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Diferencias internas y el difícil equilibrio ante el Gobierno: la CGT marcha a Tribunales contra el DNU

La central gremial se concentrará ante la Corte, pero buscó limitar la dimensión de la protesta a la que también se sumaron la CTA y los movimientos sociales. El jueves definirá sus próximas medidas de fuerza, mientras algunos sectores amenazan con un paro. Otra prueba para el protocolo “antipiquetes”.

Sebastian Aulicino

27 de diciembre 2023, 05:52hs

Carlos Acuña, Héctor Daer y Pablo Moyano, la cúpula de la CGT apoyando la eliminación de Ganancias en Diputados (Foto: Télam).

Carlos Acuña, Héctor Daer y Pablo Moyano, la cúpula de la CGT (Foto: Télam).

La CGT, las dos CTA, los movimientos sociales que formaban hasta hace 15 días parte del Ejecutivo nacional, así como los que integran Unidad Piquetera y están más ligados a la Izquierda se concentrarán este miércoles frente al Palacio de Tribunales -sede de la Corte Suprema-, en rechazo al DNU de Javier Milei. Lo que a simple vista se preveía como una mega movilización coordinada entre todos los sectores que se instalan como oposición dura al presidente fue mostrando en las últimas horas sus fisuras.

La marcha prevista para las 11, aunque pueda ser de una magnitud más limitada a lo esperado, volverá a poner a prueba el protocolo “antipiquetes”. En el ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich creen que, ante la población, es todo ganancia para el nuevo gobierno. En la CGT -atravesada por sus propias internas- hay quienes admiten que el contexto los obliga a hacer equilibrio entre un rechazo a las medidas que le pegan de lleno a sus gremios, la necesidad de negociar con el Ejecutivo y no hacerle el juego al “discurso oficial”, a solo 15 días de la asunción.

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En los hechos, fue la central gremial peronista la que convocó la protesta, a la que se sumaron luego las CTA y los movimientos sociales, entre ellos la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), que engloba al Movimiento Evita, Barrios de Pie, la Corriente Clasista Combativa (CCC) y el MTE de Juan Grabois. Pero el ruido se generó sobre todo con el Polo Obrero, que tenía prevista una reunión con uno de los titulares de la CGT, Pablo Moyano, que no era bien vista por todos los jefes sindicales y finalmente fue suspendida.

El Palacio de Tribunales, sede de la Corte Suprema de Justicia . (Foto: Télam).

El Palacio de Tribunales, sede de la Corte Suprema de Justicia . (Foto: Télam).Por: Luciana Soria Vildoza

“Los que armamos esta acción somos nosotros. Muchos sectores se están sumando, a los que no podemos decirles que no vengan, ni podemos controlarlos, ni organizarlos, porque son ajenos a nuestra estructura. No es momento para lo que están proponiendo algunos. La super marcha el Polo Obrero en todo caso la tendría que haber hecho el 20 de diciembre cuando dijeron que iban a hacerlo”, dijo un importante dirigente cegetista.

Lo cierto es que hasta anoche había diferencias en los distintos sectores respecto a las características y alcances que tendrá la protesta de este miércoles. En la CGT aseguraban que “unos 7.000 u 8.000 dirigentes gremiales de todos los sindicatos”, solo con banderas argentinas, partirán desde sus distintos gremios rumbo a Tribunales, a acompañar la presentación de una serie de medidas cautelares para frenar los efectos del DNU firmado por Milei.

Sobre un escenario se leerá un documento, pero no lo leerían los principales referentes sindicales. El texto irá en línea con lo manifestado por la central gremial la semana pasada, cuando acusó al Gobierno de “subvertir orden constitucional” y arrogarse “la suma del poder público”. Luego, se desconcentrará. Al menos, ese era el plan.

La cita clave para la central gremial peronista es el jueves, cuando reúna al Comité Central Confederal (CCC) donde más de 200 delegados de todo el país deberán definir las próximas medidas de fuerza, con la posibilidad de un paro general -el primero en más de 4 años- sobre la mesa de discusión, aunque podría haber perdido algo de fuerza.

