domingo, 27 julio, 2025
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Scaloni pasó por la F1, vio a Colapinto, admira a Verstappen y comparó al fútbol con el automovilismo

Lionel Scaloni no tiene una pelota de fútbol en la cabeza, evidentemente. Le agradan otros placeres, otros deportes, como la Fórmula 1, es “fierrero” de ley, anda en bicicleta en España (suele competir en campeonatos serios), también le gusta el tenis. Es, sobre todas las cosas, el entrenador del seleccionado argentino, el campeón del mundo. El bicampeón de América.

Tal vez, está un poco inquieto, porque Rodrigo De Paul abandona la elite y se va a jugar a Inter Miami, con Lionel Messi, a un año del Mundial. Acaso, está un poco preocupado, porque Leandro Paredes deja Europa para jugar en Boca, en el indescifrable fútbol argentino. En uno y otro caso, no se le nota. Siempre tiene una sonrisa, suele contemplar el vaso medio lleno de la vida. Y cuando surge un problema, aporta soluciones.

Lionel Scaloni en el circuito de Spa Francorchamps, con los periodistas de DAZN@daznespaña

Tanto es así, que disfruta el tiempo libre, como en estas horas que recorre un rincón de Bélgica. Está relajado y pasa el tiempo ciertamente despreocupado, porque a la selección argentina le quedan dos partidos sin relevancia para finalizar su participación en las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial 2026.

Lógicamente, la selección ya está clasificada: lo consiguió con varias jornadas de anticipación y, además, se aseguró el primer lugar de la tabla de posiciones. Para cerrar la participación en el certamen clasificatorio se enfrentará con Venezuela y Ecuador. El DT ya tiene a esos partidos en la cabeza, con la intención de darle mayor rodaje a las jóvenes promesas.

Franco Colapinto con el belga Thibaut Courtois, arquero del Real Madrid

El encuentro ante la Vinotinto, que se encuentra en zona de repechaje y sueña con jugar un Mundial por primera vez en la historia, será el jueves 4 de septiembre a las 20.30, en nuestro Monumental. El compromiso frente a la Tri -ya clasificada-, está programado para el martes 9, a las 20, en el Monumental de Guayaquil.

Falta mucho, todavía.

Por eso, viaja, despeja la mente. La Fórmula 1 fue escenario de una competencia con episodios laterales que marcaron la carrera sprint en Spa-Francorchamps, el aperitivo del Gran Premio de Bélgica que se corre este domingo. Franco Colapinto, por ejemplo, se encontró con Thibaut Courtois, el arquero de Real Madrid. Sin embargo, el foco estelar resultó el inesperado encuentro entre Lionel Scaloni y Max Verstappen.

Uno de los momentos más llamativos fue el diálogo que mantuvieron Scaloni, su hijo mayor, Ian, y Verstappen en la zona de boxes. El entrenador campeón del mundo con la Argentina y el piloto bicampeón de la F1 intercambiaron algunas palabras en una escena informal que rápidamente circuló por redes y medios. Dos campeones mundiales, cada uno en su terreno, reunidos en una imagen que combinó admiración y sorpresa.

Scaloni no tiene una pelota de fútbol en la cabeza, evidentementeRodrigo Nespolo – LA NACION

“Siempre me ha gustado la Fórmula 1”, contó el conductor, en una charla con DAZN. Se animó a realizar una comparación entre el fútbol y la máxima velocidad (“En cierto modo, es parecido ser jefe de equipo y entrenador”), mostró su admiración por el Gran Max y hasta se rindió a los pies de un español que vivió su época de gloria.

“Siempre me gustó mucho Alonso, que creo que es el mejor de la parrilla y a veces hace milagros. También creo que Verstappen es el que más puede competir con los naranjas. Sin entender mucho, sé que esos son los coches a batir”, contó, lejos de una pelota de fútbol.

