El fallo de la Corte que condena a 6 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos para Cristina Fernández de Kirchner, implicando su proscripción política, constituye un claro acto de persecución política por parte de una Corte Suprema que actúa al servicio del Departamento de Estado de los Estados Unidos, de la Amcham y de la AEA. Desde que surgieron los primeros trascendidos respecto de este fallo nuestro partido se pronunció repudiándolo. Siempre hemos enfrentado toda forma de persecución política.
Es por eso, que a minutos de salido ese nefasto fallo, realizamos una reunión de la Mesa Nacional del FIT-U donde planteamos dos cuestiones: 1) que los referentes del Frente fueran a repudiar el fallo proscriptivo esa misma tarde y 2) sacar una declaración del FIT-U. Sobre el primer punto sólo respondieron el MST e Izquierda Socialista, con los que formamos una delegación que se presentó en la sede del PJ, pudiendo hablar y plantear abiertamente frente a la mayoría de los medios nacionales la necesidad de responder a este ataque reaccionario con una gran lucha y movilización de los trabajadores y el pueblo. Luego Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Christian Castillo se acercaron a la concentración en la puerta de la vivienda de CFK y tuvieron una breve entrevista con la expresidenta en el interior, en la que se le planteó la necesidad de impulsar la lucha en las calles contra esta arbitrariedad que fortalece el régimen del ajuste. Además de ser vitoreados por la mayoría de los manifestantes, las posteriores declaraciones a la prensa tuvieron una enorme repercusión. Por ejemplo, un recorte de un reportaje a Myriam Bregman en C5N tiene más de un millón de reproducciones.
A todo esto, la dirección del PO se mantuvo en silencio. Sin ninguna explicación no se sumaron a la delegación del resto de los partidos del FIT-U. Sobre el proyecto de declaración que redactó el PTS como propuesta para el resto del FIT-U, con una clara delimitación política con la política y la orientación de los gobiernos kirchneristas a los que enfrentamos, silencio de radio.
Sin plantear ninguna discusión, la respuesta vino en su prensa, y, para variar, con afirmaciones livianas que no se corresponden en nada con la realidad. “Es un error grave la visita de Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Christian Castillo a la expresidenta: confunde un planteo independiente contra el gobierno y la Justicia con una solidaridad política con el peronismo”, dice la nota (leer acá). Allí también se afirma que la izquierda “debe tener otra estrategia: para derrotar al gobierno de Milei es necesario reforzar, extender y profundizar las luchas obreras. El motor de esta lucha son fundamentalmente las reivindicaciones. Por el choque que plantean con el gobierno, la agenda democrática contra la represión, la persecución y en defensa del derecho a huelga tiene un lugar absolutamente central. Pero otra cosa es decir que el conjunto de las energías de la movilización popular deben concentrarse en la lucha contra la proscripción. Esto simplemente no está planteado ni siquiera desde el propio peronismo, que no tiene el horizonte de derrotarla”.
En primer lugar, solo en la imaginación del PO se puede identificar que transmitir a la víctima de un acto de proscripción política nuestro repudio a esa medida sea un acto de solidaridad política con el peronismo. En decenas de entrevistas, y a la salida misma de la casa de Cristina Fernández de Kirchner, expresamos que nuestro repudio al fallo de la corte lo hacemos desde una posición políticamente independiente del peronismo, habiendo sido oposición por izquierda a sus gobiernos y no compartiendo su orientación política actual. ¿Dónde expresamos “solidaridad política con el peronismo”? Una tergiversación insólita. En segundo lugar, para el PO, en los hechos, como no habría posibilidad de un 17 de octubre, no hay que enfrentar con la lucha y la movilización la proscripción. Se trataría solo de levantar las reivindicaciones inmediatas de cada sector, una orientación sindicalista en el mal sentido del término, no propia de “tribunos del pueblo”.
Mientras hay tomas de colegios y facultades, donde la vanguardia estudiantil está expresando un camino de movilización contra el fallo de la Corte; mientras se realizan paros, cortes y manifestaciones por parte de distintos sectores, el PO nos propone darle la espalda a la pelea por este reclamo. Para nosotros este es el “grave error” de la orientación que propone el PO: la pasividad ante un grave ataque antidemocrático. Sabemos que la conducción del peronismo no va a enfrentar consecuentemente este fallo. Pero se trata justamente de superar la estrategia de la conducción del PJ, que querrá utilizarlo para posicionarse electoralmente. Esto implica exigir la movilización más amplia posible en repudio del fallo proscriptivo, exigiendo que sea con paro activo y movilización de masas, y conformar un polo que luche por esta orientación frente a la proscripción. Si el peronismo no lo hace o propone consignas de mero apoyo político a su fuerza política, solo demostrará que ni siquiera ante la proscripción de la presidenta de su partido es capaz de romper la pasividad (y el colaboracionismo directo de algunos de sus sectores) que vienen teniendo frente al gobierno de Milei. Justamente de lo que se trata es de plantear que no podemos dejarle la lucha contra esta medida arbitraria dictada por el imperialismo y las patronales a lo que haga la conducción del PJ, no de negar la posibilidad de esta lucha. Desde ya la pelea contra la proscripción debe articularse con las demandas que vienen dando lugar a manifestaciones, paros y distintos reclamos, como el conjunto de los ataques antidemocráticos y persecuciones políticas y judiciales (como la que sufren los compañeros del Polo Obrero y del movimiento piquetero), las luchas por el salario y las jubilaciones o contra los cierres y despidos. Es decir, tenemos que poner la lucha contra la proscripción en la perspectiva de que sea un motor más para desarrollar la movilización obrera y popular contra el conjunto del plan de Milei.
Como venimos señalando, oponernos al fallo proscriptivo de la Corte no implica apoyo político a CFK ni al peronismo, o dejar de señalar que efectivamente en su gobierno hubo corrupción en la obra pública en un entramado con la cámara de la construcción, por la que tiene responsabilidad política. No avalamos una causa penal armada desde los sectores más reaccionarios de la justicia, el régimen y la Embajada norteamericana.
Por último, ya en ocasiones anteriores hemos tenido debates con el PO respecto a la defensa de quienes eran atacados por el régimen político y víctimas de persecuciones judiciales, como el caso de Milagro Sala o Hebe de Bonafini. Insistimos, sería un “grave error” el abstencionismo y no poner nuestras fuerzas para enfrentar un claro ataque antidemocrático. No hacerlo sería verdaderamente un crimen político.