martes, 19 agosto, 2025
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Sofía, hija de Eli Acosta: Quiero que mi madre descanse en paz y poder decir: Se hizo justicia por vos’

En una desgarradora entrevista para el programa radial «Exprés En Radio», Sofía Yance, hija de Eli Acosta, una reconocida directora de escuela fallecida tras someterse a un tratamiento estético, rompió el silencio para compartir los detalles de la tragedia y exigir justicia para su madre. El caso, que ha conmocionado a la opinión pública, arroja luz sobre una presunta mala praxis médica y las graves consecuencias de los procedimientos realizados.

Un tratamiento para la energía, no para la estética

Sofía, visiblemente afectada pero con la firmeza de quien busca la verdad, comenzó el relato aclarando que su madre, Eli Acosta, una mujer de 54 años y una «militante a morir», no buscaba una cirugía estética. «Mi mamá amaba su cuerpo, amaba su rostro todo, no necesitaba ninguna cirugía estética», aseguró. El objetivo de Eli era otro: sentirse más enérgica para poder afrontar su ardua jornada laboral como docente y su vida familiar, que incluía el cuidado de una hija de 12 años.
Motivada por este deseo, Eli se contactó con una mujer, quien le ofreció una «sueroterapia vitamínica». La entrevistada relató que su madre acudió al consultorio por segunda vez el martes pasado, en lo que creía que era una cita de seguimiento, pero que en realidad era un turno que Eli había sacado para su hermana de 12 años, quien también iba a recibir el mismo tratamiento. Un detalle que, según Sofía, evidencia la falta de «un estudio previo» para determinar si eran aptas para el procedimiento, lo que calificó como una «negligencia médica».

El día de la tragedia

La pesadilla comenzó cuando la doctora llamó a Sofía para comunicarle que su madre se había descompuesto. La respuesta de la profesional, lejos de ser la esperada, fue aún más alarmante.

La médica sugirió llevar a Eli a su casa para que Sofía «la controle», algo que la hija rechazó de inmediato. «Se me podía haber muerto en mi casa si yo le decía que sí», afirmó. Ante la insistencia de Sofía, la doctora decidió trasladarla al Hospital de la Madre y el Niño, un hecho que, para la familia, resultó sospechoso.

«Todo se dio de una manera muy rara», expresó Sofía. La médica no llamó al servicio de emergencias (107) y trasladó a Eli en su auto particular, acompañada por dos secretarios. Al llegar al hospital, hizo el ingreso de la paciente y se retiró del lugar, dejando sola a Eli y a su hija de 12 años. «Cuando yo llego, la tipa ya se había ido», contó Sofía. Los médicos del hospital, según su relato, no supieron informarle qué era lo que su madre tenía en el cuerpo, lo que agravó su desesperación.

Una autopsia para la verdad

Al día siguiente, a las 6 de la mañana, la familia recibió la devastadora noticia: Eli había fallecido. La doctora se presentó en la morgue, donde Sofía, llena de dolor y bronca, la confrontó. «La voy a hundir, la voy a denunciar», le advirtió. En ese momento, la policía intervino y, al enterarse de que se trataba de una supuesta mala praxis, le sugirieron a Sofía que presentara una denuncia, lo que hizo de inmediato junto a su hermano.

Las primeras horas posteriores al fallecimiento de Eli fueron caóticas. La familia comenzó a recibir información, fotos y videos de otras personas que habrían sido afectadas por los tratamientos de la doctora. «La voy a escrachar», pensó Sofía. A pesar del dolor, sabía que debía actuar rápido para que «esta señora no quede impune y siga como si nada».

Lucha por la justicia

Desde entonces, la familia de Eli Acosta, a través de su abogada, ha iniciado un proceso legal para que el peso de la ley caiga sobre la doctora. Aunque se ha solicitado el cierre del consultorio y se le ha prohibido a la acusada salir del país, la familia sabe que el camino será largo.

«Mi mamá no fue a hacerse una cirugía estética. Mi mamá confió en esta señora para poder cambiar un poco su calidad de vida y poder tener un poco más de energía y la terminó matando», sentenció Sofía.

El caso, que sigue conmocionando a la sociedad, se ha convertido en un llamado de atención sobre la importancia de la regulación en los procedimientos estéticos y la responsabilidad profesional. «No quiero que haya otra Eli», concluyó Sofía. «Quiero que mi madre descanse en paz y poder decir: ‘Se hizo justicia por vos’».

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