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La población de la localidad de Las Lomitas definirá en menos de un mes, una elección muy importante en materia política, que a su vez marcará fuertemente lo que pasará con el pueblo y todas sus necesidades de aquí a corto y mediano plazo.
Por un lado, está el sector liderado por el actual intendente Atilio Basualdo, un acaudalado empresario devenido en político, que llegó al poder ejecutivo municipal de la mano del justicialismo, un sector al que luego dio la espalda, pasándose a las filas del partido libertario, La Libertad Avanza. El jefe comunal quiere que su hijo y actual concejal Pablo Basualdo retenga su banca en el Concejo.
Por otra parte, aparece un joven comerciante de la ciudad, Diego Ortega, quien se autodefinió como conocedor de la zona y sus problemas. Este candidato tiene como historial haber dedicado tiempo a la tarea social. Además, cuenta con el respaldo del Frente de la Victoria, que alinea a todos los candidatos que cuentan con el apoyo del gobernador Gildo Insfrán.
Así las cosas, se están enfrentando en campaña dos visiones bastante distintas, la primera, la de un poderoso empresario que por muchos años vio a los lomitenses como clientes de alguna de sus actividades empresarias, que claramente orientará el discurso y campaña de su hijo, mientras que por el otro lado, está un joven activista peronista que dio sus primeros pasos en la política asistiendo a la gente e ideando diversas tareas sociales en beneficio de los más vulnerables.
Ambos candidatos son pesos pesados desde el punto de vista político, ya que el actual intendente Atilio Basualdo y su hijo Pablo, tienen a su disposición todo el aparato operativo de la comuna y además controla, indirectamente, el Concejo Deliberante. En tanto, Diego Ortega tiene el aval del FpV y por consiguiente todo lo que implica el apoyo y respaldo del Gobierno provincial, interesado en que Las Lomitas vuelva a estar alineada con el quinto piso de Casa de Gobierno.