33 años del día que Piazzolla pasó a la inmortalidad (culturalmente hablando).
Justo el Día de la Independencia de EEUU (país en el que pasó gran parte de su infancia y su adolescencia en NY) falleció en Buenos Aires (la ciudad que inspiró toda su música) el bandoneonista argentino Astor Piazzolla, nacido en Mar del Plata (donde vivía toda su familia) en 1921 y quien se forjara como músico revolucionario en París en 1954 de la mano de Nadia Boulanger -la más famosa músico-pedagoga francesa de todos los tiempos-. Piazzolla encarnó con su bandoneón y su arte la más grande revolución en la historia del tango y quizás una de las más grandes aventuras de la historia musical universal. Críticos de arte, musicólogos y estudiosos de todo el mundo lo ubican en el mismo plano que ubican a los grandes de la música clásica. No es una exageración. Piazzolla trascendió en mucho al tango y forjó una música moderna para su época que resultó un paradigma de la cultura internacional poniendo de relieve que la música en el siglo XX y en el siglo XXI será música internacional o no será. El internacionalismo piazzolliano es una de las más preciadas joyas culturales de la Argentina. En estas líneas voy a homenajear al Maestro. Pero también a dejar esbozados los rasgos generales de la “Teoría de la metamorfosis”. Una teoría original y transgresora.
¿Por qué homenajear a Piazzolla?
En el tango de ayer, de hoy y de siempre hay muchos personajes que merecerían un homenaje. La ausencia de homenajes oficiales en la Ciudad de Bs As y en Argentina a maestros de la talla de Troilo, Pugliese, De Caro, Arolas, J.D. Filiberto, Maffia, Laurentz, Plaza, Salgán, Stazzo y Libertella entre tantos otros, es una muestra cabal de la profunda desvalorización de nuestro acervo cultural y artístico como sociedad y cómo nación. Las causas de ello están enraizadas en el modelo cultural que vienen sosteniendo sucesivamente los distintos gobiernos de un signo y de otro. Acá no hay grietas. TODOS ESTÁN EN FALTA. Todos le deben al tango la consideración y el respeto por ser una música genuina de nuestra ciudad que ha nacido internacional -fruto de la fusión de géneros musicales provenientes de diversas regiones del mundo-, que se ha hecho vernácula y luego ha vuelto a ser internacional. Tan internacional que en 2009 la UNESCO lo declaró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Pero es en gran medida a Piazzolla a quien debe el tango haber salido de la más profunda crisis que conoció entre 1960 y 1983 debido a la pérdida de popularidad y arraigo en la juventud, lo que hizo que una música de masas se transformara en una música de pocos y sobre todo viejos. Pero el tango revirtió este estado catastrófico en 1983 tras la caída de la dictadura y como resultado de las transformaciones profundas que Piazzolla introdujo en esa música, modificaciones que siguieron con diversos estilos y perspectivas: Mederos, Rovira, Sexteto mayor (Stazzo-Libertella), Cuarteto Colangelo, Raul Garello, Emilio Balcarce, Rubén Juarez, etc. No obstante el tango nunca recuperó su hegemonía de masas, sin embargo hoy está ampliamente difundido en el mundo, igual que el jazz, y podríamos decir que en algunos países europeos y en Japón el tango es más escuchado y acompañado por jóvenes que aquí en Argentina. Es Piazzolla quien, al realizar una monumental revolución de esa música entre 1960 y 1975, para luego mantenerla hasta 1990 en vísperas de una nueva revolución que no fue (por su enfermedad mortal), lleva en su trono el reinado de las transformaciones fundamentales que hoy se escuchan en todas partes, sean o no del estilo piazzolliano. Tanto en grupos acústicos (como Astillero, Ciudad Baigón, La Fernandez Fierro, etc.) como electrónicos (Tanghetto, Bajofondo o el nuevo conjunto de Nico Sorín) la esencia Piazzolla está presente siempre. Pero también se aprecian las notas piazzollianas en las orquestas y conjuntos de tango clásicos contemporáneos como La Orquesta Típica Di Pasquale, Chino Taborda, Lidia Borda, Adriana Varela, etc. La impronta de Piazzolla en el tango ha sido profunda e imborrable.
