El resultado de los recientes comicios ha generado un sismo en el panorama político argentino, obligando a las fuerzas tradicionales a una profunda reflexión. En este contexto, el programa radial “Exprés En Radio” por FM VLU 88.5 (Lunes a Viernes de 9 a 12h) del Grupo de Medios TVO mantuvo una extensa conversación con Juan Carlos Amarilla, Diputado Provincial de la Unión Cívica Radical (UCR) y actual presidente del bloque de diputados, quien ofreció un diagnóstico sin concesiones sobre la realidad post-electoral y el futuro del radicalismo.
La Clave de los Resultados: El Voto Funcional y la Supremacía del Anti-Kirchnerismo
El análisis de Amarilla fue contundente al identificar el motor principal de la votación: una decisión mayoritaria a nivel nacional para dotar de gobernabilidad al oficialismo. “Ha habido una decisión por parte mayoritaria de la sociedad de defender o de otorgar las herramientas que el presidente está reclamando, es decir, mayor número en el Congreso”, enfatizó el diputado.
Sin embargo, detrás de este respaldo se escondía un factor aún más potente que anuló cualquier propuesta programática: el “temor natural de que vuelva el kirchnerismo”. Esta preocupación se acrecentó ante la posibilidad de que un triunfo justicialista en la provincia de Buenos Aires “creara las condiciones para el regreso del kirchnerismo”. Para Amarilla, la elección fue más un acto de contención que de convicción, y la decisión resultó “contundente, darle las herramientas al presidente y que el presidente avance”.
El legislador formoseño profundizó en un fenómeno recurrente en la sociedad argentina: la priorización de la estabilidad económica sobre los valores éticos. La gente decidió “defender fundamentalmente lo de la estabilidad en cuanto a la lucha que este gobierno dio respecto al tema inflación y un poco mirar para el costado” ante denuncias de corrupción. “La sociedad privilegió lo económico sobre lo ético o lo moral y decidió mirar el costado y no es la primera vez que lo hace”, sentenció, recordando que este patrón se observó durante el menemismo y en el 2011, cuando el kirchnerismo obtuvo el “82% acá en Formosa”. La gente se “aferró a lo que tenía”, ante la “incertidumbre de lo que podía tener” con el kirchnerismo, que ofrecía “volver a gastar, volver a emitir, en definitiva retroceder nuevamente”.
El Radicalismo: El Alto Costo de la Coherencia y la Irrelevancia de los Esquemas Provinciales
El impacto de esta ola nacional fue particularmente duro para la UCR. Amarilla lamentó que “lo más perjudicado fuimos los radicales en este escenario”, diferenciando a su partido del PRO, que “resolvió aliarse con el gobierno, prácticamente en la mayor parte de los distritos del país”. El radicalismo no optó por esta alianza salvo en Mendoza y Chaco.
El diputado afirmó que el poder de la decisión popular superó las estructuras y liderazgos locales, haciendo que la “decisión de la gente fue más fuerte que cualquier esquema que se pudiera ensayar en las provincias y propiciadas por los gobernadores”. Mencionó el ejemplo de Corrientes, donde la lista opositora estuvo a solo “un punto y medio de ganar” a la del gobernador, confirmando que la fuerza de “votar a la Libertad Avanza ante el temor del resto del kirchnerismo” se impuso.
Respecto al mal resultado en Formosa, donde la alianza opositora no obtuvo la representación esperada, Amarilla fue enfático: “la gente no se fijó en la propuesta que nosotros estábamos llevando adelante. La gente se fijó únicamente cuál es la agrupación política que hay que votar para que el kirchnerismo no vuelva”. La UCR se encontró en el dilema de la coherencia, un valor que hoy tiene un precio electoral alto. “Si nosotros nos hubiéramos unido a la Libertad Avanza acá en Formosa, te puedo asegurar que hoy estaríamos festejando como todos, pero dentro de 3 meses, 4 meses, 5 meses cuando todo esto empieza a cuestionarse, nosotros hubiéramos caído en la volteada para siempre”. En cambio, eligieron “la coherencia de predicar aquello que nosotros hemos sostenido toda nuestra vida”, confiando en que “a futuro siempre se gana”.
Crisis de la Política Tradicional y Defensa de las Banderas Históricas
El diputado abordó la “crisis de la política tradicional”, un fenómeno que abarca tanto al peronismo como al radicalismo, caracterizado por la falta de “cuadros políticos o referentes que realmente convoquen”. Esta crisis se manifiesta en un “problema gravísimo de representatividad”, siendo Milei, a su juicio, un “producto de esa crisis” generada porque la sociedad “se dejó de sentirse representada” por los partidos principales al no obtener las respuestas esperadas.
Amarilla lamentó cómo se han “destruido desde el poder” los valores de la trayectoria y la militancia. Hoy, las personas con una “trayectoria impecable” y años en política “son mal vistos” y se ataca “a la política en general y a las instituciones muy particularmente”.
Frente a esta coyuntura, el rol de la UCR será el de reservorio de los valores republicanos. El legislador se mostró convencido de que las “banderas históricas que siempre hemos defendido” se van a “volver a poner de moda”. Argumentó que cuando el gobierno avance sobre conquistas sociales, la gente “va a volver a necesitar el radicalismo para salir a defender esos valores”. Mencionó la “gratuidad de la enseñanza” y la salud como ejemplos, y la inminente discusión de una reforma laboral que dejará a “los trabajadores sin derechos”. “Vamos a comprender de que no es que tenía que desecharse nomás, sino que a todo lo contrario, habría que ponerlo en valor siempre”, concluyó, reafirmando que el radicalismo defenderá los mismos principios “desde el llano o desde el cargo”.
Autocrítica y Rumbo a Seguir: La Revisión de las Alianzas y la Renovación
El análisis final se centró en la autocrítica y los pasos a seguir. El Diputado Amarilla identificó el “error más importante que se cometió” en las “políticas de alianza que ha trazado en su en su historia reciente el radicalismo”.
El camino que debe tomar el partido es “trabajar más para adentro”, “cuidar a los suyos”, “fortalecer el partido, buscar más afiliados” y acompañar a la “nueva dirigencia que hoy está militando”.
La clave de la recuperación, según su experiencia personal en la capital formoseña, es la renovación política: “Todas las veces que hemos apostado a la renovación política… y ambas veces nos fue muy bien”. Por ello, el radicalismo debe “seguir ese camino, apostar a la renovación política con mucha fuerza” y “discutir este serenamente sobre las políticas de alianza de cara al futuro”. La esperanza reside en que las ideas que predicaron “surgieron en la propia sociedad”, y cuando esta “corra riesgo en perder toda esa conquista, nosotros vamos a estar allí”.
