En un contexto nacional marcado por un aumento significativo de casos de dengue en varias provincias, Formosa se destaca como una excepción positiva, con una situación epidemiológica controlada y una curva de contagios en descenso.
Esta realidad sanitaria es el resultado de una política pública sostenida, impulsada por el gobernador Gildo Insfrán, que desde hace años apuesta a la prevención, el trabajo conjunto con la comunidad y el fortalecimiento de la estructura de salud.
Según datos del último Boletín Epidemiológico Nacional, provincias como Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, San Luis y La Pampa enfrentan brotes de la enfermedad y han reportado casos graves e incluso fallecimientos.
En contraste, la doctora Claudia Rodríguez, directora de Epidemiología y Medicina Tropical de la provincia, subrayó que “nuestra situación es totalmente diferente a otras jurisdicciones del país”, al tiempo que valoró que “en Formosa se observa una tendencia estable en la curva epidémica, aún en esta época en la que, históricamente, se da el pico de casos positivos”.
Rodríguez destacó que estos resultados no son fruto del azar, sino de una estrategia sanitaria basada en planificación, vigilancia y compromiso.
“Las acciones que se implementan en la lucha contra el dengue se realizan de modo intensificado, mediante una planificación estratégica e integrada”, explicó, en línea con la premisa del gobernador Gildo Insfrán de “trabajar unidos, organizados y solidarios” para combatir la enfermedad.
Este modelo de gestión sanitaria implica la participación activa de brigadas sanitarias, municipios, fuerzas de seguridad, docentes y vecinos.
La labor se ejecuta casa por casa, con tareas de fumigación, entrega de repelentes y larvicidas, y campañas de concientización sobre la importancia del descacharrado. Incluso, se incorporan acciones educativas en las escuelas, entendiendo que los estudiantes son agentes clave para replicar buenas prácticas de prevención en sus hogares.
A nivel nacional, la región Centro concentró el 81% de los casos de dengue, seguida por el NOA con un 14%. Sin embargo, en Formosa se mantiene la vigilancia activa y no se han registrado casos graves ni fallecimientos en la presente temporada. “Hemos tenido pacientes internados, con buena evolución, pero no casos graves”, puntualizó Rodríguez.
Además del trabajo institucional, la doctora valoró el rol de los vecinos, afirmando que “tienen un rol protagónico en la lucha contra el dengue” y que “las casas son el lugar principal donde se debe cumplir la prevención, ya que el mosquito que transmite esta enfermedad habita en las viviendas y otros espacios que la gente vive y frecuenta diariamente”.
De esta manera, Formosa se consolida como un modelo de prevención y control del dengue, resultado directo de una decisión política sostenida en el tiempo, con el liderazgo del gobernador Gildo Insfrán y la participación de toda la comunidad. Como sintetizó Rodríguez: “Sin criaderos no hay mosquitos. Y sin mosquitos no hay dengue, ni zika ni chikungunya. Continuemos para lograrlo”.