Ella estaba dolorida por la cesárea, pero ese dolor no fue nada comparado con el infierno que vivió el 6 de marzo de 2024. Miguel Alvidez, su ex pareja hoy, la agredió brutalmente pese a que recién había parido: la golpeó, la intentó asfixiar y la amenazó: “Te voy a matar hija de puta”, “de acá no salís, así como estás, no vas a salir, vas a estar peor” y “si voy a estar preso por esto, me voy por 25, te mato”.
Como si la violencia no tuviera final, Alvidez le pidió a su hermano Juan Ramón que le entregara un arma y con esa pistola la volvió a golpear. Luego, la metió en un baño minúsculo de la vivienda y la violó. Ella le decía que no y pedía auxilio.
Pero había más dolor. Alvidez logró llevarla hasta la casa de su hermana Marta y ahí fue retenida, amenazada con un cuchillo. Luego, la descartaron en una plaza de Ciudad Oculta. Allí finalmente pudo escapar y refugiarse en la casa de su madre.
Ahora el Juzgado de Primera Instancia en lo Penal, Contravencional y de Faltas N°10 de la Ciudad de Buenos Aires dictó una sentencia de 10 años de prisión de efectivo cumplimiento para Miguel Alvidez, tras hallarlo responsable de una serie de delitos cometidos en un contexto de violencia de género contra su ex pareja.
La resolución también condenó a sus hermanos Marta Elizabeth Alvidez y Juan Ramón Alvidez a penas de prisión de 3 años y ocho meses y 3 años y medio de prisión, respectivamente.
El caso, que fue elevado a juicio por la Fiscalía 33, expuso una trama de violencia física, sexual, psicológica y simbólica ejercida por Alvidez sobre la mujer en el interior de una vivienda de la Villa 15, en el barrio porteño de Mataderos.
El calvario
Según la reconstrucción judicial, ese 6 de marzo ella se encontraba en pleno posoperatorio tras una cesárea. Pero a él nada lo frenó. Tras amenazarla, golpearla y violarla, la víctima logró enviar mensajes de socorro a su hermana a través de una aplicación en el televisor, lo que motivó la intervención policial.
Sin embargo, la familia Alvidez impidió el rescate y trasladó a la víctima a distintos ambientes de la casa y luego a otro domicilio, donde fue retenida bajo amenaza con un cuchillo por parte de la hermana del agresor.
Finalmente, Alvidez y otra de sus hermanas -que fue absuelta en el juicio- la abandonaron en una plaza, dejándola a merced de desconocidos en una villa de Ciudad Oculta. Le pusieron estupefacientes en sus bolsillos. Lo que él pensó que era el final de su víctima fue el principio de su final: ella logró llegar hasta su mamá y denunciarlo.
Lo hizo ante la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (OVD). La Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas N°33 (PCyF 33) intervino de inmediato con medidas de protección para la víctima y su familia y acompañamiento psicológico.
En el marco de la investigación también se identificó domicilios sospechosos en la zona de Ciudad Oculta y se realizaron allanamientos donde se secuestró el arma de fuego y más de 130 cartuchos. Durante esos operativos, los hermanos del principal acusado fueron detenidos, mientras que el imputado logró eludir a la Policía escapando por los techos.
Tras una serie de tareas de búsqueda en la Ciudad de Buenos Aires y la provincia, el prófugo fue capturado y quedó preso.