Mario Lugones es el ministro de Salud de la administración de Javier Milei y por estas horas es el miembro del Gabinete que se encuentra más en riesgo para continuar en su cargo.
Es que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica, un organismo descentralizado y autárquico, que se encuentra dentro del ámbito de su cartera ministerial y tiene la potestad de controlar y fiscalizar la calidad de las drogas, productos químicos, medicamentos, elementos de diagnóstico, materiales y tecnología biomédicos y todo otro producto de uso y aplicación en la medicina humana, había advertido acerca de las irregularidades en el laboratorio Ramallo, aunque nada se hizo para frenar la producción del fentanilo adulterado.
Los 96 muertos, por la mala calidad de una droga que es utilizada usualmente por los médicos en todo el país y que incluían bacterias que terminaron con sus vidas, merecen justicia y el escándalo sanitario no hace más que escalar, considerando las declaraciones del juez Ernesto Kreplack.
El magistrado que investiga la causa de los decesos aseguró: «Esto no llegó a un techo. Lamentablemente, con el correr de los días, el número de víctimas podría aumentar», reconoció Kreplak, antes de explicar que hay 76 fallecidos por este lote de fentanilo y hay 9 decesos más que están siendo corroborados por estas horas.
La mayoría de las víctimas mortales se registraron en el Hospital Italiano de la Capital Federal. También hubo registros de fallecidos en los hospitales Alejandro Korn, de Melchor Romero, y el provincial descentralizado Interzonal General de Agudos Simplemente Evita.
La agencia NA publicó que durante la inspección realizada en el establecimiento Laboratorio Ramallo S.A entre el 28 de noviembre al 12 de diciembre de 2024, seis días antes de producir el fentanilo adulterado, la comisión del Departamento de Inspectorado de la Dirección de Fiscalización y Gestión de Riesgos (DFYGR) de la ANMAT detectó y documentó irregularidades en el acta O.I. N.º 2024/3332-INAME-677.
En dicho proceso «fueron detectadas deficiencias significativas clasificadas como críticas y mayores en la Gestión del Sistema de Calidad Farmacéutico (Validación de procesos, documentación, entre otros) en Producción, en Recursos Humanos, en Depósitos, en Control de Calidad, entre otros».
Allí, según esclarece el escrito, «los incumplimientos comprometen la calidad, seguridad y eficacia de los productos elaborados», dando a entender el escenario de gravedad que había en los laboratorios y que anticipaba lo que iba a ocurrir.
Ante lo hallado, se remarcó que el laboratorio no podía continuar con su actividad productiva hasta no dar cumplimiento a las deficiencias y tener en su poder la Carta de cierre correspondiente
Según el avance de la investigación, fueron como mínimo cinco los lotes contaminados de fentanilo que se distribuyeron en ocho distintos nosocomios y centros de salud del país.
De acuerdo con un informe redactado por el Instituto Malbrán y enviado al juzgado federal N.º 3 de Kreplak, en las muestras contaminadas se hallaron al menos tres bacterias, pero dos de ellas, Klebsiella pneumoniae y Ralstonia picketti, son microorganismos que no suelen estar presentes en la comunidad intrahospitalaria.
Mario Lugones: el ministro «mudo», a cargo de la ANMAT
Huye de los micrófonos, no habla con la prensa, de extremo bajo perfil, como casi todos los ministros del presidente Javier Milei, al ministro de salud, Mario Lugones, le cuesta poco sumarse al mutismo general y, en especial, a esta causa.
Al revés del mono conocido en Japón como Iwazu, que personifica a los tres monos que se tapan la boca, los oídos y los ojos, y representan a la sabiduría al simbolizar el proverbio «no ver el mal, no escuchar el mal, no hablar el mal», en el caso de Lugones parece no querer hablar del tema, no ver lo que sucedió en el ANMAT y, mucho menos, parece querer escuchar las críticas de un compañero suyo de gabinete, como el ministro de Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, que criticó a los miembros de la cartera de salud.
«La Anmat me desprotegió, al decirme que me protegía sin protegerme y al decirme que el fentanilo lo revisaba. La Anmat falló, porque el señor que tiene el laboratorio es un amigo del poder y logró que el poder le permitiera hacer esto», dijo Sturzenegger al programa Deja Vu del periodista Lucas Morando.
El amigo del poder sería, Ariel García Furfaro que con el grupo HLB Pharma controla al Laboratorio Ramallo, que produjo el fentanilo mortal.
No se trató del primer cruce entre Sturzenegger y Lugones si se anota la discrepancia que tuvieron en Casa Rosada cuando el economista propuso desregular la importación de medicamentos que favorecería a la industria de laboratorios asiática, para que las provincias, puedan comprar sin autorización de la ANMAT los productos que deseen para sus estados. La idea fue desechada por Lugones, que según varias fuentes de salud «lo hizo a pedido de Hugo Sigman y de los representantes de los grandes laboratorios nacionales».
Para hacerlo, en este caso, se defendió el accionar técnico de la ANMAT como organismo de control. La misma oficina gubernamental que anotó los problemas del laboratorio Ramallo, pero que no hizo nada por detener su producción.
La sobrevivencia política de Mario Lugones en el Gabinete nacional dependerá de los hermanos Milei y del asesor que lo acercó a la gestión libertaria, Santiago Caputo, pero a la arremetida de Sturzenegger parece haberse sumado la ministra de seguridad, Patricia Bullrich que movió sus alfiles en la cámara de Diputados.
Por unanimidad, la comisión de Acción Social y Salud Pública de Diputados aprobó un pedido de informes al Poder Ejecutivo, que complica al ministro Mario Lugones. La diputada Silvana Giudici, que trabaja junto a Bullrich exigió crear una comisión investigadora que fue aprobada por todos los bloques que integran la comisión.
Para esta ocasión, el ministro «mudo», deberá dar algún tipo de explicación ante el abismo creado por las muertes evitables causadas por el fentanilo mortal.