De tango canyengue a la música internacional
Pero este genio de la música, este revolucionario del tango, no nació de un repollo ni es producto de un ex-abrupto como señala algún autor sino que es más bien la consecuencia de un proceso en el que Piazzolla encuentra el terreno fértil y apropiado para su obra. Por eso no la pudo imponer entre 1940 y 1960. En esos 20 años el tango, sus cultores, sus seguidores, los medios de prensa, las discográficas y los empresarios de la cultura tanguera se resistían a los cambios profundos que Astor proponía realizar. La cultura tanguera no había madurado aún para semejante transformación. Por eso no pudo insertarse en el mercado de entonces y aunque, tras la revolución piazzolliana, sí lo hizo, pasaron décadas hasta lograr el pleno reconocimiento nacional e internacional y aún hoy una pequeña minoría de dinosaurios siguen diciendo ¡que Piazzolla no es tango! Afortunadamente su influencia es insignificante pero demuestra hasta donde llegó en su momento esta resistencia.
Para que los cambios piazzollianos, las transformaciones revolucionarias en el centro técnico, estético y poético del tango pudieran ingresar y preñar de este estilo y esta esencia a esta música popular, era necesario que ella atravesara una serie de etapas preparatorias inevitables y por supuesto difíciles de digerir. En 1940 el tango era de masas, toda la juventud obrera y popular y aun la clase media e incluso la burguesía porteña aprobaban el tango y lo escuchaban y bailaban con pasión. Así como estaba parecía perfecto pero no faltaría mucho para que lo abandonaran esas mismas multitudes cuando se abrió el mercado discográfico en Argentina e ingresó el rock, el pop, la música melódica, el bolero, etc. Y era justamente la transformación lo que le faltaba.
Sin embargo esta transformación había ocurrido entre 1920 y 1935 de la mano de un corriente de compositores y directores de orquesta típica, excelsos y muy talentosos como Carlos Gardel, Julio y Francisco De Caro, Pedro Maffia, Pedro Laurentz, Elvino Vardaro, Francisco Pugliese (hermano de Osvaldo), Francisco Canaro, Osvaldo Fresedo entre otros. Esta corriente renovadora cambió el tango en aquel momento introduciendo técnicas de música clásica e internacional, logrando más profesionalismo (hasta 1930 muchas orquestas típicas tocaban “a la parrilla” o sea sin arreglos y a veces hasta sin partituras) y una poesía que intentaba reflejar la realidad social y cultural de entonces (Homero Manzi, Enrique Santos Discepolo, etc.). Estos cambios provocaron que el tango se masificara y trascendiera las fronteras de Bs. As. y argentinas llegando esencialmente a París y Nueva York y provocando furor en esas ciudades y otras del mundo.
Ya en la década de 1940 esa masificación llegó a su techo y provocó la cristalización de esa forma de tango que algunos llamaron la “Edad de Oro” del tango. Sin duda fue esta cristalización lo que impidió que continuaran los cambios que aquella corriente había iniciado.
En 1944 Piazzolla se separa de la orquesta de Troilo y en 1946 forma su propia orquesta. La Orquesta del 46 como se la conoció fue un salto de calidad en el tango clásico y aunque no salía de los límites de este ya mostraba que en los bordes había un profundo y superador conflicto. Recién en 1974 el tango con la obra magistral de Piazzolla conocida como Libertango regresaría a las lides internacionales como lo habían hecho Gardel, De Caro, Canaro, etc. Pero para esto Piazzolla tuvo que pasar una serie de transformaciones él mismo que dieron origen al tango piazzolliano internacional.
