La diputada provincial por la UCR, Ana Costa Ankenbrand, expresó su enérgico repudio a las declaraciones realizadas por el convencional constituyente Fabián Firman, quien sostuvo que la Educación Sexual Integral (ESI) «promueve la pedofilia y la homosexualidad».
“La ESI no promueve la pedofilia ni la homosexualidad: la ESI defiende derechos”, afirmó Ankenbrand, y agregó que este tipo de expresiones “no sólo son irresponsables, sino que también profundizan la desinformación y ponen en riesgo la defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes”.
La legisladora remarcó que la Ley Nacional 26.150, que establece la Educación Sexual Integral en todo el país, “fue un logro histórico para proteger a nuestras infancias y juventudes” y destacó que su objetivo es garantizar el acceso a información científica, laica y con perspectiva de derechos en el ámbito educativo.
Ankenbrand subrayó además que la implementación de la ESI ha permitido detectar y denunciar numerosos casos de abuso sexual infantil: “Gracias a la ESI se han denunciado abusos que de otro modo hubiesen permanecido ocultos. Brinda herramientas concretas para identificar y actuar frente a situaciones de violencia”.
“Quienes atacan a la ESI, en los hechos, favorecen el silencio que protege a los abusadores sexuales”, sentenció.
La diputada también cuestionó con dureza los dichos del convencional Firman respecto a la orientación sexual. “La ESI no promueve orientaciones sexuales. Por el contrario, promueve el respeto. Respeto que Firman, parece, dejó olvidado en algún placard”, expresó con ironía. “Con la ESI enseñamos que todas las personas, sin importar su identidad u orientación, merecen vivir libres de discriminación”.
Asimismo, recordó que la ESI cumple un rol fundamental en la salud pública, al prevenir embarazos no intencionales, infecciones de transmisión sexual y promover vínculos afectivos responsables.
Finalmente, Ankenbrand lamentó que un profesional de la salud como Firman “en lugar de defender la evidencia científica, repita prejuicios que atrasan décadas y dañan a nuestras infancias”.
“La verdadera amenaza para niñas, niños y adolescentes no es la ESI: son el abuso, el silencio y la desinformación”, concluyó.