Las autoridades de Pensilvania y Nueva Jersey confirmaron la reducción del costo del peaje en una de las principales vías que conecta ambos estados. La medida busca aliviar el impacto económico en los conductores frecuentes y mejorar la fluidez del tráfico en la región. Este ajuste se enmarca en un proceso de modernización de la infraestructura vial, que incluye la transición a un sistema completamente electrónico.
Además de la reducción del peaje, NJ TRANSIT implementó un descuento del 50% en pasajes de ida y vuelta para las personas afectadas por las obras de reparación en la I-80. Esta iniciativa busca facilitar la movilidad de los pasajeros y reducir la congestión vehicular mientras se realizan los trabajos en la carretera.
Desde el 24 de marzo, los pasajeros que partan desde Hackettstown, Mount Olive, Netcong, Lake Hopatcong y Mount Arlington podrán abordar sin necesidad de comprar pasaje. Solo deberán informar al personal del tren si harán transbordo en Newark Broad Street o Summit para continuar su viaje hasta Penn Station en Nueva York. Para el regreso, será suficiente con comprar un boleto de ida, obteniendo así el beneficio del 50% en el costo total del viaje.
Según Telemundo, el gobernador Phil Murphy destacó la importancia de esta medida como una forma de ofrecer alternativas de transporte eficientes mientras se llevan a cabo las reparaciones. “Reducir el uso de vehículos privados y brindar opciones accesibles a los ciudadanos es clave para mitigar el impacto de las obras en la movilidad diaria”, afirmó.
Si bien la reducción del peaje en esta vía representó un alivio para muchos conductores, en otras infraestructuras viales de la región se registraron aumentos en las tarifas. Los puentes Benjamin Franklin, Walt Whitman, Commodore Barry y Betsy Ross elevaron sus peajes de US$5 a US$6, tras la aprobación de la Autoridad Portuaria del Río Delaware (DRPA) con el objetivo de financiar proyectos de mantenimiento y mejora en estas estructuras.
Las autoridades señalaron que estos ajustes responden a la necesidad de garantizar la seguridad y operatividad de los puentes a largo plazo. Sin embargo, algunos sectores expresaron preocupación por el impacto económico que estos incrementos pueden tener en los trabajadores que dependen de estas conexiones para su movilidad diaria.