La política formoseña vuelve a ser centro de un intenso debate. La diputada provincial de Nuevo País, Mara Amarilla, alzó la voz de la oposición en una entrevista exclusiva con el programa radial “Una Cuestión de FEr”, de FM VLU 88.5, y reveló la controvertida estrategia de su bloque frente a la jura de la nueva Constitución provincial. Mientras la Cámara de Diputados se encuentra en un limbo legislativo, la coalición opositora se aferra a una posición firme y, según sus propias palabras, “política”.
El misterio de la jura: Una ausencia que es un mensaje
La semana pasada, un grupo de diputados de la oposición no se presentó para jurar la flamante Constitución, lo que generó diversas especulaciones. La diputada Amarilla aclara que su ausencia no fue un simple descuido, sino una decisión pensada y estratégica. “Nosotros no juramos eh porque en esa sesión no asistimos directamente,” explicó, señalando que se trató de una forma de boicotear un acto que consideraban innecesario y puramente mediático.
Amarilla argumenta que la jura fue un acto “redundante” y “un poco de show mediático” orquestado por el oficialismo para “que estén en la foto todos los oficialistas jurando esta nueva esta nueva Constitución con sus nuevos artículos”. La legisladora remarcó que ella y sus compañeros de bloque ya habían jurado la Constitución provincial, por los Santos Evangelios y la patria, en diciembre de 2023, al asumir sus cargos. Para ellos, no existe “ninguna obligación jurídica” de volver a hacerlo.
Jurar con salvedades: La estrategia para evidenciar la ilegalidad
Ante la posibilidad de una nueva convocatoria para la jura, la oposición ya tiene su respuesta. La estrategia no es negarse de forma tajante, sino hacerlo con una condición que desnude lo que consideran las fallas y contradicciones del nuevo texto constitucional. La diputada Amarilla fue clara: “Si juramos vamos a jurar con salvedades.”
Pero, ¿qué significa jurar con salvedades? La legisladora explica que el juramento se centrará en los artículos que sí respetan la Constitución Nacional, mientras que se dejará en claro el rechazo a aquellos que la contradicen. “La salvedad que hay determinados artículos que se aprobaron en esta si querés negligente forma de aprobar la nueva Constitución que violentan a la Constitución Nacional y para nosotros eso es de suma importancia,” afirmó.
Entre los puntos más cuestionados, la diputada mencionó:
- Restricciones a derechos fundamentales como la propiedad privada y la presentación de amparos.
- La falta de responsabilidad de los superiores en la cadena de mando de las fuerzas de seguridad, que recae directamente en los agentes que ejecutan las órdenes.
- La inclusión de un “cepo a la intervención” que impide a los funcionarios solicitar la intervención de la provincia, un mecanismo previsto en la Constitución Nacional.
Para la legisladora de Nuevo País, estos artículos “van directamente en contra del derecho individual del ciudadano formoseño y que eso están parados en la Constitución Nacional,” lo que genera una “colisión directa” entre ambos cuerpos normativos.
Un proceso viciado: La raíz del descontento
La postura de la oposición no es nueva; es la continuación de una firme posición que han mantenido desde el inicio del proceso de reforma constitucional. La diputada Amarilla reiteró que el bloque de Nuevo País no avala la legitimidad de un proceso que consideran “totalmente arbitrario” y viciado.
Amarilla explicó que la forma en que se llevó a cabo la reforma, con comisiones de debate “deficientes,” dictámenes que ya estaban listos antes de ser discutidos, y la falta de antelación en la presentación de los proyectos, llevó a sus representantes a renunciar a la Convención Constituyente. “Todo el procedimiento de reforma estuvo viciado,” sentenció, asegurando que su bloque se retiró para “no avalar y no legitimar” un proceso que, según ellos, fue una simulación.
La política como un “hecho político”
En última instancia, lo que la diputada Mara Amarilla describe es un “hecho político”. Para la oposición, la jura no es solo un acto protocolar, sino la oportunidad de dejar en claro su rechazo a un texto que, a su parecer, no respeta la ley superior ni los derechos de los ciudadanos.
Este planteo va más allá de un simple desacuerdo legislativo; es una declaración de principios que busca deslegitimar una reforma que, de acuerdo con la oposición, fue diseñada para consolidar el poder del oficialismo. La decisión de jurar con salvedades, o incluso de no hacerlo si no son forzados, es la manifestación de una postura que sostiene que la nueva Constitución “no debería haber sido aprobada en ningún contexto”. La pregunta ahora es: ¿hasta dónde está dispuesta a llegar la oposición para defender su posición?