jueves, 12 junio, 2025
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Carlos Portaluppi: En la vida nada es casual

Carlos Portaluppi impone su presencia escénica en esa verdadera oda a la amistad llamada “Druk”, adaptación de “Otra ronda”, la película ganadora del Oscar dirigida por Thomas Vinterberg. Portaluppi integra un formidable cuarteto actoral junto a Pablo Echarri, Juan Gil Navarro y Osqui Guzmán. Componen a profesores de un colegio secundario, desencantados con la profesión, los vínculos familiares y la vida en general, que se aferran al consumo de alcohol como una improbable tabla de salvación.

Una tarde que se convierte en el preludio de una noche lluviosa, una jornada otoñal en la que su amado River Plate disputa un partido decisivo por la Copa Libertadores, sirve como marco referencial para el encuentro del actor con NOTICIAS.

Sus días se han tornado más ocupados desde que arrancó con las filmaciones de un proyecto audiovisual que lo tiene muy entusiasmado, en el que forma parte de un elenco extraordinario junto a Cristina Banegas, Julieta Díaz, Monna Antonópulos, Diego Cremonesi y Pablo Rago, entre otros. Dirigida por Mariano Hueter, la serie, basada en hechos reales, se ocupa de uno de los casos más emblemáticos de la historia policial argentina, que conmoviera a la opinión pública del siglo pasado: el de la célebre envenenadora Yiya Murano.

Noticias: En “Druk” vuelve a ser dirigido por Javier Daulte. Gene Hackman decía que lo que necesitaba de un director era que le indicara hablar más fuerte, más despacio, más rápido o más lento. ¿Usted qué necesita de un director para hacer una obra como esta?

Carlos Portaluppi: Que sepa administrar la energía de los actores, necesito eso y ganarme su confianza para poder entregarme por completo. Cuando se trata de alguien con quien ya trabajaste previamente, como Daulte, hay un camino allanado. Ya es mi tercera vez con Javier, la primera fue “Nunca estuviste tan adorable”, hace exactamente veinte años y fue una experiencia preciosa. La estrenamos dentro del ciclo Biodrama en el Complejo Teatral de Buenos Aires, hicimos dos temporadas en el Sarmiento, una en el Teatro de la Ribera, después armamos una cooperativa y terminamos en calle Corrientes, en el Teatro Broadway. María Onetto brillaba cada noche, junto a Mirta Busnelli, Luciano Cáceres, William Prociuk, Lucrecia Oviedo, Lorena Forte y yo. Conecté muy bien con Daulte y nos llevamos genial hasta hoy porque ahí hablamos acerca de la vida de su familia. A mí me tocó interpretar al abuelo de Javier, así que conocí buena parte de su sensibilidad porque estábamos trabajando con una fibra muy íntima, lo cual nos permitió una entrega absoluta, un conocimiento más profundo y cercano. Todo eso suma, conocerlo como el director, la persona, el docente y el dramaturgo brillante que es.

Noticias: Después de esa experiencia y antes de “Druk” compartieron también otra obra, “La Felicidad”…

Portaluppi: Sí, con otro equipo bárbaro. Para mí es una de las obras con más vuelo de Javier, un punto culminante de su escritura porque tiene mucha intriga, suspenso, humor y amor. Además fue una experiencia inolvidable porque la obra se hizo justo el año en que nevó en Buenos Aires, en el 2007. Mi hijo recién tenía un año, recuerdo que estábamos ensayando y de golpe corrimos a ver cómo caía la nieve sobre la ciudad, fue algo insólito y muy hermoso. Ahora estamos con las nevadas de “El Eternauta” (risas).

Noticias: En estos últimos tiempos lo estuvimos viendo mucho en el teatro, hizo “Votemos”, “Jardines Salvajes” y ahora “Druk”. ¿Son todas propuestas que le interesaron por su contenido o las circunstancias lo empujaron a subirse al escenario?

Portaluppi: Felizmente todo me ha interesado. “Votemos” realmente fue una apuesta muy interesante con un elenco hermosísimo: Virginia Lago, Agustina Cherri, Gustavo Garzón, Juan Gil Navarro, con quien ahora estamos repitiendo en “Druk”. La obra abordaba una temática tan importante como la salud mental desde un costado poco habitual porque la acción se desarrolla en la típica reunión de consorcio para discutir una cuestión del ascensor. Fue una propuesta impecable.

Noticias: Tanto en “Jardines salvajes” como en “Votemos” se hablaba de los enfrentamientos y de la grieta. ¿“Druk” en cambio es una reivindicación de la amistad masculina?

