Un nuevo hecho de inseguridad se vivió en la zona sur del conurbano bonaerense. Esta vez fue en Temperley, donde tres ladrones ingresaron encapuchados a una casa con intención de saquearla. Pero no pudieron. ¿Qué pasó? La familia que estaba dentro, dos hombres y dos mujeres, la defendieron con lo que tenían a mano, provocaron una especie de batalla campal y terminaron echando a los delincuentes, que están prófugos. Los sacaron a sartenazos y trompadas.
El insólito y violento hecho tuvo lugar este martes por la noche, previo a las 22, en una casa ubicada en la calle Garibaldi 1.044. Justo, al lado de dos comercios: una panadería, y una ferretería. Allí, tres delincuentes encapuchados, saltaron la reja perimetral que tiene la casa, forzaron la puerta de entrada e ingresaron en la casa con fines de robo. Y la entrada fue con violencia.
«Entra primero uno con un fierro al sector del living, pero medio que se enreda con una cortina. Ahí salta un amigo que venía a comer a casa y empieza a golpearse con el ladrón. Yo estaba con un cuchillo porque estaba cortando queso para comer una picada cuando pasa todo esto», cuenta Marcelo, dueño de casa.
En charla con A24, el hombre contó que «cuchillo en mano, él también se sumó a la pelea» ya que había un segundo delincuente que también había ingresado dentro de la casa.
«No sé, no lo pensé. Fue todo tan rápido que lo único que atiné fue a echarlos. Pegarles para que se fueran. No los quería dentro», contó. Las imágenes son más que descriptivas: forcejeos, patadas, trompadas; todo vale.
En el video filmado por las cámaras de seguridad que están instaladas en la casa, muestran una especie de batalla campal. Sobre todo cuando se suman la mujer y Julieta, la hija del dueño de casa a la lucha, quienes con sartenes en mano y un palo, comienzan a repartir golpes a los que pretendían robarles.
«En el momento que se suman a la pelea, yo había podido sacar a uno hacia afuera, pero ahí había otro haciendo de campana. Tenía un cortafierros o un corta candado en la mano y es el que me pegó y me dejó muy marcado. Era un arma contundente. Me tuvieron que dar 32 puntos de sutura«, continuó con el relato, Marcelo.
Y agregó: «En un momento habían quedado los tres acorralados en el patio delantero y empezaron a trepar por las paredes y los techos. Fue una cosa de locos porque no sabes como vas a reaccionar con algo así. Creo que nos salió el instinto de defensa; pero fue una locura», admitió en la charla Marcelo. Y cerró: «Si hubiesen estado armados, seguro que me mataban», se resignó.
Fuentes policiales confirmaron que los delincuentes no fueron identificados y que los tres integrantes se encuentran prófugos.