Un revolucionario del arte – La metamorfosis piazzolliana
No solo que Piazzolla no nació de un repollo sino que además el Piazzolla definitivo (o no) que conocimos, creador de Libertango o incluso las obras sinfónicas, no surgió en un solo acto sino que atravesó un largo camino de transformaciones todas muy profundas, verdaderos saltos de calidad que representan diversos estadios de su evolución musical. Podríamos simbolizar al bandoneonista iniciático (el ingresante a la orquesta de Troilo o incluso antes el que tocó con el Gabriel Clausi por unas pocas monedas) como un embrión y ver todas las fases de este desarrollo hasta llegar a ser una criatura que respira por sí misma, con su música, su estilo, sus innovaciones, sus búsquedas, el intento de J-T (yeití o jazz-tango), etc., y que a partir de su nacimiento sindicado entre 1955 (octeto Bs As) y 1960 (Quinteto Nuevo Tango) pasó a la juventud, adolescencia y madurez con conformaciones muy distintas unas y otras aunque conservando siempre su esencia singular.
Piazzolla recorrió varias etapas o períodos sucesivos en los que cada uno es una fase superior, deviene un salto cualitativo de uno a otro de estos periodos siempre con crisis en el medio que son crisis de crecimiento, de maduración hasta llegar a la forma más avanzada que pudimos apreciar en los años 80, los años finales de Astor. Así tenemos los periodos: troileano (1940-44), postroileano-orquesta del 46 (1946-50), compositor de bandas de sonido y musico sinfonico (1951-1954), periodo boulangeriano (1954-1955) en el que descubre su esencia propia y comienza a transformar el tango, el periodo pre-revolucionario con el Octeto Bs As (1955-57) y la Orquesta de cuerdas y el experimento (fracasado) J-T (fusión jazz-tango) (1958-59), la revolución del tango experimental o revolución nacional (1960-1970) y la gran conmocón del tango canción (1968-1975) con el Quinteto Nuevo Tango , los periodos sinfónico primario (Noneto o Conjunto 9) (1971-73) y la fase electrónica (1974-1978), el internacionalismo o revolución internacional (Libertango y Reunion cumbre) con el Octeto electrónico, el periodo “nacionalista” (1979-1983) y el gran periodo sinfonico final (1984-1990) ambas con el segundo Quinteto. El ACV que en agosto de 1990 lo postró puso fin a la carrera de Piazzolla y abrió paso a su inmortalidad musical.
Volver a Piazzolla
La muerte de Piazzolla sumergió al Nuevo Tango creado por él en un vacío decenal que comenzó a superarse entre 2000 y 2003. A partir de ese momento comenzó la etapa pos-piazzolliana del Nuevo Tango o Tango contemporáneo. Y ocurrió una segunda revolución del tango ya sin líder evidente mostrando aquí y en el mundo un tango muy adaptado al siglo XXI, con expresiones muy diversas desde acústicas hasta electrónicas pero que sonaban muy distintas a lo conocido en el ambiente tanguero. En Buenos Aires proliferaron bandas y conjuntos de tango en ambientes under que le pusieron al tango improntas sociales, anti-sistema, feminista, queer, fusional con rock, pop, cumbia, etc., y toda clase de variantes que muestran un arco iris muy luminoso.
Sin embargo la ausencia de liderazgos, y de experiencias audaces que rompan todo lo conocido como lo hizo Piazzolla entre 1955 y 1960, que produzcan ese crash necesario para que la música y el arte avancen hace difícil pensar en cuál es la perspectiva futura del tango actual en Argentina y el Mundo. La ruptura sistémica se hará necesaria tarde o temprano y sus vanguardias tendrán que asumir ese rol.
La experiencia de Nico Sorín es promisoria pero no puede ser la única. La de su nieto Daniel “Pipi” Piazzolla con Escalandrum -aún dentro del jazz pero asimilando el tango moderno- también es alentadora. Hace falta más. Es tiempo de volver a Piazzolla.
- La muerte del ángel es un tema de Piazzolla que integra la “suite del ángel” (tango del ángel, introducción, milonga, muerte y resurrección)
- Para un conocimiento mayor de la Teoría de la metamorfosis ver “Astor Piazzolla , la revolución del tango” Orlando Restivo. 2017. Edición de autor
- Ver Carlos Kuri XXX en XXX de Omar Garcia Brunelli