Portaluppi: Sí, es una obra que básicamente habla en profundidad de la amistad de cuatro docentes, compañeros en una misma institución, que están atravesando diferentes crisis personales, tanto en el ámbito profesional como en el privado. A partir de la teoría de un psicólogo noruego que sostiene que beber es una opción muy saludable e inteligente porque las personas nacen con un déficit de 0,5 por ciento de alcohol en sangre, y que al superarlo uno es más sociable, relajado, valiente y lúcido —todas cualidades que en lo cotidiano les son esquivas a estos seres—, comienzan a compartir el experimento de beber. Al principio obtienen resultados asombrosos, pero cuando deciden ir más allá obviamente hay consecuencias. Ahí te das cuenta claramente de que no necesitás ningún tipo de sustancia para poder luchar contra las vicisitudes a las que nos enfrenta la vida, hay que afrontarlas y atravesarlas. La gente está viniendo al teatro porque está funcionando muy bien el boca en boca, les contamos las cosas que pasan en ese grupo de amigos con verdad… no de verdad porque tampoco bebemos en serio, ¡pero les hacemos creer que sí! (se ríe).

Noticias: Una de sus características más distintivas, ya sea en cine o en teatro, es el manejo de la voz. ¿Usted tuvo siempre esa potencia vocal o es algo que fue trabajando?

Portaluppi: Ha estado siempre, bien de familia tana (risas). Hay como un caudal de aire importante y no he tenido mayores dificultades para proyectar la voz. Te diría que la dificultad es al revés, a veces tengo que achicar un poquito. Me hubiese gustado poder utilizar la voz para el canto, pero no se me dio.

Noticias: Leí por ahí que en una obra dirigida por Augusto Fernándes le sirvió para hacer algunos efectos especiales…

Portaluppi: En el año 94 o 95 él dirigió en el Cervantes una adaptación propia de la trilogía de “Camino a Damasco” de August Strindberg que se llamó “El relámpago”. En esa época estaba empezando a estudiar con él e iba solamente a presenciar los ensayos. Un día estaba sentado solo y él tenía por costumbre hacer ejercicios previos a ensayar, así que le pidió al sonidista que hiciera unos sonidos necesarios para eso, pero el hombre se disculpó porque no los tenía. Ahí impulsivamente me levanté de la butaca, fui hasta la cabina, le pedí al sonidista que me conectara un micrófono y empecé a hacer ruido, cositas con la voz, a generar climas. La intención fue contribuir con lo que estaban necesitando, parece que funcionó porque al día siguiente, cuando volví a ver los ensayos, Augusto me llamó para agradecer esos sonidos y preguntar si me gustaría subirme al escenario. ¡Imaginate! No lo podía creer (se ríe), había que estar en el lugar y el momento indicado, nada es casual.

Noticias: Dijo alguna vez que uno de sus sueños era hacer “Cyrano”. ¿Sigue vigente ese sueño o el Puma Goity por ahora se adueñó del personaje?

Portaluppi: ¡Sigue siendo mi sueño! Es un personaje universal, nada posterga ese deseo. Yo tengo mi trabajo de adaptación realizado, lo hice durante mucho tiempo y está ahí, descansando. En algún momento lo voy a retocar. Siempre estoy con ideas que me bajan y vuelvo al texto para arreglar cosas, pero todavía me está faltando ese empuje para tomar la decisión. No hablamos de algo fácil, es poesía pura el Cyrano de Bergerac. Yo lo traje a un mundo más mío, más personal y contemporáneo, donde no está el problema de la nariz: hay otros.

Noticias: Hablando de personajes emblemáticos, usted ha hecho mucho cine, ¿pero su papel en “Argentina, 1985” rankea bien arriba?

Portaluppi: “Argentina, 1985” es un hito del cine nacional, tiene una importancia a nivel cultural, social y político que la ubica en un lugar especial para nosotros, para Latinoamérica y para el mundo. Muestra una etapa muy difícil del tránsito entre la dictadura y la democracia en Argentina y ha tenido gran repercusión, estuvo nominada al Oscar, ganó el Globo de Oro, fue impresionante. Al momento de filmar yo nunca espero algo así, me concentro en contar la historia, me divierte mucho estar en el set, la paso bien ahí compartiendo con los compañeros. Hay cosas que después suceden o no, pero mis expectativas siempre están puestas en que a la gente le guste la película y vaya al cine.

por R.N.

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