La reciente reforma de la Constitución de la provincia de Formosa ha generado un profundo descontento entre los pueblos originarios y diversas organizaciones sociales. El proceso, que culminó con la jura del nuevo texto el pasado 10 de septiembre, dejó por fuera las demandas históricas de las comunidades Wichí, Qom, Pilagá y Nivaĉle, quienes habían presentado una propuesta consensuada para la actualización de sus derechos.
Un cambio «simbólico» que profundiza la exclusión
La reforma, promocionada por el gobierno provincial como una «modernización institucional», ha sido calificada de regresiva por las organizaciones indígenas. El único cambio en lo que respecta a sus derechos fue meramente formal: el artículo 79, que los reconocía de manera limitada, fue renumerado como artículo 56, sin ningún tipo de modificación en su contenido.
El comunicado conjunto de diversas organizaciones sociales y religiosas, entre ellas la Asociación para la Promoción de la Cultura y el Desarrollo (APCD), el Equipo Diocesano de Pastoral Aborigen y el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (ENDEPA), expresa una «profunda decepción». El texto señala con dureza que «una vez más el pueblo interesado y movilizado pacíficamente, sin distinción de sectores religiosos o políticos, fue ignorado y burlado».
La propuesta histórica de los pueblos originarios
Durante más de un año, las comunidades de los cuatro pueblos indígenas formoseños llevaron adelante un arduo proceso de consulta y diálogo. A través de encuentros comunitarios, rondas de diálogo y asambleas pluriétnicas, lograron consensuar una propuesta de reforma que buscaba actualizar sus derechos en la Carta Magna provincial.
Esta propuesta incluía el reconocimiento expreso de la preexistencia de los pueblos, la educación bilingüe e intercultural en todos los niveles, la personería jurídica por preexistencia y la propiedad comunitaria inalienable de las tierras. Además, exigían el derecho a la Consulta Libre, Previa e Informada, un estándar jurídico reconocido a nivel nacional e internacional.
Una propuesta que nunca fue debatida
La propuesta fue presentada formalmente ante la Convención Constituyente e ingresó a la comisión correspondiente. Sin embargo, a pesar de haber cumplido con todos los requisitos formales, «nunca fue debatida». Las organizaciones denuncian que «no se convocó a las comunidades a participar en las comisiones ni se les dio respuesta institucional».
En el comunicado, lamentan que «Formosa perdió una oportunidad histórica de reconocer y actualizar los Derechos de los 4 Pueblos Originarios que la habitan». También resaltan la situación particular del pueblo Nivaĉle, que continúa sin ser reconocido oficialmente, lo que agrava aún más la exclusión y representa un «retroceso en la construcción de una Formosa pluriétnica y multicultural».
El compromiso de continuar la lucha
A pesar del desaire institucional, las organizaciones reafirmaron su compromiso de seguir acompañando a los pueblos indígenas en sus luchas. «Repudiamos de manera enérgica este tipo de acciones y actitudes, que siguen desgastando nuestra democracia», concluye el comunicado, enfatizando que «no es desde la soberbia y la sordera institucional que se hace grande una provincia o un país».
La nota concluye con un mensaje de esperanza y determinación: «La lucha no la vamos a abandonar, vamos a seguir caminando junto a los 4 Pueblos Indígenas de esta provincia… En las comunidades, como siempre, soñando juntos, no conocemos otra manera». El texto demuestra que, a pesar de los obstáculos, la búsqueda de la justicia y el reconocimiento de sus derechos sigue más viva que nunca.