La conmoción por el femicidio de Romina Marisol Ibarra ha dado un paso crucial en el sistema judicial de Formosa. La causa, que investiga el brutal asesinato ocurrido en febrero de este año en el barrio Obrero, ha sido elevada a instancia de juicio oral y público. El principal y único imputado es Hugo César Ortiz, expareja de la víctima, quien permanece detenido desde el momento del crimen.
La decisión fue tomada por el juez de instrucción y correccional número 3 de Formosa, Enrique Javier Guillen, al considerar que existe suficiente material probatorio para cerrar la etapa investigativa.
El programa radial “Exprés En Radio” por FM VLU 88.5 se comunicó con Raúl Ibarra, padre de Romina Ibarra, para conocer sus sensaciones ante esta importante novedad procesal.
«La Justicia Divina Llegará de la Mano de Dios»
La entrevista con Raúl Ibarra comenzó con un mensaje de fe y perseverancia. El padre de Romina, a pesar del inmenso dolor, se mostró fortalecido ante el avance de la causa.
«Después de tanta lucha, yo siempre dije, ‘La justicia divina llegará de la mano de Dios porque yo soy una persona de de creer y a pesar de todo lo que me pasó, sigo y sigo adelante.’ por la lucha de mis nieta, de mi familia y bueno, yo creo que la justicia llega en su momento justo.»
El conductor del programa señaló que las múltiples pruebas en contra de Ortiz hicieron que la elevación a juicio fuera solo una cuestión de tiempo, a lo que Ibarra asintió, remarcando la gravedad del caso.
«Sí, porque nosotros siempre estábamos al tanto de la parte de los abogados querellantes, de parte de la fiscalía, yo de parte de mi abogada, estábamos al tanto y es algo que esto va a quedar, digamos, va a ser un hecho algo que va a quedar como un registro de antecedentes. Por la gravedad como está caratulada la causa y por todo el dolor que como familia, como papá y como abuelo llevar adelante y seguir el apoyo de mi nietita la de ocho y la de 14 años que han quedado sin madre.»
El Compromiso de un Abuelo: Lucha y Fortalecimiento Familiar
El foco del diálogo pasó a la necesidad de proteger y acompañar a las dos hijas de Romina (de 8 y 14 años), que quedaron sin su madre. Raúl Ibarra destacó el apoyo incondicional que le da a sus nietas, lo que le brinda la fuerza para seguir adelante.
«Me siento más fortalecido todavía. Yo sé que soy el que digo que he perdido, no la voy a recuperar, pero siempre está en nuestros corazones. Siempre he pedido justicia, no he salido a las calle, a pedir una manifestación o la movida porque para mí era algo fuerte y gracias a Dios pasito a pasito se está llegando a una instancia que va a ser decisiva y yo creo que se va a sentir el peso de la justicia.»
El padre de la víctima hizo hincapié en el acompañamiento a las niñas, tanto psicológico como familiar:
«Me siento re fortalecido cada día por ver crecer a mi nieta con todo el apoyo psicológico que le damos como grupo de familia. Tanto a mi nietita más chica como la tiene 14 años, el acompañamiento, el día a día, el estar perfectamente el estudio. Muy bien, gracias a Dios, todo va bien, apoyo psicológico eh mi hija, la que se va a hacer cargo de la tutela de las dos nenas también es como una madre para ellos por el acompañamiento y el seguimiento que hacemos nosotros y que como padre, como abuelo, como familia.»
El Precedente de la Violencia de Género y la Deuda Pendiente
Una de las aristas más importantes de la elevación a juicio es la aplicación explícita del agravante por violencia de género. El documento firmado por el juez Guillen establece este contexto, lo cual puede sentar un precedente significativo en la persecución y sanción de este tipo de delitos en Formosa.
Raúl Ibarra, al respecto, manifestó su deseo de que el caso sirva para generar conciencia y evitar futuras tragedias.
«Por eso yo te digo, esto va a quedar un un precedente y yo yo siempre digo, ‘Porque el maltrato, tanto en palabra como en violencia, no debe existir para nadie.’ Porque cuando una relación no va, no va, no tiene que ser enfermiza ni acosar ni amenazar.»
El entrevistado también señaló una falla en el sistema de protección previo al femicidio, revelando que a pesar de que existían múltiples denuncias, amenazas a la familia y acciones de perimetral, no se le hizo el seguimiento adecuado al agresor, ni se le colocó una tobillera electrónica.
«Y acá ocurrió muchas cosas, por una parte también no le hicieron el seguimiento como corresponde, si ya tenía mucha causa de la acción de perimetral, ya tenían registrado amenaza al grupo de familia. Y ya tenía que haber andado con una tobillera, pero lastimosamente en esa parte se dejó a un lado…»
El Crimen y el Agravante por Violencia de Género
Romina Marisol Ibarra fue asesinada en su casa del barrio Obrero el 11 de febrero de 2025, aproximadamente entre las 0:00 y las 0:10 horas. Ortiz, su expareja, ingresó de manera violenta, desató una discusión y un forcejeo que culminó en la cocina, donde el femicida tomó un cuchillo.
«El femicida agarró un cuchillo que estaba en el lugar, se abalanzó contra Romina y le asestó varios cortes con un puntazo mortal, lamentablemente infringido a la altura del corazón.»
Raúl Ibarra llegó en ese instante, forcejeó con el agresor y logró quitarle el arma. Romina alcanzó a salir de la vivienda para pedir ayuda, pero se desvaneció y falleció horas después en el hospital central.
La investigación judicial acreditó que Romina era víctima de violencia sistemática y que la relación se había interrumpido definitivamente el 25 de diciembre de 2024 tras un nuevo hecho de violencia. A pesar de la denuncia, el acoso y las manipulaciones continuaron, agravadas por el hecho de que Ortiz vivía en frente.
El juez Guillen concluyó que se encuentra acreditado el calificante del contexto de violencia de género, ya que el imputado ejercía sobre la víctima violencia psicológica, verbal, sexual y física. Se evidenció que el imputado ya poseía antecedentes judiciales, habiendo sido condenado a 2 años de prisión efectiva por amenazas contra Romina y a 1 año y 3 meses por delitos de amenazas, lesiones y violación de domicilio en perjuicio de su padre, Raúl Ibarra.
El juicio oral se espera para después de la feria judicial, probablemente entre marzo y abril.
«La justicia va a llegar y gracias a Dios todo se está cumpliendo como como se había habíamos arrancado, ¿viste? Con esa fe, con ese con el destrozo que sufrimos como como familia, pero la justicia es divina.»
Finalmente, Raúl Ibarra agradeció la nota y concluyó el diálogo con un mensaje de esperanza y agradecimiento por la fuerza que encuentra en su familia.