El presidente Javier Milei se refirió ayer a la creciente inseguridad en la provincia de Buenos Aires y, a través de un mensaje en sus redes sociales, solicitó la renuncia del gobernador Axel Kicillof. Milei calificó la situación en el conurbano bonaerense como un “baño de sangre” y acusó al mandatario provincial de sostener una “doctrina prodelincuentes” que, según él, ha contribuido al aumento de la violencia y la criminalidad en la región.
El presidente expresó que la visión del gobierno nacional sobre la seguridad está «en las antípodas» de la de Kicillof y señaló que el gobernador es responsable del incremento de los delitos en la provincia.
En ese sentido, propuso que la Nación intervenga la provincia de Buenos Aires para aplicar una política de “tolerancia cero” en materia de seguridad, inspirada en las estrategias implementadas por el exalcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, y el economista Gary Becker.
La declaración de Milei generó rápidamente reacciones desde diversos sectores políticos.
Uno de los primeros en salir al cruce fue el gobernador de la provincia de Formosa, Gildo Insfrán, quien respondió de manera contundente al presidente. Insfrán manifestó que el pedido de renuncia al gobernador bonaerense «ataca a los fundamentos más básicos de nuestra democracia» y consideró que socava los principios federales que constituyen la base del sistema político argentino.
El mandatario formoseño subrayó que “no existe democracia ni República Argentina si no hay un respeto irrestricto a la voluntad popular y a la autonomía de las provincias”.
En su respuesta, insistió en que tanto la legitimidad del presidente como la de un gobernador “nacen del voto soberano del pueblo”, defendiendo la independencia de las provincias y la necesidad de respetar los mandatos populares.
Con firmeza, Insfrán enfatizó: “Exigimos madurez política, respeto institucional y humildad como servidores públicos”, añadiendo que el interés general del pueblo argentino debe estar por encima de cualquier egoísmo o interés personal.
La postura de Insfrán se alineó con la de otros gobernadores que también expresaron su rechazo al ataque a la autonomía provincial y a la falta de respeto hacia el proceso democrático.
Este intercambio de declaraciones evidencia las tensiones políticas entre el presidente y varios mandatarios provinciales, en un contexto donde las críticas sobre la gestión de la seguridad y la forma en que se abordan los problemas sociales continúan siendo un tema central del debate público.