En una emotiva homilía pronunciada durante la misa de las 8 horas en la Iglesia Catedral de Formosa, Monseñor Conejero reflexionó sobre la importancia de la Palabra de Dios en tiempos de incertidumbre, recordando la figura de San Mateo y enfatizando valores como la justicia, la honestidad y la fidelidad.
La celebración, enmarcada en el mes de la Biblia y el Año Santo Jubilar, atrajo a fieles que buscan esperanza en medio de conflictos mundiales y tensiones locales. El prelado no solo invocó pasajes bíblicos para denunciar la avaricia y la corrupción, sino que también instó a la comunidad a vivir coherentemente con los principios cristianos, promoviendo la paz y la unidad.
La homilía, que duró aproximadamente 20 minutos, se centró en la necesidad de discernir a través de la Escritura Sagrada, destacando cómo Dios desea la salvación de todos los hombres. Monseñor Conejero, conocido por su estilo pastoral directo y cercano, conectó las lecturas del día con realidades cotidianas, desde las guerras internacionales hasta las polarizaciones en redes sociales y la política. A continuación, se detalla el contenido principal de su mensaje, organizado por temas clave.
Avance en el Mes de la Biblia y Celebraciones Jubilares
Monseñor Conejero inició su homilía saludando a los presentes y contextualizando la fecha: “Queridos hermanos, avanzamos en este mes de la palabra de Dios de la Biblia, hoy 21. Este domingo recordamos también a San Mateo, que es justamente el primero de los evangelistas según el canon de la Biblia.” Explicó que la Iglesia continúa con las celebraciones del Año Santo Jubilar, llenas de esperanza, animando mutuamente a los fieles en un mundo marcado por tensiones. Mencionó conflictos persistentes como la violencia en Israel, Palestina, Rusia y Ucrania, así como polarizaciones políticas llenas de agravios e insultos, sugiriendo incluso cerrar las redes sociales para evitar que “le vuelven a uno la cabeza tonta”.
El prelado recordó eventos recientes, como la exaltación de la Santa Cruz el domingo anterior y la conmemoración de los mártires del siglo XXI por el Papa Francisco en la Basílica de San Pablo Extramuros: “mil setecientos mártires dentro de la Iglesia Católica y de las otras confesiones cristianas”. También aludió a la celebración de los dolores de la Virgen María el 15 de septiembre y visitas locales, como a Puerto Pilcomayo para la fiesta de Estela Maris y a la Parroquia Santa María de la Esperanza. Celebró el día de la primavera como símbolo de esperanza, con árboles floreciendo y frutos por venir, aunque lamentó la postergación de la Peregrinación de Itatí al próximo fin de semana: “Dios mediante, acompañaremos a miles, a cientos de miles de jóvenes, que acuden hasta la Basílica de Nuestra Señora de Itatí, patrona del Nordeste Argentino.”
La Palabra de Dios como Guía en Tiempos de Egoísmo y Avaricia
Transitando hacia las lecturas del día, Monseñor Conejero enfatizó el rol instructivo de la Biblia: “Mientras tanto, la Palabra de Dios siempre nos va instruyendo, alimentando nuestra vida espiritual, nos ayuda también a discernir, como dice muy bien la Carta a los Hebreos, porque la Palabra de Dios es como una espada de doble filo, que penetra hasta lo más íntimo de las intenciones del corazón.” Denunció el egoísmo humano desde tiempos antiguos, citando al profeta Amós (no Mos, como se transcribió posiblemente por error) por explotar a los pobres “por un par de sandalias o por una bolsa de alimentos”. Recordó las palabras de Pablo a Timoteo: “la avaricia es la raíz de todos los males”.
En la segunda lectura, subrayó la voluntad divina de salvación universal: “Dios quiere que todos los hombres se salven, nos salvemos y lleguemos al conocimiento de la verdad.” Esto motiva la misión de la Iglesia para anunciar la Buena Noticia de Cristo. Conectó esto con la oración colecta, que establece el amor a Dios y al prójimo como fundamento de la ley divina, contrastándolo con la “viveza criolla” que a menudo prevalece.
Lecciones del Evangelio: Astucia de las Tinieblas vs. Fidelidad en lo Pequeño y Grande
Analizando el Evangelio, Monseñor Conejero citó a Jesús: “los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz”. Explicó que las intenciones del corazón eventualmente se revelan, y que el bien se busca actuando con honestidad en todo: “El que busca el bien procede siempre haciendo el bien, en lo pequeño y en lo grande. Jesús nos enseña que hay que ser honestos, fieles, en lo pequeño y en lo grande.”
Refiriéndose a la parábola del administrador deshonesto, señaló: “Ese administrador, que era deshonesto, buscó el modo y la manera de que después le pudieran recibir, pero obraba con astucia y con deshonestidad. Esa es la verdad.” Invocó los atributos divinos de bondad, compasión, misericordia y fidelidad, proclamados en el Salmo 99: “porque Dios es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad de generación en generación.” Llamó a los fieles a reproducir la imagen de Jesús, siendo fieles en lo poco y en lo mucho, advirtiendo que la deshonestidad en lo pequeño lleva a la corrupción en lo grande.
Llamado a la Misión, la Esperanza y la Oración por la Paz
Concluyendo, el obispo vinculó el mes de la Biblia con el de la juventud y la esperanza, anticipando octubre como mes misionero con el lema “misioneros de esperanza entre los pueblos”. Enfatizó crecer en comunión, participación y misión en una Iglesia sinodal para que todos lleguen al conocimiento de la verdad. Instó a reproducir la imagen de Jesús: “Si realmente queremos ser discípulos, misioneros de Jesús, como corresponde, hemos de ser misericordiosos, compasivos, rezar por la paz, por la unidad.”
No ser indiferentes ante el sufrimiento, aunque a veces solo se pueda orar: “A veces no podemos, no está a nuestro alcance nada más que la oración, pues hagamos, y después cada uno según su propia responsabilidad y vocación haga todo lo que pueda en orden a que la voluntad de Dios se cumpla en este mundo.” Finalizó con una interpelación personal: “Y hoy procuremos interpelarnos si somos justos, honestos y fieles en lo poco y en lo mucho, que así sea.”
Esta homilía no solo refuerza el compromiso espiritual de la diócesis de Formosa, sino que también resuena en un contexto nacional de desafíos sociales y políticos, invitando a una reflexión colectiva sobre la ética cristiana en la vida diaria. Fieles presentes expresaron su inspiración por el mensaje, destacando su relevancia en tiempos de división. La próxima peregrinación a Itatí se perfila como un evento masivo que continuará fomentando estos valores de esperanza y unidad.
