En un drama que se intensifica con el paso de los días, familias del barrio Villa del Carmen se encuentran en una desesperada carrera contra el tiempo para evitar el inminente desalojo de sus hogares. La situación, que ya ha afectado a varias familias en el pasado, alcanza un punto crítico mientras los vecinos buscan una respuesta urgente de las autoridades provinciales. Mabel Penayo, una de las residentes afectadas, dialogó con el programa radial “Exprés En Radio” de FM VLU 88.5 para exponer la grave situación que enfrentan.
Búsqueda de Respuestas en Casa de Gobierno y Legislatura
La jornada de las familias comenzó con una visita a la Casa de Gobierno en busca de una audiencia con el gobernador o una respuesta a la nota de expropiación presentada por el Dr. Aguilar. Mabel Penayo relató la incertidumbre de la situación, afirmando que “quedaron en llamarnos”. Posteriormente, el grupo se dirigió a la Legislatura con el mismo objetivo, pero el resultado fue similar. “De allí venimos a la legislatura, también quedaron en llamarnos, pero hasta hasta el momento no tenemos una respuesta,” expresó Penayo, evidenciando la falta de avances en su reclamo.
El Origen del Conflicto y la Amenaza de Desalojo
El desalojo de las familias del Barrio Villa del Carmen no es un hecho aislado. Según Penayo, el año pasado cuatro familias ya fueron desalojadas, y de siete familias que se encontraban en una situación similar, ahora solo quedan dos, incluyéndola a ella. La situación es confusa, ya que la orden de desalojo les llegó hace dos años, pero el proceso se ha llevado a cabo de forma intermitente, afectando a grupos reducidos de vecinos. “El día siguiente nos llega el desalojo, nos dio 72 horas,” comentó, aludiendo a la notificación que recibieron en marzo de este año, poco después de ser afectados por una tormenta. La inmediatez de la amenaza es palpable, ya que el desalojo de la familia de Mabel estaba programado para el día siguiente de la entrevista.
Una Vida de Inversiones en Terrenos de “Buena Fe”
Mabel Penayo y su familia han vivido en su hogar durante 12 años, un período en el que han invertido tiempo, esfuerzo y recursos para construir su vida. La historia se repite entre los vecinos, quienes compraron sus terrenos de “buena fe,” confiando en que se trataba de una transacción legítima. “La ignorancia es una enemigo bastante bastante importante para el ser humano,” admitió Penayo, reconociendo que desconocían la necesidad de verificar la propiedad del terreno en el municipio.
La frustración y el sentimiento de abandono son abrumadores. En todas las oficinas a las que acudieron, recibieron la misma respuesta: “nadie se hace cargo,” porque el juicio “no le compete” al estado. Sin embargo, Penayo destaca la paradoja de la situación: “vivimos la mitad o más de la mitad de nuestra casa está verificada en la parte de municipio.” Esta contradicción subraya la falta de claridad en la titularidad de los terrenos, un problema común en Formosa, donde la venta de terrenos supuestamente fiscales es una práctica habitual.
El Sentimiento de Abandono y la Lucha por la Dignidad
Mabel Penayo describió el dolor emocional que provoca esta situación, expresando que ella y su familia se sienten “como una bolsa de basura que en cualquier momento va un camión de recolector y nos tira ahí.” Este sentimiento de desolación se ve agravado por la falta de apoyo institucional.
A pesar de la adversidad, las familias no están solas. Penayo destacó el apoyo de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), en especial del Dr. Aguilar, el señor Vázquez y otros miembros que los han acompañado en su lucha. Este respaldo ha sido crucial para llevar su reclamo ante las autoridades. Sin embargo, la promesa de “pedir tiempo” por parte de las autoridades no es suficiente para quienes están a horas de perder sus hogares.
Un Llamado a la Solidaridad y la Fe
Ante la falta de una respuesta inmediata, las familias se dirigían al juzgado número cinco en un último intento por detener el desalojo. La situación es desesperante, y Mabel Penayo concluyó con un mensaje de fe, afirmando que aunque no tienen respuestas de nadie, confían en que “nuestro Señor Jesucristo…está intercediendo por nosotros y cosas grandes va a suceder.”
La entrevista finalizó con la reflexión de que esta situación no puede quedar en el olvido, especialmente cuando hay “niños, hay ancianos hay personas vulnerables” involucrados. El dilema de la vivienda en Formosa, donde la falta de opciones legales a precios asequibles empuja a la gente a un mercado informal de terrenos, es un problema de fondo que deja a las familias en una situación de indefensión total. La lucha de los vecinos del Villa del Carmen es un claro recordatorio de que estas historias de desalojo son la cara visible de una problemática social y habitacional que requiere una solución urgente.