De clásico a clásico. Luego del gran triunfo contra Uruguay y de disfrutar del cariño de la gente el sábado en el amistoso solidario por Bahía Blanca en la cancha de Huracán, la Selección ya se enfoca en el partido más importante y complicado que tendrá en el año: este lluvioso domingo a la tarde tuvo su penúltimo entrenamiento en Ezeiza y Lionel Scaloni empezó a sacar conclusiones para la formación que parará el martes en el Monumental.
En una práctica que constó de trabajos regenerativos para cuidar el físico de los jugadores, la buena noticia que tuvo el cuerpo técnico fue la ratificación de que todos los jugadores se encuentran disponibles para jugar (salvo Nico González, expulsado): no quedaron lesionados del duro triunfo en el Centenario, algo no menor teniendo en cuenta cómo venía la mano en los últimos días (ya se habían bajado antes de esta doble fecha Lautaro, Messi, Montiel, Dybala y Lo Celso).
Si bien hubo trabajos de campo porque la lluvia había mermado este domingo en Ezeiza, Scaloni dejó la decisión de terminar de confirmar el equipo para la práctica del lunes, en la que hará un trabajo táctico clave. En principio, con la vuelta de De Paul ya como un hecho, todo pasa por saber quién será el que deje su lugar en el 11: Paredes y Simeone son los candidatos, con la diferencia de esquema que traerá como consecuencia el elegido para salir.
Scaloni, en el entrenamiento (Prensa AFA).
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