En medio de una profunda crisis que atraviesan las economías regionales, el secretario general de la Federación Agraria Argentina, filial Laguna Naineck, Pánfilo Ayala, denunció la ausencia total de políticas públicas de protección al sector productivo de Formosa. En declaraciones recientes, apuntó directamente al gobierno provincial por el abandono de la producción local, señalando como caso paradigmático la decisión de importar pomelo, una fruta históricamente asociada con la identidad productiva de la provincia.
El clima golpeó, pero
el abandono fue peor
Ayala reconoció que los factores climáticos han sido adversos, con años consecutivos de sequías y altas temperaturas, pero sostuvo que lo verdaderamente alarmante es la falta de medidas estatales para mitigar esos efectos.
«La naturaleza no se puede controlar, salvo por algunos cambios climáticos causados por el hombre. Pero lo más grave es que no existe una política de protección hacia los cultivos», afirmó.
«Pasamos cinco años seguidos de sequía, y a pesar de que hay leyes de emergencia agropecuaria, no se las utilizó. No hubo asistencia, ni resarcimiento para que la actividad pueda continuar».
Una provincia que
importa lo que solía producir
El hecho que colmó la paciencia de muchos productores locales fue la noticia reciente de que la provincia importó pomelo para abastecer el mercado local, argumentando que el clima redujo la producción.
Para Ayala, esto es mucho más que una decisión técnica: es un gesto de desprecio hacia quienes sostienen la producción local.
“Eso es una burla, una cachetada al productor. Quieren distraer la atención pública con excusas climáticas, cuando la verdadera causa de la crisis es la ausencia total de políticas públicas para sostener cultivos como el pomelo, la mandioca, la batata, el algodón o la banana”.
El dirigente también cuestionó la reciente importación de cerca de 20 mil toneladas de pomelo, una cifra que calificó como “vergonzosa”.
“Acá casi no quedan plantaciones. Hay solo algunas alrededor de casas familiares. Se menciona una producción en Tres Lagunas, en la zona de Guasucua, pero es mínima. ¿Cómo puede ser que estemos importando pomelo en una provincia que alguna vez fue líder en su cultivo?”
Una economía
regional devastada
Según Ayala, la decadencia productiva de Formosa no es nueva, sino el resultado de décadas de desinterés estatal.
“Cuando el actual gobernador asumió, había 12.000 hectáreas de banana. Hoy no llegan a 300. El algodón pasó de más de 100.000 hectáreas a menos de 10.000. Todo eso refleja el abandono absoluto”.
Además, apuntó que decisiones simbólicas como declarar un Festival Nacional del Pomelo en Laguna Blanca, donde ya no hay producción significativa de esa fruta, terminan siendo ofensivas.
“Eso es otra burla a la sociedad y especialmente a los productores. ¿Cómo van a hacer un festival del pomelo donde ya no hay pomelo?”
Consecuencias humanas:
desarraigo y éxodo juvenil
Más allá de las cifras, Ayala hizo hincapié en las consecuencias sociales del derrumbe de las economías regionales: el desarraigo, la pobreza rural y el éxodo de los jóvenes.
“Quedan solo personas mayores en el campo, muy pobres, sin recursos para reactivar la producción. Los jóvenes se van, porque no hay futuro acá. Y eso duele”
Para Ayala, la única salida real es un cambio de política… o de gobierno. “Este gobierno ya ha demostrado que no le interesa la producción primaria. No hay un plan agropecuario, ni agrícola. No hay intención de sostener al productor. Hace más de 20 años que venimos proponiendo alternativas y nunca fueron discutidas”.
Aun así, no pierde la esperanza: “Si cambia el gobierno y hay políticas reales, los jóvenes van a volver. Porque hay algo que caracteriza al hombre y la mujer del campo: el amor por su tierra. Pero para eso necesitamos una política que apueste al desarrollo y no al abandono”.
Ayala no solo expone un reclamo, sino que da voz a un clamor silencioso del interior formoseño: volver a producir, a vivir del campo, a recuperar lo que alguna vez fue una provincia con identidad productiva.