietudes del sector. Las críticas apuntan especialmente a la falta de aplicación del «sentido común» a la hora de considerar las particularidades de las zonas productivas y las haciendas involucradas.
«Nos sentimos completamente ignorados y perjudicados por un organismo que parece más interesado en resolver cuestiones administrativas que en abordar las necesidades reales del sector», expresó uno de los productores afectados. «No se entiende cómo SENASA no ha considerado nuestras sugerencias para modificar el esquema de vacunación, como la posibilidad de vacunar una sola vez al año o eliminar categorías como novillos y vaquillonas, que no afectan de manera significativa al control de la fiebre aftosa en nuestra región», agregó.
El reclamo se centra en lo que muchos consideran una desconexión entre las autoridades sanitarias y la realidad del campo. «Somos rehenes de burócratas que están a 1.200 km de la realidad que vivimos todos los días en el campo. Ellos no conocen las particularidades de nuestra producción, las características de nuestras haciendas ni las condiciones específicas que afectan a nuestra región», aseguran los productores. La distancia física y conceptual entre la toma de decisiones en Buenos Aires y la realidad de los pequeños y medianos productores del Nordeste parece ser una de las principales fuentes de malestar.
El conflicto también involucra las consecuencias económicas que estas decisiones pueden tener para los productores. La obligatoria vacunación en ciertas fechas y bajo condiciones estrictas podría significar una carga económica adicional para aquellos productores que, debido a las particularidades de su actividad o a la infraestructura de sus establecimientos, no cuentan con los medios adecuados para cumplir con los requisitos impuestos. Para muchos, el costo de la vacuna y los posibles trastornos logísticos que esta situación provoca son difíciles de asumir.
Además, el sector ganadero del Nordeste sostiene que la resolución adoptada por SENASA no responde a las recomendaciones de expertos en sanidad animal. Según las entidades gremiales, profesionales y fundaciones sanitarias, la posibilidad de vacunar una sola vez al año podría ser más eficiente y menos costosa, sin comprometer la sanidad de los animales ni el estatus sanitario de la región. La eliminación de categorías como novillos y vaquillonas, que en muchos casos no presentan riesgos significativos en cuanto a la propagación de la enfermedad, también fue planteada como una solución viable, pero estas sugerencias fueron desestimadas por SENASA.
La situación genera creciente preocupación en el sector ganadero, que ve en esta falta de escucha y flexibilidad una amenaza para la competitividad y sustentabilidad de sus emprendimientos. Productores del Nordeste temen que, de no tomarse en cuenta las realidades del terreno y las recomendaciones técnicas apropiadas, las políticas sanitarias del organismo terminen perjudicando a una de las regiones más productivas del país.
En este contexto, los productores hacen un llamado a las autoridades nacionales y a los responsables de SENASA para que revisen sus decisiones y atiendan las demandas del sector ganadero del Nordeste, buscando soluciones más acordes a las necesidades de los productores, sin que ello implique poner en riesgo la sanidad del ganado o el comercio internacional de carne.
La situación sigue en desarrollo y los productores esperan una pronta respuesta de las autoridades, que permita conciliar la seguridad sanitaria con la viabilidad económica de los productores en una de las zonas más productivas del país.

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