La comunidad de Las Lomitas se encuentra conmocionada tras la reciente muerte de Eduardo Ardiles, un joven que falleció hace tres días luego de un mes de agonía marcada por lo que su familia denuncia como una serie de negligencias médicas en el Hospital público de la localidad.
Víctor Ardiles, hermano mayor de Eduardo, compartió en una entrevista exclusiva el desgarrador calvario que vivió su familia.
Todo comenzó hace aproximadamente un mes con un simple dolor de cabeza. La familia, pensando que era algo común, no le dio mayor importancia al principio. Sin embargo, los días pasaron y el dolor no cedía. Cuando Eduardo finalmente acudió al Hospital Piloto de Las Lomitas, «le ponen un suero y le dicen: ‘Ah, lo que vos tenés es dengue’», relata Víctor. Según el hermano, este diagnóstico fue dado sin realizarle ninguna prueba confirmatoria, basándose únicamente en los síntomas. Eduardo fue enviado a casa con medicamentos y la supuesta certeza de que padecía dengue.
Pero la salud de Eduardo no mejoró. Volvió al hospital, esta vez «ya un poco más mal», y nuevamente, lo enviaron de regreso a casa con la indicación de hacer reposo. La situación se deterioraba rápidamente. «El chico ya no aguantaba más el dolor de cabeza, ya era más fuerte», explica Víctor. El joven ya no quería ver la luz y se mostraba extremadamente sensible.
Ante la falta de respuesta y el empeoramiento de Eduardo, su madre decidió llevarlo nuevamente al hospital, exigiendo su internación. Sin embargo, se encontraron con la resistencia del personal médico. Víctor describe la actitud de un doctor «petiso ahí que se ponía la mano en el bolsillo así como haciéndose el grande».
Lamentablemente, no lograron la internación en ese momento.
La madrugada del tercer día fue crítica. Eduardo ya no hablaba, no reaccionaba y sufrió un episodio que su hermano identifica como un Accidente Cerebrovascular (ACV). «Cayó en el baño, no lo podían levantar, se iba de cuerpo, no movía los pies», detalla Víctor. En ese estado, una doctora lo «agarró» y le preguntaba «se ve acá», insistiendo en que hablara, sin percatarse de la gravedad de su condición y la imposibilidad de respuesta del joven.
«Básicamente, la médica lo revisaba, le decía que hable y no estaba detectando que evidentemente tu hermano no podía hablar porque estaba teniendo probablemente un accidente cerebrovascular», lamenta Víctor.
La desesperación llevó a la madre de Eduardo a llamar a Víctor. «Mi mamá me llama por teléfono a mí llorando me dice: ‘Mirá hijo, me pasa esto’», recuerda. Víctor, conocido en la zona, se dirigió rápidamente al hospital. Al llegar, su madre le informó que Eduardo ya no hablaba ni reaccionaba, y que a pesar de que le «metió el escudo» (presumiblemente refiriéndose a un estetoscopio), «no tiene nada», le habrían dicho.
Ante la urgencia, el personal del hospital quería trasladar a Eduardo a Juárez para realizarle estudios, pero no había ambulancia disponible. Víctor se ofreció a llevarlo en su camioneta, con la condición de que le dieran un enfermero que lo acompañara.
En ese momento, según Víctor, el personal del hospital «se han dado cuenta que si él, si yo lo llevaba en la camioneta, yo le podía sacar fotos o hacer videos que le que, que no me ganaron la ambulancia, tengo que llevarlo yo en la camioneta a Juárez a al tomógrafo».
La situación se agrava con la revelación de Víctor sobre la disponibilidad de equipamiento. «Y siendo que no sueltan Lomitas, el mismo tomorrow ahora, o es que ayer me estaba enterando que el tomorrow que está en Juárez era el que estaba acá en Lomita que no estaba acá en Lomita, no le daban uso».
Víctor Ardiles concluye su relato con una dura crítica al sistema de salud local, enfatizando que, si bien el gobierno envía recursos, «acá en Lomita, todos son doctores particulares que atienden en su casa y llevan, llevan el producto del del hospital a a atender particulares».
Esta declaración sugiere un posible desvío de recursos y atención hacia consultorios privados, en detrimento de la atención pública en el hospital.
La familia Ardiles, conocida en Las Lomitas, espera que el caso de Eduardo no quede impune y que se investiguen las presuntas negligencias que llevaron a su trágico fallecimiento. La comunidad exige respuestas y medidas para garantizar que situaciones como esta no vuelvan a ocurrir.