Justicia en las Calles: La Fuerte Convocatoria por Ramón Ocampo
La tranquilidad de Ibarreta se ha disuelto en medio de un escándalo que, lejos de esclarecerse, suma nuevas capas de misterio y controversia. El caso, que inició con el baleo de un concejal electo y la posterior muerte de Ramón Ocampo —a quien se sindicó como el agresor—, mantiene en vilo a la provincia de Formosa. La versión oficial, sostenida por la policía, apunta al suicidio de Ocampo, una narrativa que la familia «negó rotundamente», encendiendo la mecha de una movilización ciudadana que exige «justicia por mi papá».
En medio de la marcha matutina, Zuny Ocampo, hija del fallecido, concedió una entrevista al programa radial “Exprés En Radio” por FM VLU 88.5. Su testimonio no solo desmonta la versión policial, sino que apunta directamente a las irregularidades y a un presunto encubrimiento que involucraría a figuras políticas de peso.
El Hallazgo Cuestionado: «Plantaron su cuerpo en el lugar»
Uno de los puntos más delicados y que evidencia el conflicto entre la familia y la fuerza pública es el momento y lugar del hallazgo del cuerpo de Ramón Ocampo. La policía había afirmado haber sido quienes lo encontraron. Sin embargo, Zuny Ocampo fue categórica al desmentir esto. «Sí, la hija lo encontró. La propia hija», afirmó, detallando con precisión que el hallazgo ocurrió entre las «6:57 aproximadamente» y que solo les tomó «5 minutos que salimos a buscarlo, lo encontramos».
Esta premura y la localización en una zona conocida («donde hay una ladrillería, no es monte ni nada») contradicen la narrativa oficial, llevando a la familia a la más grave de sus denuncias: «está claro que plantaron su cuerpo en el lugar, que él no se mató». Para Zuny y su familia, las pruebas que poseen confirman que la muerte de su padre no fue autoinfligida, lo que convierte la investigación en un caso de homicidio bajo un halo de encubrimiento.
Deudas, Obras y el Conflicto con el Poder Político
La confrontación fatal, según la versión de la familia, tiene raíces profundas en «relaciones de negocios» que vinculaban a Ramón Ocampo, un contratista local, con «el municipio de Ibarreta» y «importantes políticos y referentes políticos a nivel provincial». Ramón Ocampo era el encargado de obras cruciales en la localidad, como el «Salón Multiuso» y otra obra sobre la «25 de Mayo».
El detonante fue una «deuda muy importante» que el sector político mantenía con Ocampo. La situación era tan crítica que la víctima se vio obligada a una desesperada acción para mantener a flote los proyectos y a su personal. «Mi papá sacaba su bolsa para pagar a sus empleados porque no le estaban pagando, no le estaban pagando la obra», reveló Zuny. Esta deuda y la presión económica resultante se señalan como el verdadero origen de la disputa, mucho más que un simple acto de violencia aislado.
¿Fue Realmente Ramón Ocampo el Agresor? La Falta de Pruebas
La familia Ocampo introduce un elemento que desmantela por completo la hipótesis inicial: la incertidumbre sobre la autoría del disparo al concejal electo. «De nosotros no estamos seguros de que él le disparo al concejal», sentenció Zuny Ocampo, quien cuestiona la base de la acusación.
La única prueba esgrimida por la investigación es el testimonio de «un solo testigo que es chofer de Cabrera, que se llama Sergio Paredes». Zuny considera inverosímil esta situación, destacando que el presunto ataque ocurrió en la concurrida «avenida 25 de Mayo en ese horario pico». «Hay muchas personas en la avenida 25 Mayo, una zona muy circundada. Y raro que haya cero testigos», argumentó, sugiriendo que la versión oficial carece de sustento probatorio sólido.