La jornada electoral del último domingo dejó un mensaje claro y contundente: el pueblo formoseño volvió a respaldar al Frente de la Victoria, que obtuvo más del 60% de los votos en toda la provincia, frente al magro 35% alcanzado por La Libertad Avanza de Javier Milei.
Es un nuevo y firme respaldo al Modelo Formoseño de Gildo Insfrán, una ratificación de la confianza popular frente a la insensibilidad del ajuste nacional.
En tiempos donde la frialdad económica se disfraza de libertad, y el recorte de derechos se presenta como virtud, el pueblo formoseño eligió proteger lo suyo. No votó solo por un partido. Votó por un proyecto humano, por una forma de entender el Estado como garante del bien común, por la planificación que da sentido al progreso y por una provincia que no se rinde ante la pobreza programada.
El más del 60% alcanzado por el Frente de la Victoria no es solo un número: es un pronunciamiento colectivo. Es el pueblo diciendo que no quiere vivir en un país sin Estado, sin justicia social y sin solidaridad. Que la libertad sin igualdad no es libertad, sino privilegio para unos pocos.
Frente al 35% de Milei y su coalición, que apenas logró sostener su voto ideológico en los grandes centros urbanos, Formosa volvió a ser ejemplo nacional de conciencia política y de lealtad a sus raíces.
La gente de los barrios, los trabajadores, los jóvenes y los pequeños productores demostraron que no se puede ajustar el alma de un pueblo.
Cada voto al Frente fue una respuesta serena pero firme a la soberbia del poder central. Una declaración de amor a la provincia que no se entrega ni se vende. Una defensa del trabajo, la educación, la salud pública y las obras que igualan.
En un contexto nacional donde Milei intenta imponer la lógica del mercado sobre la lógica de la vida, Formosa eligió cuidar lo construido.
Eligió a quienes, pese al ajuste, siguen garantizando salarios, inversión social y planificación territorial. Eligió al peronismo que siente y actúa.
El resultado no deja lugar a dudas: Formosa reafirmó su rumbo.
Mientras en Buenos Aires se celebran balances contables, en esta tierra se celebran derechos conquistados. Mientras algunos destruyen el Estado, aquí se lo fortalece para cuidar a los más humildes. Mientras otros hablan de libertad, aquí se la ejerce construyendo igualdad.
La historia lo recordará: cuando el país atravesaba la oscuridad del individualismo, Formosa volvió a encender la llama del proyecto colectivo.
Y en esa luz, el pueblo formoseño volvió a encontrarse con su destino.
Lic. Faustino Duarte
