El gobernador Gildo Insfrán cerró la jornada inaugurando en la localidad de Tatané una residencia terapéutica, que lleva el nombre del “Dr. Eduardo Macedo”. Ubicada en Ruta Nacional 11, fue refaccionada y ampliada de manera integral.
En la ceremonia desarrollada en horas de la tarde, estuvieron presentes el vicegobernador Eber Solís, el jefe de Gabinete de Ministros, Antonio Ferreira; legisladores nacionales y provinciales; la ministra de la Comunidad, Gloria Giménez; junto a sus pares de otros organismos; y la administradora general del IAPA, la doctora Lisie Meier.
También, el intendente de Herradura, Ernesto Heizenreder; el presidente de la Junta Vecinal, Bernardino Irala; autoridades policiales, empresarias y religiosas, como además los candidatos a diputados nacionales del Frente de la Victoria, quienes compartieron la jornada con los profesionales de esa institución y los vecinos de Tatané.
En el inicio, a los sones de la Banda de Música de la Policía de Formosa, entonaron las estrofas, primero, del Himno Nacional Argentino y, segundo, el Himno Marcha a Formosa. Seguido a esto, proyectaron un audiovisual sobre la flamante residencia terapéutica.
En ese marco, Meier sostuvo en su alocución que el consumo problemático de sustancias no hace ningún tipo de discriminación de edad, género, etnia, religión, tampoco de clases sociales u orientación partidaria, sino que “arrasa con todo lo que hay a su paso en todas partes del mundo”.
Es decir que “nos vulnera, nos quiebra, nos aísla y nos deja sin nada, y ante este escenario tan devastador, tenemos solamente dos posibles caminos”, marcó la funcionaria, siendo “uno, el que ha decidido tomar el Gobierno nacional del presidente de Javier Milei para quien el cuidado de los más vulnerables no es una cuestión de Estado”.
Planteó que prueba de ello “es lo que hacen con los jubilados, a quienes maltratan al igual que a los pensionados, las personas con discapacidad y también con aquellas en situación de consumo problemático. Esto obedece a que estas personas no son una prioridad porque no generan un rédito económico”, advirtió.
Y añadió: “Entonces se desfinancian los proyectos, anulan los programas, se despide a los trabajadores, se cierran los dispositivos de cuidado, dejándonos absolutamente solos”.
Por otro lado, en cambio, “tenemos el camino que ha decidido tomar el gobernador Insfrán, quien entiende que el cuidado de los más vulnerables no es una opción, es una obligación”, resaltó contundente, ya que “garantiza a través de sus políticas de Estado que todos los formoseños y las formoseñas podamos acceder a un tratamiento de calidad, teniendo los mismos derechos y las mismas oportunidades”.
En ese sentido, resaltó que esta residencia terapéutica habilitada es “un lugar que siempre buscó ser una nueva oportunidad en la vida de las personas, por eso lleva el nombre del doctor Eduardo Macedo”, quien hace muchos años atrás soñó con un lugar como este”.
Testimonios
Se trata de un edificio “totalmente renovado, ampliado, nuevo, pero no solamente de manera estructural, sino de manera funcional”, y “esto permite colocarnos como un dispositivo de referencia en toda la región, pero también en el país”, aseguró la titular del IAPA.
A continuación, Héctor Casco tomó la palabra para brindar su testimonio como padre de un hijo que recibió tratamiento en esa institución, agradeciendo “de corazón a todos los miembros de esta institución el apoyo emocional, dedicación, profesionalismo, empatía, tratamiento personalizado y amor que le brindaron a mi hijo y a nosotros como familia”.
“Son de dignos de admiración y respeto” todos aquellos que trabajan allí. Sin dejar de resaltar también que “todo esto no sería posible si no hubiera una política de Gobierno como la que tenemos en nuestra querida Formosa. Así que gracias, señor gobernador Insfrán, por poner al alcance de todos esta política de salud integral, inclusiva y gratuita”.
En el final se vivió el momento más emotivo cuando un joven de 33 años de nombre Pablo Helber contó lo que vivió “antes y durante el proceso de tratamiento”.
Relató que a los 15 años formó parte de una “bandita” en su barrio y comenzó a consumir sustancias indebidas a la par de que trabajaba: “No podía soltarlo, peleaba mucho”, contó y agregó que llegó a estar detenido.
Así fueron pasando los años hasta que una compañera del colegio lo ayudó a tomar la decisión de plantear una vida diferente. Su renovación comienza con la llegada de su primer hijo, lo que lo ayudó a mirar la vida de otra manera, aunque el consumo no se iba de su vida.
Así, “semana tras semana no llegaba a casa o me perdía, hasta que un día una persona me dijo que tenía esperanzas y que me iba a acompañar”, siguió contando, agregando que “en nombre de quienes no se animan a dar el sí al cambio personal y dejar el consumo problemático” es que tomó la decisión dar su testimonio en el acto.
Y añadió que esa persona de la que hablaba y lo ayudó en tomar la decisión de iniciar el tratamiento fue su papá, quien junto a su mamá, le dieron la oportunidad de llegar al Instituto IAPA. Al igual que a sus hermanos que lo apoyaron en todo momento.
“Fue difícil tomar esa decisión”, reconoció, pero resaltó que “los tres meses de rehabilitación” no los olvida porque conoció “los valores” y muchos momentos que los recuerda, en un testimonio conmovedor y crudo que busca llamar la atención de quienes pasan por situaciones parecidas, a la vez que da a conocer también el alcance de las políticas públicas en relación al tratamiento de sustancias problemáticas.