La semana que culminó se vio convulsionada por el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump, quien dio a conocer un conjunto de medidas arancelarias de alto impacto mundial.
La medida que revoluciona el comercio internacional global, impone un arancel general mínimo del 10% para todos los países y tarifas más elevadas para socios comerciales específicos. Uno de los mercados más castigados es China, con una tasa arancelaria del 54%, en tanto que para la Unión Europea será del 20%. La medida obviamente tiene un impacto en Argentina.
Los mercados financieros reaccionaron negativamente ante el anuncio, con caídas en los principales índices bursátiles y un aumento de la incertidumbre sobre el crecimiento económico global.
Para entender más sobre el tema, Perfil Córdoba dialogó con el economista y magister en relaciones internacionales Gustavo Alejandro Girado, quien además es especialista en materia de vínculos comerciales con China. Girado es director de la carrera de Posgrado de Especialización en Estudios en China Contemporánea de la UNLa, y autor de cuatro libros, entre ellos ‘Un Mundo Made in China’ y ‘¿Cómo lo Hicieron los Chinos?’. De julio de 2022 a junio 2024 se desempeñó como Consejero y Cónsul General en la Embajada de Argentina en la República Popular China, en tanto que en la Universidad Nacional de Córdoba fue el encargado de realizar el curso de Formación Integral sobre China.
–¿Cómo se analizan estas políticas económicas anunciadas por Trump en el contexto histórico del comercio internacional?
–Esta medida se considera absolutamente rupturista de acuerdo a la historia del comercio internacional. Rompe con todos los acuerdos entramados desde la Segunda Guerra Mundial. A partir de ese momento trascendental, se fueron rompiendo barreras, el mundo se integró y se generaron tratados económicos, los cuales culminaron con la formación de la Organización Mundial del Comercio. Trump acaba de romper con todo eso: pateó el tablero de ajedrez y borró con el codo todo lo que Estados Unidos había establecido a lo largo de los años como ganador de la Segunda Guerra Mundial, tirando todo por la borda.
–¿Cómo cree que el pueblo norteamericano percibe estas nuevas políticas proteccionistas implementadas por Trump?
–Trump está parado en un lado y todo el mundo dice otra cosa. Supuestamente, estaba haciendo esto para beneficio del pueblo norteamericano. Algunos republicanos lo sostienen, pero no todos, ya que muchos no lo apoyan y tienen muchas dudas. Elevó las barreras violentamente, implementando una posición extremadamente proteccionista que perjudica principalmente a las economías en desarrollo. Impuso nuevas condiciones y quien no las acepta no podrá formar parte del juego comercial.
–¿Y los medios de comunicación especializados qué postura tomaron?
-Los medios norteamericanos que uno acostumbra a leer están furibundamente en contra de las medidas que acababa de tomar Trump. Incluso el propio sector industrial mostraba incertidumbre sobre el futuro. Pero no es sólo eso: a países con los que históricamente Estados Unidos tiene superávit, les impuso un 10% como piso, lo cual es una locura. Si los productos se encarecen, habrá sobreoferta a nivel mundial con productos que antes se vendían en Estados Unidos, y tendrán que buscar otros destinos. Esto sin dudas generará represalias, algunas de las cuales ya se han visto.
–En el caso específico de China, ¿cuál cree que será la postura del país y la respuesta a estas acciones unilaterales por parte de Estados Unidos?
–Algo de lo que será la posición y la postura a futuro lo hemos visto por parte de China en la guerra comercial que se libró en la primera presidencia de Trump. Cuando Estados Unidos daba un golpe, China devolvía otro, pero de menor intensidad, porque Estados Unidos vende menos de lo que compra, por lo que tiene menos medidas arancelarias para aplicar. China esta preparada, se reunió con Corea y Japón y se espera una represalia regional con agravamiento de las medidas. Es algo sin precedentes. China aumentó el arancel para hacerlo equivalente al golpe de Trump y también restringió la venta de minerales raros y la acción de empresas estadounidenses en territorio chino, cosas que no había hecho antes.
–¿Cómo evalúa el impacto de estas tensiones comerciales y la postura de Estados Unidos en países como Argentina?
–Argentina está en una situación muy vulnerable debido a su situación macroeconómica. El gobierno está totalmente entregado a la política norteamericana. Incluso, en Mar-a-Lago se manifestó la disposición a adaptar la economía para bajar aranceles. Este servilismo y actitud absolutamente cipaya, lo poco nacional de la política que emprende el Gobierno nacional, traerán tremendas consecuencias que empeorarán aún más la situación. El enviado especial para América Latina de Donald Trump, Mauricio Claver Carone, reconoció que apoyará el préstamo del FMI siempre y cuando se descarte el acuerdo por el swap con China. No recuerdo un gesto de poder tan fuerte y soberbio en mucho tiempo: condicionar un préstamo a largo plazo a la ruptura de relaciones con otra economía. China es uno de nuestros mejores aliados, nuestro primer socio comercial, está en el podio de los inversores y es un financista que no impone condiciones.