Aunque caminar es algo que se aprende como parte del crecimiento. Sin embargo, muchas personas se preguntan por qué se mueven los brazos al andar. La psicología y la ciencia tienen una explicación para esto.
A simple vista, caminar parece un acto tan automático que pocas veces los individuos se detienen a pensar en sus detalles. En el ámbito de la psicología y kinesiología, el movimiento de los brazos al caminar está relacionado con el equilibrio, coordinación y ahorro de energía.
Funciona como un contrapeso natural que estabiliza el cuerpo, facilita el paso y reduce el esfuerzo físico, además de proyectar seguridad y naturalidad en la interacción social. Pero, el balanceo de los brazos al caminar y correr es mucho más que un gesto automático, ya que constituye una parte esencial de la biomecánica humana.
Aunque en la vida moderna muchas se olvida, por cargar bolsas o usar el celular, este movimiento cumple una función clave para mantener el equilibrio, optimizar la respiración y ahorrar energía, puntualiza Advance Physical Therapy and Fitness.
Al igual que en los animales de cuatro patas, donde las extremidades frontales ayudan a coordinar la locomoción con la respiración, en los humanos los brazos funcionan como contrapeso natural de las piernas, indica la revista Science de BBC.
Cuando una pierna avanza, el brazo contrario se balancea para equilibrar el cuerpo y estabilizar el núcleo. De lo contrario, el sistema se desequilibra y el movimiento se vuelve menos eficiente, lo cual puede generar una sensación mayor de fatiga o incluso molestias físicas.
Por ello, liberar los brazos al caminar mejora la fluidez del movimiento y favorece una respiración más natural. Un simple gesto puede marcar la diferencia en la salud y bienestar diario.
*Por Leslie Santana