“Hay que ser un poco más creativos. El paro tenés que organizarlo, pero también sostenerlo. Asumió hace 15 días Milei, todavía sostiene un nivel de aceptación similar a los votos que sacó. Si en menos de 15 días ya tenés gremios en la calle no es una boludez. Pero hay que ir progresivamente, ir acompañando el clima. Nosotros defendemos derechos, de los que lo votaron y de los que no. Pero las consecuencias son para los que lo votaron y los que no también. Eso se va a ir decantando”, opinaba el secretario general de un gremio de peso.

El operativo: ¿Habrá corte de calles?

El Ministerio de Seguridad nacional, a cargo de Bullrich, tenía previsto conformar el flamante “Comando Unificado Urbano”, del que participan todas las fuerzas federales y también el ministerio de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Waldo Wolff, y la Policía porteña, conducida por Diego Kravetz, que son quienes tienen autoridad para actuar, a menos que pidan asistencia a Nación.

Anoche, Bullrich y Wolff celebraron que la central sindical haya pedido autorización para realizar su acto: “La Confederación General del Trabajo se compromete a acatar las resoluciones N° 706 y demás normativas aplicables a eventos masivos en espacios públicos, siendo advertido que el incumplimiento conllevará a la caducidad del permiso”, informaron las carteras de Seguridad.

En la CGT anticipan que la movilización de esos miles de “dirigentes gremiales” desde sus sindicatos hasta Tribunales supondrá inevitablemente que haya durante el trayecto cortes de calles “momentáneos”, pero prometen que el objetivo no será interrumpir las vías de circulación. Mayores duda había sobre si estarían cortadas las calles aledañas al Palacio de Tribunales.

Fuentes vinculadas al operativo de seguridad en la Ciudad advertían: “Pareciera que la marcha va a ser menos pesada de lo esperado. La decisión política es que no corten. Si hay que cortar por la afluencia de gente, es una decisión que debe tomar el operativo, no los gremios o los movimientos. Lo que está claro es que no se van a parar en una calle a cortarla durante horas y el escenario tiene que estar sobre Plaza Lavalle, para que se pueda circular”.

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Del «Comando Unificado Urbano» forman parte el Ministerio de Seguridad nacional, a cargo de Patricia Bullrich, el de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Waldo Wolff, la Policía porteña, conducida por Diego Kravetz, y las fuerzas federales (Foto: Twitter/@WolffWaldo).

“Para empezar es mentira que no hay contactos entre el Ejecutivo y la CGT. Pero por ahí también se dieron cuenta de que es 100% ganancia para el gobierno. Todo este tipo de cosas, también con los piqueteros, desvía la atención de las medidas y del contenido”, reconocían en el ministerio nacional, donde también recuerdan que los jefes sindicales son algunas de las figuras con peor imagen entre la dirigencia política.

Entre los movimientos sociales eran menos cautelosos respecto a la magnitud de la concentración, pero aseguraban que no habría, como en otras oportunidades, grandes columnas que ingresen a la Ciudad de Buenos Aires y puedan complicar los accesos, algo que debe ocuparse de controlar Nación.

“La convocatoria es de la CGT pero operó como polo unificador de todos los sectores, aunque algunos le bajan el precio. Va a ser grande, no menos de 30.000 personas. Una concentración de esa magnitud es imposible que no haya cortes. El Gobierno monta una provocación, hay que ser inteligentes y evitarlo, pero va a depender de la intención del Gobierno de repartir palos”, señalaba uno de los principales referentes de la UTEP.

En la Unidad Piquetera -que se movilizó por las calles porteñas hace solo una semana- también hay internas y no son pocos los dirigentes gremiales que cuestionan la intensidad con la que el Polo Obrero, que comanda Eduardo Belliboni, viene fogoneando las protestas desde el cambio de gobierno. “Hace promesas rimbombantes que solo sirve a quienes quieren construir un ‘cuco’”, dijo el jefe de uno de los movimientos que no acompañó la protesta en el aniversario del estallido social del 2001.

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