En diálogo con el Grupo de Medios TVO, la secretaria general del gremio, Mirka Fernández, definió la primera mitad del año como “muy dura”, no solo por el deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores de la educación, sino también por la falta de respuestas oficiales ante los múltiples reclamos del sector.
Sueldo vs. Canasta básica:
una brecha que persiste
Uno de los principales ejes de la lucha docente sigue siendo la equiparación del salario al costo de la canasta básica total. Actualmente, esta última ronda los $1.100.000, mientras que el salario garantizado para un docente apenas alcanza los $800.000. Aunque la diferencia se achicó levemente en lo que va del año, Fernández la calificó como aún “importante”.
“No hay que ser economista ni investigador para saber que los servicios y alimentos siguen subiendo y los salarios han quedado muy atrás”, sostuvo la dirigente gremial, al tiempo que enfatizó la necesidad absoluta de un nuevo aumento salarial.
Más allá del paro: la búsqueda
de nuevas estrategias
La referente de Docentes Autoconvocados no descartó que el segundo semestre venga acompañado de nuevas formas de protesta frente a lo que denunció como una falta de predisposición política del gobierno provincial y nacional para resolver los conflictos.
Si bien el paro y la movilización siguen siendo herramientas principales de lucha, Fernández explicó que en cada asamblea se ponen sobre la mesa “otro tipo de posibilidades”, dejando en claro que la decisión final siempre recae en las bases, es decir, en los docentes afiliados y simpatizantes de distintas escuelas de la provincia.
Problemas estructurales
que siguen sin respuesta
Más allá del reclamo salarial, Fernández denunció un “sinfín de problemáticas sin resolver” por parte del Ministerio de Educación provincial, que —según afirmó— trabaja “muy lento” y no brinda soluciones concretas.
Entre los puntos más críticos mencionados por el gremio se destacan:
Recursos y conceptos impagos, como el artículo 21, cuyos trámites iniciados este año aún no fueron abonados.
La presentación de entre 8 y 10 amparos por mora debido a la falta de respuesta oficial, sumados a otros presentados desde marzo que tampoco han tenido resolución.
Irregularidades en la asignación de horas cátedra, como el caso de una escuela de Villa del Carmen, donde se pagan 10 horas de matemáticas, pero solo se dictan cinco. “Ese dinero termina saliendo de nuestro bolsillo”, denunció Fernández.
Además, la dirigente lamentó la falta de escucha por parte de los funcionarios del Ministerio, a pesar de que el gremio presenta reclamos con información verificada en territorio. Afirmó que son los propios funcionarios quienes «ponen palos en la rueda», generando situaciones de violencia institucional y acoso hacia los docentes.
Una segunda mitad de año
que promete ser intensa
Con tono combativo y sin ocultar la preocupación por el futuro, Fernández advirtió que el silencio actual de gran parte de la sociedad y de otras centrales sindicales la “asusta”.
“Hay un sistema de ajuste que está impactando directamente en el bolsillo de los trabajadores, y veo un silencio abrumador que preocupa”, señaló.
De cara a lo que resta de 2025, la dirigente expresó su firme convicción de que la movilización es la única vía posible para generar cambios:
“Trabajando, hablando todos los días, poniendo el hombro y el cuerpo en la calle es la única manera de revertir esta realidad”, concluyó.
Pese al merecido descanso del receso, desde Docentes Autoconvocados advierten que la segunda parte del año será compleja y requerirá de unidad, firmeza y movilización constante para hacer frente a una coyuntura económica que sigue golpeando con fuerza al sector educativo en Formosa.