Siempre acompañado de su hijo, alentó en todo momento a Franco Colapinto y visitó el Paddock de Alpine en Spa. Caminó por sus calles, charló con las autoridades y aprendió algo más de la fiebre de la mejor velocidad del mundo. Sin embargo, la F1 no es el único vértice del automovilismo que lo apasiona.

Hace un tiempo, en una charla con Olé, exhibió su fanatismo por el Turismo Carretera. “Yo iba con mi viejo, mi tío y mi hermano. Desde que tenía diez o doce años hasta que llegué a jugar en primera en Newell’s, iba a todos lados. Soy fanático de Ford de toda la vida. Íbamos a las carreras en Bolívar, Santa Teresita, La Plata, Balcarce, Junín… Y dormíamos en un motorhome o en el camión de mi viejo. Recuerdo que fue en Junín, sí en Junín… que nos quedamos dormidos afuera, cayó el hielo, la escarcha y nos morimos de frío. Es una época que recuerdo mucho. Ver el TC, a esas bestias corriendo…”, sostuvo, en el recuerdo.

Lionel Scaloni, un ciclista más en España

Cuando la responsabilidad de dirigir al mejor equipo del mundo no lo asalta, recuerda aquellos buenos viejos tiempos. “Soy fierrero de toda la vida. Mi época era la del Ford de Lalo Ramos, del Gurí Martínez, siempre apoyando a ellos. Era muy fanático de verdad. De hecho, si me preguntás algo de los motores de la época, yo explicaba bien lo que eran. El Ford tenía el caño de escape a la derecha, el Chevrolet a la izquierda… Reconocía mucho de todo eso. Siempre me gustó. Soy un fanático en sí del Turismo Carretera, para mí es la pasión de Argentina, la cultura nuestra de ir a ver las carreras, pasar el finde con la familia, el asado, ir en carpa, en el motorhome, con el auto y la casa rodante enganchada atrás”, sostuvo, con melancolía.

El interés de Scaloni abarca otros deportes, como el tenis. “Me gusta porque tengo de amigo a Carlos Moyá, el tenista, ahí en Mallorca, pero no soy un fanático del tenis. Me gusta el ciclismo, ya saben que me pegué una piña con la bici…”, contó, en una conferencia de prensa previa a un partido de eliminatorias. Y lanzó una carcajada por el incidente.

Lionel Scaloni, feliz, con una medalla por una carrera de ciclismoGentileza: MALLORCA 312

Sufrió un accidente en Mallorca, mientras andaba sobre su bicicleta, que le dejó cortes en el rostro y contusiones en el cuerpo. “Estoy bien, tuve mala suerte en el estacionamiento del colegio de mi hijo. Había un auto para atrás, no lo vi y me lo comí entero. Pero bueno, estoy bien”, comentó.

El entrenador encuentra en el ciclismo algo más profundo que un pasatiempos. Se entrena periódicamente arriba de la bicicleta y, cada vez que puede, se inscribe en carreras y compite. En abril lo hizo una vez más en la tradicional prueba Mallorca 312 Ok Mobility, en la isla mediterránea en la que vive, toda una referencia del llamado ciclo-turismo en España, que reunió a unos 8500 deportistas.

“Enhorabuena. ¿Qué tal ha ido? ¿Has mejorado el tiempo?“, le preguntaron desde la organización a Scaloni una vez arribado a la meta, mientras le colgaban una medalla, como a todos los participantes.

“Sí, la verdad que sí. He logrado bajar un poquito el tiempo. La verdad que muy bueno, disfrutamos. Se había presentado mal (el día) por la lluvia, pero después increíble”, respondió el hombre de Pujato, con orgullo.

El entrenador de 47 años participó en la modalidad de 167 kilómetros (también hay de 312 km y 225 km). Su obra finalizó en la 17a posición, con un tiempo de 4 horas, 54 minutos y 11 segundos, a 16 minutos del ganador de la prueba. El año pasado había hecho un tiempo de 5:08:32. Nada mal…

Scaloni es un director de orquesta. Sabe de fútbol y disfruta de tantos otros deportes. De la vida misma.

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