El fiscal federal Fernando Arrigo afirmó este miércoles 8 de abril que tiene “todas las pruebas” para confirmar que hay más víctimas en el caso de la secta rusa cuyos integrantes están acusados de explotación sexual en Bariloche. “Tenemos todas las pruebas, pero no se presentaron como tal, está solamente la joven», reveló el funcionario, en referencia a la chica rusa de 22 años que dio a luz en el hospital local y cuyo bebé iba a ser registrado como hijo del jefe de la secta para que pudiera adquirir la nacionalidad argentina y luego viajar a Brasil.
Arrigo reconoció que “hay otras personas vinculadas que todavía no encontramos, la hipótesis del caso es que el líder, Konstantin Rudnev, a través de esta organización cometió el delito de trata”. El letrado contó que el hombre fue denunciado por personal del hospital por el comportamiento sospechoso de las dos mujeres que acompañaban a la joven embarazada: “No respondían las preguntas, ese fue el comienzo de la investigación. Fuimos accediendo a documentación y apareció el líder de la organización”, detalló.
Según los investigadores, la captación de la joven embarazada se dio tras “la fachada de un espacio espiritual y de práctica de yoga y se aprovechó su extrema situación de vulnerabilidad”. Quebrar la voluntad de los integrantes del grupo parecía ser una práctica habitual porque, según los expertos que investigan el caso, dentro de la organización “se autorizaban las raciones de comida, de compras de diversos productos y se disponían ayunos obligatorios como forma de castigo”.
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Por otra parte, el fiscal anunció que fueron imputadas otras dos mujeres que habían sido demoradas la semana pasada en Neuquén, donde se habían alojado en un hostal de la capital provincial. Ambas son de nacionalidad rusa. La Justicia de Garantías, en tanto, liberó a los 20 sospechosos de integrar la secta, aunque seguirán siendo investigados y no pueden salir de Argentina. En este contexto, Arrigo reconoció que el único que continúa detenido es Rudnev, el cabecilla, que se encuentra en el penal de máxima seguridad de Rawson.
Quién es Konstantin Rudnev, el líder de la secta rusa
Konstantin Rudnev fundó su secta Ashram Shambala en 1989, luego de haber estado internado en un hospital psiquiátrico por disparar, de manera impulsiva e ilógica, su rifle de asalto durante su servicio militar obligatorio, poniendo en riesgo la vida de sus compañeros y de varios civiles.
El mensaje de la nueva “religión” tuvo un impacto enorme y llegó a cosechar miles de adhesiones en toda Rusia; sin embargo, aunque se definía como el salvador de la humanidad, Rudnev estafaba a sus fieles, quitándoles todos sus bienes tras quebrarles la voluntad mediante el uso de drogas y la imposición de actividades extenuantes, donde prácticamente no dormían durante días enteros.
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Konstantin fue detenido en 1999 y en 2005, pero sus seguidores se negaron a declarar en su contra, lo que le permitió recuperar su libertad. No obstante, en 2010, tras encontrarle un paquete de heroína, fue llevado a la cárcel y sus devotos finalmente testificaron en su contra. En el juicio, negó todos los cargos y aseguró ser “un extraterrestre de Sirio, enviado a la Tierra para iluminar a la gente y conducirla a la verdad”.
Sus palabras no lograron convencer al jurado que en 2013 lo condenó a 11 años de prisión por violación, tráfico de drogas, agresión sexual y por “la creación de una organización que atentó contra la dignidad y los derechos de las personas”. Además, se le ordenó indemnizar a sus víctimas y se confiscaron todos sus bienes.
La secta continuó sus trabajos de manera clandestina y Konstatín viajó a Europa, continente en el que siguió con los delitos, hasta llegar a América del Sur, donde extendió su red y captó a más personas.
HM/ML