Cada 10 de diciembre, el Día del Trabajador y la Trabajadora Social coincide con una fecha de enorme trascendencia, el Día Universal de los Derechos Humanos, una coincidencia que expresa, con profunda claridad, el sentido político, ético y social de esta profesión.
En un contexto nacional adverso, atravesado por el recorte de políticas públicas, el debilitamiento del Estado y el crecimiento de las desigualdades, el rol de las y los trabajadores sociales se vuelve indispensable.
“Hoy más que nunca necesitamos profesionales comprometidos con la dignidad humana, con la justicia social y con un Estado presente que garantice derechos”, expresó la ministra de la Comunidad, Gloria Giménez, al saludar a quienes todos los días sostienen su tarea, acompañando a los sectores más vulnerables.
El Trabajo Social es una profesión que demanda empatía, convoca a crear respuestas donde muchas veces se cree que no las hay, impulsa a reinventar estrategias, a reconstruir lazos y a acompañar procesos complejos, a veces dolorosos, pero también cargados de esperanza.
Es una tarea ardua y silenciosa, que interviene frente a las desigualdades socialesque se expresan en las violencias, los consumos problemáticos y la exclusión, profundizadas por un contexto socioeconómico que pareciera que hoy más que nunca ha dejado de reconocer en el otro a una persona con iguales derechos.
“Un trabajador social es una de las columnas vertebrales del entramado social. Es presencia del Estado donde más se necesita, es escucha activa, es acompañamiento y compromiso real”, sostuvo la funcionaria.
“Cada trabajador y trabajadora social sabe que losderechos son adquiridos por el solo hecho de ser personas y que la justicia social se construye y se defiende todos los días”, remarcó.
En este 10 de diciembre, el saludo y el reconocimiento son para todas y todos los trabajadores sociales, tanto de la cartera a su cargo como de los distintos organismos.
“Gracias por la entrega cotidiana, por la elección diaria, por no mirar hacia otro lado frente a las realidades más duras. Por transformar la adversidad y defender derechos con el cuerpo, la palabra y el compromiso”, finalizó la ministra Giménez.
