El recrudecimiento de las políticas migratorias bajo el gobierno de Donald Trump impacta de lleno en Chicago. En los primeros meses de su segundo mandato, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) duplicó los arrestos de personas con antecedentes por delitos graves y multiplicó por nueve las detenciones de inmigrantes sin condenas previas.
Según datos oficiales analizados por el Chicago Tribune, las cifras más altas se registraron el 4 de junio, cuando se procesaron 88 arrestos en un solo día. Según el informe, tres cuartas partes de esas personas no tenían antecedentes penales registrados.
De esas 88 detenciones, solamente 11 tenían condenas:
Ese día, el ICE envió mensajes de texto en los que solicitaba a los inmigrantes que se presentaran en una oficina del centro para controles rutinarios. Según activistas, unos 20 de ellos nunca salieron del edificio.
Por eso, más de dos docenas de concejales y organizadores comunitarios se reunieron a protestar afuera antes de enfrentarse con los agentes migratorios, quienes sacaron a las personas del edificio y las subieron a camionetas blancas sin identificación.
Un concejal denunció que los agentes empujaron a manifestantes y usaron bastones “como la Gestapo”.
El ICE enfocó sus acciones en dos centros de procesamiento: Broadview y la ciudad de Chicago. Los datos no indican las metrópolis exactas donde ocurrieron los arrestos, pero permiten estimar su magnitud en el área metropolitana.
La información fue obtenida mediante una demanda de la Universidad de California en Los Ángeles. La facultad de Derecho accedió a los datos sin procesar bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA, por sus siglas en inglés) y los compartió con el Deportation Data Project.
El ICE había rechazado entregar esos mismos datos en pedidos anteriores de medios de comunicación. Además, la agencia tampoco emitió comentarios cuando fue consultada sobre los hallazgos del informe.
De las 88 personas arrestadas el 4 de junio, 25 fueron deportadas o salieron de EE.UU. voluntariamente. Entre ellas:
Además, cuatro personas deportadas habían sido condenadas. Los delitos incluyeron:
El informe muestra que la mitad de los deportados bajo Trump tenía condenas. En tanto que el 33% no tenía registros delictivos. En contraste, el ICE triplicó la cantidad de arrestos respecto al final del mandato de Joe Biden.
Los mexicanos encabezaron la lista de deportados en el área de Chicago. Hubo 302 casos frente a 136 de venezolanos:
El caso más llamativo fue el de un niño nacido en 2021, que fue deportado junto a su madre y tres menores más. El ICE ordenó su salida de Estados Unidos en marzo y los detuvo en Illinois el 11 de junio. Cinco días más tarde, todos fueron enviados a Venezuela.
En cambio, el más longevo entre los deportados sin antecedentes era un hombre nacido en 1957. Había recibido una orden de salida en 2009 y fue detenido 16 años después. Trasladado por varias cárceles, finalmente fue expulsado desde Texas.
Los datos muestran un patrón de acción más amplio que en administraciones anteriores. Bajo Trump, el ICE también arrestó a muchas más personas por delitos menores como infracciones de tránsito o conducir ebrio.
Según la información analizada por Chicago Tribune, el ICE, en la administración actual, detuvo a casi el doble de personas condenadas por delitos graves que bajo Biden. Sin embargo, el salto más grande se vio en los arrestos sin antecedentes: nueve veces más.
Chicago se consolidó como uno de los focos prioritarios del ICE. Tom Homan, el “zar fronterizo” de Trump, calificó a la ciudad como “el epicentro” de la aplicación de la ley migratoria.