jueves, 9 octubre, 2025
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Investigan la muerte de una niña de 6 años por abuso y negligencia

La ciudad de Clorinda se encuentra conmocionada por la muerte de Natasha Abigail, una niña de seis años, en un caso que la Justicia investiga como “abuso sexual con acceso carnal y homicidio culposo”. Este trágico suceso ha despertado la alarma social y ha puesto en el foco de la crítica la presunta inacción y complicidad del entorno familiar, así como la indiferencia de la sociedad. Por el hecho la Policía detuvo al padrastro.

Comunicado de la Policía

La Policía investiga las circunstancias que derivaron en la muerte de una niña de seis años; mientras que el Juzgado de Instrucción y Correccional de la segunda ciudad caratuló el hecho como “Abuso sexual con acceso carnal y homicidio culposo”.
El martes último, alrededor de las 23:40 horas, una mujer de 28 años llevó a su hija hasta el Hospital Cruz Felipe Arnedo y comentó que cinco días atrás ya la había llevado por dolores abdominales y el diagnóstico fue una infección urinaria, con la correspondiente receta de medicamentos, pero que habría decidido suministrarle remedios yuyos.
Por su parte, la doctora que atendió a la menor de edad aseguró que la paciente ingresó a la guardia en mal estado, con cuadro de 10 días de evolución, dolor abdominal, intoxicación por yuyos.
Agregó que la última consulta fue el 2 de octubre y que la infección era generalizada, razón por la cual ordenó su inmediata derivación hasta el Hospital de la Madre y el Niño de la ciudad de Formosa en una ambulancia del SIPEC.
Sin embargo, la niña falleció camino al nosocomio capitalino y se puso en conocimiento del caso a la jueza de Instrucción y Correccional de la Segunda Circunscripción Judicial, Dra. Mariela Isabel Portales.
La magistrada ordenó el traslado del cuerpo de la menor de edad a la morgue judicial y la forense judicial determinó como causal de la muerte: “Paro cardiorrespiratorio muerte en investigación judicial”.
También que se labre el acta de constatación en el domicilio de la niña y se reciba declaración testimonial de la madre y la abuela materna porque la víctima presentaba rasgos de abuso sexual con acceso carnal.
A todo esto, efectivos policiales detuvieron a un hombre de 31 años, (padrastro) domiciliado en el barrio San Miguel, quien fue notificado de su situación legal y quedó detenido en una de las celdas de la Unidad Penitenciaria N° 5.
El cuerpo de la pequeña fue entregado a su madre para su velatorio e inhumación; mientras que se inició un sumario de prevención caratulado: “Abuso sexual con acceso carnal y homicidio culposo”.

La voz de la Organización
Nathaniel ante
el caso Natasha Abigail

En una entrevista con el programa radial “Una Cuestión de FEr” conducido por Fernando López por FM VLU 88.5 del Grupo de Medios TVO, Patricia Iriarte, integrante de la Organización Nathaniel-Clorinda, compartió la información recabada y alzó la voz de la asociación que surgió a raíz de otro caso de violencia infantil en la misma ciudad.
La Organización Nathaniel, que lleva el nombre de otro niño víctima de violencia en Clorinda, ha tomado este caso como bandera para exigir justicia y reflexionar sobre un patrón de violencia infantil. Iriarte y el conductor del programa mencionaron el caso de María Maidana de Villa 213, señalando la “terrible” similitud de los tres casos ocurridos en un lapso de diez meses, donde “los progenitores están involucrados en el caso”.
“Es increíble hoy cómo una mamá puede estar implicada en el homicidio o en la violación de un hijo, de su propio hijo, de su propia hija, es algo aberrante. Que te tiene que alarmar y te tiene que poner a pensar qué está pasando”, manifestó Iriarte, evidenciando su indignación ante la complicidad parental.
La información que maneja la Organización apunta a una presunta “irresponsabilidad” de la madre: “la mamá no le cuidaba, no le daba las atenciones adecuadas a la niña”. Sin embargo, el cuestionamiento más profundo de Iriarte se centró en la omisión y la posible ceguera deliberada de la madre y la abuela ante las señales de maltrato y abuso.
Iriarte, visiblemente conmovida, planteó una reflexión desde su rol de madre: “una marca que vos ves como mamá o como papá en el cuerpo de tu hijo, vos te vas a dar cuenta de que algo está fuera de lugar”.
Según los comentarios de vecinos y parientes, la niña se quejaba de un fuerte “dolor de panza” (que se mencionó como posible “puarúru” o apendicitis), para el cual le daban “infusiones de hierbas, de remedios yuyos para que se le pase el dolor”.
La integrante de Nathaniel desestimó completamente esta versión, afirmando que los hechos evidencian “abusos reiterados”: “¿La mamá no vio el comportamiento de su hija? ¿Cómo no vio que algo estaba mal en ella? ¿Cómo en algún momento no le higienizó a su hija y vio esos signos de que fue violentada sexualmente? Porque las criaturas por más que no cuentan, siempre dan señales”.
Patricia Iriarte fue categórica al denunciar intentos de encubrimiento: “Ya hay familiares armando coartadas y poniendo las excusas y las barandas necesario para defender de que fue dolor de estómago, de que no fue un abuso, que de que fue mentira”.
La organización exige que la investigación no se limite solo al padrastro. “La mamá es la primera que tiene que estar detenida provisoriamente y ser investigada, ser investigada la abuela que dice que también le daba remedios y no sé qué cosas más. Las tías a quienes donde ella acudía, los parientes cercanos, abuelo, abuela que estaban ahí, todos tienen que ser investigados”. La activista se mostró molesta ante la versión del dolor de estómago: “¿Cómo puede ser que una niña esté siendo abusada reiteradas veces y esté con dolores y me salgan con la estupidez de que tenía dolor de estómago? Sí. Esa nena se estaba desgarrando por dentro”.

Movilización y
concientización social

En respuesta al crimen, la Asociación Nathaniel realizó una marcha el mismo día de la entrevista en la calle San Martín, convocando a la gente que también sufre “la pesadez de la burocracia que tiene la justicia” en casos de tenencia o denuncias no recibidas.
El objetivo de la marcha fue doble: “no solamente a pedir justicia por Natasha que fue violentada sexualmente y para que quede preso de por vida este hombre”, sino también para crear conciencia. Iriarte considera al padrastro un “asesino” y rechaza las posibles causas de muerte alternativas: “A mí no me van a venir con el cuento de que ella tenía un dolor de estómago, un apendicitis o lo que sea. A mí no me van a venir con eso porque nadie se muere de eso”.
La activista fue enfática en su compromiso de ser “la voz de aquella niña que fue apagada”.

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