El Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) presentó su informe anual, arrojando luz sobre la compleja realidad socioeconómica del país. La investigadora Julieta Vera dialogó con el programa “Exprés En Radio” (FM VLU 88.5), confirmando que el índice de pobreza se situó en “36,6% en el tercer trimestre de 2025”.
Este dato, si bien representa una mejora frente al “pico del 2023”, subraya la “persistencia” de problemáticas estructurales. Vera enfatizó que, a pesar de los leves avances, muchas de las “situaciones negativas que ya venían observando desde la UCA en años anteriores aún persisten” en 2025, lo que obliga a un análisis profundo más allá de las variaciones trimestrales. El informe no solo ofrece una medición propia, sino que también “plantea reparos” a la metodología empleada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
La Metodología en Debate: ¿Mejora Real o Estadística?
El equipo de la UCA, que utiliza tanto datos oficiales como su “encuesta propia”, destacó la reducción en los indicadores de indigencia y pobreza por ingresos entre 2024 y 2025. Esta mejora se vincula directamente a la “desaceleración del proceso inflacionario” experimentado en el último año, que tuvo un “impacto muy fuertemente en este tipo de indicadores de capacidades de consumo”.
No obstante, la UCA llama a la cautela. Vera explicó que esta mejora se “relativiza” al contrastarla con otros indicadores, sugiriendo que la mejora es de “menor intensidad” y podría solo “volver a valores de alrededor del 2022, 2023”. Más aún, el informe introduce una crítica metodológica fundamental: una parte importante de la baja registrada “no responde solo a una mejora real, sino que también hay un cambio metodológico al mejorar la captación de ingresos de la encuesta permanente de hogares”.
El Desfase de la Canasta Básica
El debate se centra en el indicador de pobreza por ingresos, ampliamente utilizado en América Latina, pero con “fuertes limitaciones”. El parámetro clave para su cálculo es la valorización de la Canasta Básica Total (CBT), que se basa en una Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares de “2004-2005”.
“Los patrones de consumo cambiaron ampliamente en 20 años”, sentenció Vera. El peso de ítems como los “servicios de las tarifas no es el mismo antes que ahora”. Esto genera un desfase: el indicador de pobreza podría mejorar, pero el “ingreso disponible que tienen los hogares que hay aumentos de tarifas, de servicios no está reflejado en esta construcción del indicador”, impactando directamente en la capacidad de los hogares para cubrir sus gastos esenciales.
La Estructura Social de Ingresos: Las Tres Argentinas
El análisis de la “pirámide de argentinos” en función de los ingresos mensuales de los hogares es una herramienta clave del informe para visibilizar las profundas desigualdades. La pirámide muestra la existencia de “tres argentinas”, y la investigadora resaltó que la mitad de la población se encuentra en los niveles más bajos.
Específicamente, el segmento que abarca el nivel “medio bajo vulnerables”, con ingresos mensuales de “2 millones a 3 millones y medio de pesos”, y los niveles inferiores, agrupa a “prácticamente a la mitad de la población argentina”.
Calidad del Empleo y Poder Adquisitivo
Vera vinculó directamente esta fragilidad económica con la situación del mercado de trabajo. El problema no se limita a la tasa de desempleo, sino a la “calidad de los empleos y los ingresos que tienen en sus empleos”. Esto afecta no solo a los trabajadores “no registrados” (informales), sino también a los “registrados”.
En un contexto de “fuerte aceleración, ajuste, crisis, aceleración inflacionaria” —como la vivida entre fines de 2023 y principios de 2024—, los “ingresos y los salarios corriendo atrás que no alcanzaban” ponen de manifiesto la incapacidad del poder adquisitivo para seguir el ritmo de la inflación, consolidando la vulnerabilidad de la clase media baja.
La Vulnerabilidad Extrema: Pobreza en la Infancia
El informe pone un foco crítico en la población infantil, un sector “muy vulnerable, muy sensible”. La pobreza infantil se dispara hasta el “58,9% en los hogares con niños”. Este indicador no solo es alto, sino que la “brecha allí entre hogares con y sin niños vuelve a mostrarse como una de las más persistentes y estructurales dentro de las mediciones de la UCA”.
El observatorio aborda esta problemática de manera integral, analizando no solo condiciones monetarias y de vivienda, sino también aspectos “más propios de las infancias, de la crianza, de la estimulación, desde la escolaridad”. La investigadora concluyó que las cuestiones “económicas en general eso impacta mucho en términos de las infancias, teniendo en cuenta que bueno, son las generaciones futuras que van a estar en el mercado de trabajo, usar el desarrollo del país”, lo que subraya la urgencia de políticas específicas para este grupo etario.
Integridad Estadística y Comparabilidad Futura
Finalmente, la entrevista abordó la necesidad de transparencia y rigor en las estadísticas oficiales, especialmente ante la posibilidad de que el INDEC implemente “modificaciones en la metodología” de las estadísticas de inflación el próximo año.
Julieta Vera afirmó que los cambios y actualizaciones metodológicas “son siempre bienvenidos” si tienen como fin “mejorar las estadísticas”. Sin embargo, el desafío central es “cómo se realizan para no perder la comparabilidad”. Es fundamental “poder tener series de mediano largo plazo y no no empezar de nuevo sin sin sin poder comparar con con datos previos”. La existencia de informes como el de la UCA es esencial para “contrastar un poco lo que realiza el INDEC” y obtener una imagen precisa de la realidad nacional, única vía para “poder combatirla”.