Se trata de una infección que afecta habitualmente a las niñas y los niños en la etapa de la primera infancia.
Debido a la época del año en la que se presentan casos de esta enfermedad infecciosa, causada por el virus Coxsackie, en las instituciones educativas y ante la consulta de los padres, desde el Ministerio de Desarrollo Humano informaron de qué se trata, cómo puede prevenirse y la importancia de no alarmarse, sino de actuar según las indicaciones médicas para evitar su propagación.
La directora de Epidemiología y Medicina Tropical de esa cartera, la doctora Claudia Rodríguez, explicó que esta enfermedad data de hace muchos años. Se da habitualmente en niñas y niños en edad escolar “pero, fundamentalmente, en edad preescolar” y desde hace algunos años se presenta en las comunidades educativas, principalmente.
Conocida como síndrome mano-ano-boca, el virus que causa esta patología puede transmitirse a través de la materia fecal. También por vía aérea, mediante las gotitas de saliva al toser o estornudar. Y por contacto directo con la saliva, mocos o las ampollas que brotan en la piel de la persona infectada.
Los síntomas más frecuentes que se desarrollan son: fiebre alta; dolor de cabeza; dolores musculares; dolor de garganta; erupciones o ampollas dolorosas en las manos, pies, áreas del pañal y en la boca; decaimiento y malestar general.
Tiene una duración “entre cinco y siete días y luego comienza la mejoría con una buena evolución, señaló.
Al hablar de cómo se disemina el virus, dijo que, por ejemplo, puede pasar que los chicos en edad de preescolar, de dos, tres y cuatro años, que están en la guardería o en el jardín de infantes “se ensucian con el papel higiénico y si después no se lavan bien las manos, van tocando los juguetes y otras superficies, que a su vez van tocando a otros niños y se llevan la mano a la boca y así, el virus se va transmitiendo”.
La transmisión puede suceder también cuando los chicos se abrazan, se tocan, se aprietan, por el contacto con las lesiones de la piel “exantema con ampollitas que pueden contener muchos virus”. O cuando el niño estornuda, habla o tose “puede estar contagiando a otros que están cerca, del mismo modo que se transmiten las enfermedades respiratorias”, detalló.
Prevención
En ese punto, la epidemióloga remarcó que lo principal “es siempre la prevención”, aconsejando que si las niñas y los niños están con síntomas “no se los debe enviar al jardín o a la guardería para evitar que el virus se siga propagando”, como medida principal para cortar la transmisión.
“Lo recomendable es que el niño se quede en su casa y tenga todos sus utensilios u objetos personales, como toallas, vaso, cubiertos, sábanas, que no los comparta y que los objetos que toca se laven antes de compartirlos con otros integrantes de la familia y así prevenir que esas personas también se contagien y enfermen”, enfatizó.
Seguidamente, agregó otros cuidados: el lavado de manos frecuente con agua y jabón, la higiene de manos con alcohol “sobre todo, después de ir al baño y antes de ingerir alimentos”.
Además, evitar que los chicos tengan contacto cercano entre ellos, sumando las medidas que se implementan para prevenir las enfermedades respiratorias: distanciamiento, ventilación de los ambientes, no estornudar en la mano, “porque el virus va quedar ahí”, sino, hacerlo en el pliegue interno del codo.
Del mismo modo, no compartir juguetes en lo posible, de lo contrario “se los debe limpiar con un desinfectante, como lavandina diluida o alcohol”, remarcó entre las demás medidas de prevención.
La especialista expuso que los virus no duran mucho tiempo afuera del organismo. Sin embargo, “duran lo suficiente como para ser transmitidos” y, en general, el virus Coxsackie es resistente al medio ambiente y pueden perdurar un tiempo prolongado.
Por eso, insistió en la limpieza y desinfección periódica de las superficies, como pisos, inodoro, lavatorios, canillas y todo lo que el niño pueda tocar.
Adultos
Para concluir, Rodríguez se refirió al contagio de las personas adultas, especificando que “aunque no es habitual, puede ocurrir”, aunque “los síntomas son mucho más leves”, ya que es una enfermedad que se presenta más frecuentemente en la infancia.